Adolescentes que se autolesionan al no saber regular sus emociones

En esta ocasión hablamos de un tema que está bastante silenciado en la sociedad: las autolesiones. Se trata de un fenómeno bastante preocupante porque, tras la pandemia, se ha observado un incremento de dichas conductas de cortes, principalmente, en los adolescentes. Estas autolesiones, que a menudo se deben a no saber regular las emociones, se definen como conductas intencionales cuyo fin va dirigido a autoinfringirse algún tipo de daño sobre los tejidos corporales o formación de heridas.

Por qué algunos adolescentes se autolesionan

La autolesión más frecuente suele ser los cortes en la piel, principalmente en los brazos o las piernas, aunque también puede darse en forma de raspado o golpes sin intención de acabar con la propia vida.

Estas conductas se observan con bastante frecuencia en la etapa adolescente, pero se habla poco sobre ello. Por miedo al rechazo de los amigos, por la preocupación de los padres o consecuencias médicas, los jóvenes evitan hablar de ello con su entorno familiar y con sus amigos más cercanos.

Además, la mayoría de ellos y ellas, no entienden por qué realizan dicho comportamiento; no comprenden por qué se autolesionan. A veces sí recuerdan cuándo empezaron a hacerlo, pero al final, comentan que es algo que, a pesar de haber superado esa 'mala etapa', continúan haciéndolo de forma esporádica.

Y por tanto, como es de suponer, dichas conductas autolesivas se realizan a escondidas para evitar represalias o castigos y ocultan los cortes con la ropa, generando así un mayor malestar.

Adolescentes que se autolesionan para regular sus emociones

Pero, ¿por qué algunos adolescentes se autolesionan? Normalmente es una forma dañina y poco adaptativa de enfrentarse a su dolor emocional y suele tener la función de autorregulación emocional. Es decir, es el intento de parar o interrumpir una emoción muy intensa, incontrolable y muy difícil de tolerar.

Hay que tener en cuenta que la adolescencia es una etapa en la que presentan serias dificultades de autocontrol y regulación emocional, ya que están en desarrollo. Y es por este motivo por el que algunos adolescentes prueban el dolor físico de una herida para tratar de gestionar cómo se sienten.

Por tanto, efectuar un corte o un golpe genera un dolor específico y controlable al mismo tiempo que produce un momento de distracción de esos pensamientos negativos o malestar emocional. Es más, este dolor es más fácil de soportar produciendo la sensación momentánea de alivio y como consecuencia, esa sensación de alivio conlleva la liberación de 'hormonas del placer' como son las endorfinas.

Esto hace que la conducta de autolesión pueda terminar convirtiéndose en una conducta adictiva, es decir, en un hábito difícil de frenar a pesar de haber pasado la etapa de malestar emocional. De ahí, que muchos adolescentes no entiendan por qué continúan haciéndolo, tal y como comentábamos anteriormente.

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¿Cómo detectar las autolesiones en la adolescencia?

Partimos de la base de que es muy difícil detectar las autolesiones en la adolescencia pues, como hemos mencionado antes, son comportamientos que se realizan a escondidas y que los daños corporales se ocultan. Sin embargo, los padres podemos estar atentos a lo siguiente:

1. Observar heridas, cicatrices u otras marcas en la piel que no consiguen explicar de dónde provienen o las explicaciones que nos dan al respecto son poco probables.

2. Encontrar alguna cuchilla u objetos punzantes en el dormitorio o zonas escondidas donde no deberían estar.

3. Utilizar ropa poco apropiada para la época del año. Por ejemplo, camisetas de manga larga en verano. El objetivo de este tipo de prendas sería esconder las heridas y cortes de las autolesiones.

4. Observar que nuestro hijo o hija adolescente está más nervioso, irritable o estresado de lo normal.

5. Detectar cierto aislamiento porque quieren evitar fingir que están bien en situaciones sociales.

¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos?

A veces, son los propios adolescentes los que solicitan la ayuda de sus padres u otro adulto de confianza de su alrededor porque no comprenden por qué se autolesionan. No obstante, no suele ser lo más frecuente.

En general, las autolesiones son conductas que suelen ser detectadas por los padres y que pocos se atreven a hablarlo con sus hijos, pues desconocen lo que está ocurriendo o cómo abordarlo.

Por ello, siempre se recomienda recurrir a un profesional de la salud mental (psicólogo o psiquiatra). Ellos podrán evaluar dichas conductas, aportarle las pautas necesarias con el fin de reducirlas y enseñarles nuevas formas de regulación emocional.

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