Las caries infantiles: caries del biberón

Sanar las caries de los dientes de leche es fundamental para evitar que causen daños en los dientes definitivos. El odontólogo es quien mejor puede aconsejar sobre las medidas a tomar en cada caso. La ingesta de dulces, golosinas o caramelos no son la única causa de aparición de las caries infantiles. Los bebés también pueden adquirirlas antes, incluso, de que salgan sus primeros dientes de leche. Para evitarlas, conviene suprimir algunas costumbres que son malos hábitos y pueden promover la aparición de caries en los bebés.

Qué es la caries del biberón

La caries del biberón se produce por la costumbre de los padres de mojar el chupete en miel o en azúcar o bien por dejar al bebé con el biberón solo en la cuna. En este último caso, algunos se quedan incluso dormidos con el biberón en la boca y los azúcares de la leche están demasiado tiempo en contacto con la dentadura dando lugar a las caries rampantes, unas caries muy agresivas, que afectan a los dientes temporales, de manera que los dientes de leche salen prácticamente destruidos.

Es muy doloroso para los bebés y tiene muy mala solución. Estos dientes de leche se deben arreglar porque su caries puede afectar al germen del diente definitivo de forma irreversible. Prevenir las caries tempranas en los dientes de leche de los bebés es fundamental para preservar la salud dental de los niños.

Empastes en los dientes de leche

Las caries en los dientes de leche se deben empastar cuanto antes para evitar que dañen al diente definitivo. El carácter temporal de los dientes de leche no debe aplazar la sanación de una caries porque es casi más importante curar la caries del diente de leche que del definitivo, si tenemos en cuenta que la caries está formada por bacterias, que se meten en el interior del diente, atraviesan la raíz del temporal y pueden afectar al definitivo. Por tanto, es importante empastar las caries de los dientes de leche para evitar problemas mayores en los definitivos.

Prevención de la caries en consulta

Fluorizaciones. Como medida preventiva, se pueden realizar fluorizaciones en la consulta del dentista cada seis meses en los niños que presentan un mayor riesgo de caries o que tienen caries rampantes, que son las más agresivas. La fluorización evita la formación de caries en los niños porque su función es preventiva. El flúor ejerce la función de escudo protector, ya que actúa como un barniz a gran escala, que a va a evitar que el ácido que provocan las bacterias de la placa bacteriana, se introduzca dentro del diente y produzca una caries. Las fluorizaciones son unos baños de flúor a alta concentración, que aplican durante 4 minutos, sobre la dentadura de los niños.

Sellado de molares. Un sellador es una resina, que libera poco a poco una gran cantidad de flúor y que suele colocar sobre las fisuras de las primeras muelas definitivas de los niños para evitar que estas fisuras se almacene placa y aparezca una caries precoz en una muela definitiva. Estos primeros molares brotan en la encía a partir de los 6 años y es entonces cuando se puede hacer el sellado de fisuras. Para colocar el sellador en las muelas es importante que las fisuras estén limpias, es decir, que no acumulen una caries inicial porque entonces, el efecto sería el contrario, y la caries se desarrollaría más rápido. Por eso, es esencial realizar previamente una limpieza en profundidad por toda la superficie de la muela donde se va poner el sellado en la fisura. Los selladores son muy buenos como preventivos de la caries, pero al igual que los empastes, tienen carácter temporal y se van perdiendo con el tiempo.

Asesoramiento: Gustavo Camañas, odontólogo y director médico de Vitaldent.

Marisol Nuevo.

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