¿Qué harías si tu hijo adolescente te dice que se quiere ir de casa?
Si alguna vez has vivido esto con tu adolescente, analicemos cómo puedes manejarlo
- Mi adolescente amenaza con que se va de casa - ¿Debo impedírselo?
- Qué debemos decir a un hijo adolescente cuando amenaza con irse de casa
- Mejora la relación con tu hijo o hija adolescente a través de 3 acciones
Cuando un adolescente amenaza con irse de casa, es una señal de que algo ya estaba sucediendo en su entorno social, en su instituto, en casa o consigo mismo. Es una señal de que existen problemas emocionales o relacionales que necesitan atención urgente. Los adolescentes libran sus propias batallas, unas veces contra sí mismos, otras contra el mundo que les rodea, así que ante la pregunta: ¿Qué harías si tu hijo adolescente te dice que se quiere ir de casa?, te decimos cómo sí y cómo actuar.
Mi adolescente amenaza con que se va de casa - ¿Debo impedírselo?
Cuando somos adolescentes pasamos por momentos de insatisfacción con nuestra vida, frustración con las relaciones sociales, enfado con las figuras de protección, tristeza por una vivencia amorosa fallida, entre otros ejemplos que ilustran las crisis de identidad que llegan a las consultas de psicología. Lo cierto es que el cerebro adolescente busca una vía de escape ante su malestar.
Busca formas de huida, evitación y piensa en cómo NO afrontar sus problemas. A veces usan las mentiras, otras la ocultación, y es ahí donde aparecen síntomas de ansiedad incomprensibles desde fuera. Esas vías de escape son las que muy probablemente emplearán en la madurez, por lo que es necesario que actuemos y tratemos de enseñarles otro modo de afrontar los conflictos.
Reaccionar igual que ellos, con una huída de la situación mirando hacia otro lado, quitando drama a lo que sienten, o bien actuar de modo impulsivo animando a que se marche, puede ser un comportamiento similar a lo que ellos están justamente haciendo. Precisamente Daniel J. Siegel analiza en su libro toda esa 'tormenta cerebral' que viven los adolescentes.
Trabajar en generar un buen apego durante la adolescencia, es esencial tanto para el adulto como para el chico, pues así mantendremos la confianza, el cariño y los canales de comunicación abiertos, es decir, nos dará un puerto seguro de conexión a ambos, pero sobre todo es bueno que sepan dónde deben acudir cuando aparezcan las adversidades.
Qué debemos decir a un hijo adolescente cuando amenaza con irse de casa
Es necesario comprender que cuando un adolescente amenaza con irse de casa, lo más probable es que esté tratando de comunicar una gran cantidad de emociones que no sabe manejar. Los adolescentes buscan independencia, pero también necesitan seguridad emocional y apoyo, Además, es evidente que no tenemos la frase perfecta en un momento tan convulso.
Asumiendo que hacemos lo que podemos como padres, aquí unas ideas a tener presentes:
- Muestra calma. Aunque sus amenazas puedan ser perturbadoras, comenzar a gritar o responder con ira solo aumentará la tensión. Un tono calmado ayudará a que tu hijo o hija adolescente sienta que tiene un espacio para expresarse.
- Interésate por sus sentimientos. Hazle saber que quieres escuchar lo que siente. Decir algo como: 'Entiendo que te sientes muy frustrado ahora mismo, y quiero ayudarte a solucionar esto, háblame antes de hacer nada', puede marcar la diferencia entre una conversación abierta o una discusión.
- Escucha con atención. Pregunta con genuino interés: '¿Qué te está llevando a sentir que quieres irte?'. Esto demuestra sensibilidad, conexión, cariño, y le ayudará a abrirse. Escucha sin interrumpir, permítele desahogarse.
- Impulsa el diálogo. Anímale a que hable sobre todo aquello que le está angustiando. Este puede ser un momento clave para descubrir problemas subyacentes, como el estrés en el instituto, conflictos con amigos, discrepancias con la familia o problemas emocionales que no se habían abordado.
