Mi hijo se encierra en su cuarto - ¿Qué es el aislamiento adolescente?

Una frase constante entre los padres es: 'Mi hijo se encierra en su cuarto', pero ¿qué es el aislamiento adolescente? Este concepto va más allá de cuando el hijo da el portazo a su habitación y excluye a sus papás de su mundo por horas, sin que nada ni nadie lo saque de ese lugar. Pero ¿acaso no es mejor que el adolescente esté ahí encerrado que en la calle? ¿No es la situación ideal para los papás saber que su hijo está en casa y no expuesto a los peligros del mundo de afuera? Pues sí y no: aquí tienes el porqué.

El aislamiento adolescente - 'Mi hijo se la pasa encerrado en su cuarto'

Aislarse en la habitación es una noticia positiva en un momento dado, el problema sería quizás que no quisiera entrar en su habitación bajo ningún concepto. Te explicamos: desde cierto punto de vista (y sin querer traer el humor aquí y hacer de esto una broma) cuando un adolescente se aísla en su habitación parémonos un momento a pensar que ¡es una buena noticia!

Esto puede significar que está cómodo en su habitación, además de que está ensayando a lo que va a hacer en su casa cuando sea adulto, porque el adolescente fantasea un montón al respecto y dicen: 'Bueno, pues yo me independizaré y entonces tendré el salón lleno de pósters, tendré una barra ahí en el salón y tendré más libertad'. Así que está haciendo eso: está ensayando.

El aislamiento adolescente se define cuando los jóvenes se retiran socialmente, pasando gran parte de su tiempo solos encerrados en su habitación y evitando la interacción con familiares y amigos, lo cual incluye por supuesto a sus padres. Este comportamiento puede ser parte, como ya hemos dicho, de la normal búsqueda de independencia durante la adolescencia, aunque también puede ser un signo de problemas.

Hay que entender que es normal que los adolescentes quieran pasar más tiempo solos en tanto exploran su identidad y trabajan en su desarrollo emocional, pero como padres hay que estar pendientes cuando el aislamiento se vuelva crónico, porque puede llevar a sentimientos de soledad y desconexión, además de dificultades en las relaciones sociales y, en casos extremos, puede contribuir a problemas de salud mental.

¿Qué pasa si mi hijo se encierra en su cuarto con frecuencia?

Lo que pasa que nosotros como padres de repente tenemos este gran miedo y este dilema de que nuestro hijo hace nada tenía 7 o 10 años, y no hacía más que estar encima de nosotros en el sofá y ahora de repente cierra la puerta y dice 'no entres', pero no es durante 10 minutos, sino es 'no entres durante toda una tarde', claro tenemos un cambio de dinámica que para nosotros es verdaderamente una tristeza.

Como papás sentimos que le estamos perdiendo, ya que.la tristeza es la emoción básica que trata de integrar la pérdida como todos sabemos, por lo tanto cuando nuestro adolescente ya no está con nosotros ya no es este niño, sino un joven que se mete en la habitación, se encierra allí para que no podamos entrar, lo que significa que estamos sufriendo una pérdida y por tanto un duelo.

Aquí hay que entender que hay que tener una mirada global y entender que está pasando desde un punto de vista superior, es decir, hay que preguntarse si el hijo está en una situación de riesgo, si está en una situación de peligro o si está en una situación en la que se está enfrentando a su soledad y a tener su ropa sucia tirada dos semanas.

No será lo mismo si está en una situación de peligro emocionalmente hablando o que para su personalidad se esté dirigiendo a zonas de emergencia. No es lo mismo un chico que se tira toda la tarde en su habitación dibujando o leyendo manga con el móvil a otro chico que se tiene en su habitación 6 horas llorando. Estas son situaciones que existen y nosotros como padres tenemos la responsabilidad de detectar cuál de las dos está ocurriendo.

El papel de los padres ante el aislamiento adolescente - ¿Cómo actuar?

Siguiendo con el concepto anterior, como padres hay que detectar qué está pasando con el hijo adolescente, porque si está encerrado en casa es sano incluso que todo esté perfectamente ordenado y él tenga su habitación hecha una leonera porque está aprendiendo cómo va a ser en el futuro. Sin embargo, como padres debemos ver en qué momento se está saltando los límites de higiene y no dejar que continúe.

La mirada de los padres mantiene la máxima responsabilidad. Un consejo que me gusta dar es: 'Bueno, pues dejémosle en la habitación, ya saldrá'. No hay mejor manera de conseguir que los adolescentes salgan de su habitación que no insistiéndoles en el hecho constantemente. Una manera adecuada es hacerle ver el contexto que hay fuera de la habitación, que vea qué está pasando fuera.

Si ve que hay un ambiente de amor, de tranquilidad, de alegría, de humor y de calma, el adolescente saldrá a un ambiente sano y no a uno donde papá no está, mamá no puede más, el hermano mayor que no aparece por casa o el hermano pequeño que está con los videojuegos todo el día. Justo por eso es que el adolescente opta por quedarse en su habitación.

Finalmente hay que tener esta mirada de responsabilidad entre dejarles ser autónomo y crecer poco a poco o descifrar si dentro de la habitación está pasando algo mucho más grave, porque si está afectando a la salud tanto física como mental de nuestro hijo, no podemos mirar a otro lugar: tenemos que literalmente abrir la habitación y desde el amor y la responsabilidad decirle: 'te quiero y no te puedo dejar así'.

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