Lo que los padres NO deben hacer si su hijo quiere irse de casa
Somos padres, pero sobre todo humanos, así que nos enfadaremos y nos frustraremos ante una reacción de este tipo. Y también será una oportunidad para ejemplificarles que a pesar de sentirnos enfadados, queremos hablar, entender y solucionar los problemas de familia juntos:
- No invalides sus emociones. Frases como: 'Estás exagerando' o 'No tienes motivos para estar así' puede hacer que se sienta incomprendido y cierre la comunicación. Minimizar su malestar aumenta la distancia emocional.
- Explícale cómo te sientes. Frustrada, enfadada y triste, pero con claros deseos de ayudarle a buscar soluciones.
- Evita el castigo inmediato. Si te sientes muy enfadada, no seas impulsiva poniendo castigos. No estaríamos siendo ejemplo, piénsalo un poco más. Responder con amenazas o castigos puede agravar la situación y provocar una reacción aún más impulsiva de su parte. Los adolescentes no funcionan con castigos.
- Descarta el sarcasmo o la ironía. Comentarios como '¿A dónde crees que vas?' o '¿Qué harás sin nosotros?', suelen tener el efecto contrario y provocan más enfado.
Recuerda que los objetivos más importantes son poder darles una lección sobre cómo se afrontan los problemas: hablando, pidiendo ayuda, explicándose, pero si su recurso es la huída, hay trabajo por hacer.
Mejora la relación con tu hijo o hija adolescente a través de 3 acciones
Como todo problema en la vida, hay que verlo como una enseñanza con un antes y un después:
- Crea un ambiente de confianza. Los adolescentes necesitan sentir que sus preocupaciones son tomadas en serio y que pueden confiar en sus padres. Establecer una relación basada en el respeto mutuo y la comunicación abierta es fundamental. No esperes a que las tensiones se acumulen para hablar de los problemas.
- Pon atención a los signos de malestar. A menudo, los adolescentes que amenazan con irse de casa ya han dado señales de malestar previamente. Presta atención a cambios de comportamiento, humor, aislamiento o problemas académicos. Abordar estos problemas antes de que escalen puede prevenir situaciones extremas.
- Ofrece soluciones. Trabaja en conjunto con tu hijo para encontrar soluciones a los problemas que enfrenta. Si el conflicto surge por reglas del hogar, plantea acuerdos negociados donde ambas partes se sientan respetadas.
Y si finalmente mi hijo cumple su amenaza, ¿qué hago?
Si el adolescente finalmente decide irse de casa, es fundamental actuar de forma calmada y no reaccionar de manera impulsiva, así que:
- Comprueba su seguridad. En primer lugar, trata de averiguar dónde está y si está seguro. Si se ha ido a la casa de un amigo o un familiar, intenta mantener la comunicación abierta.
- Mantén el contacto. Si se ha ido, llámalo para hacerle saber que puede volver cuando esté listo. Escríbele, muéstrale interés por saber que está bien, no pierdas la comunicación. Una llamada sencilla para preguntar cómo está puede ser el primer paso para un acercamiento posterior.
- No te precipites a buscar soluciones inmediatas. Después de que se haya ido, es probable que necesite tiempo para procesar sus emociones. Deja un espacio para reflexionar antes de volver a intentar resolver el conflicto.
- Busca apoyo profesional. Si tu hijo se ha ido de casa y la situación se vuelve insostenible, entonces es importante buscar ayuda de un profesional, como un psicólogo familiar. Ellos pueden ayudar a mediar en la situación y encontrar formas constructivas de mejorar la relación. Si no accede a la ayuda profesional, busca apoyo en ese familiar que tiene más gancho o conexión con tu hijo o hija, porque es probable que en este momento tan difícil se sienta con más confianza frente a otras figuras de apego.
Los consejos son fáciles de dar, pero si tienes un hijo o hija adolescente, trata de fomentar un ambiente comunicativo donde se sientan escuchados y comprendidos, y la relación entre padres e hijos se fortalecerá desde el apego, el cariño y la escucha.
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Bibliografía
- Bonilla de Arrocha, M. (2012) Jurisdicción de niñez. Procedimientos, legislación especial, doctrina y jurisprudencia. Competencia en materia de familia y protección. Cap. El derecho de los niños, niñas y adolescentes a ser escuchados. Cultural Portobelo (ed.) Panamá, pp. 75-83 Disponible en: https://www.corteidh.or.cr/tablas/r27264.pdf