Qué pasa en el cuerpo de la mujer cuando deja de dar el pecho al bebé

Cuando llega el final de la lactancia materna algunas madres pueden experimentar la depresión post-destete

En este artículo
  1. Cambios en el cuerpo de la mujer cuando deja de dar el pecho
  2. Depresión post-destete cuando la mujer abandona la lactancia materna

El cuerpo de la mujer se va adaptando, desarrollando y evolucionando según pasan los años y según la etapa que la fémina esté viviendo. La adolescencia y la llegada de la regla, la preparación para un deseado embarazo, los nueve meses de gestación, el parto y el posparto, la lactancia materna... ¡Y lo que vendrá!

En todas ellas las hormonas juegan un papel muy importante, pero en este artículo quiere hablarte en profundidad de qué pasa en el cerebro y en el cuerpo de la mujer cuando deja de dar el pecho.

Cambios en el cuerpo de la mujer cuando deja de dar el pecho

la mujer deja de dar el pecho

La mujer a lo largo de su vida pasa por diferentes etapas, todas invadidas por los efectos de aquellas sustancias llamadas hormonas que se encargan de que nuestro organismo funcione a la perfección… Las hormonas, además de regular las funciones del organismo, también intervienen en los cambios emocionales que muchas veces vivimos sin que le encontremos alguna razón.

Durante el embarazo, la glándula mamaria sufre una serie de cambios para prepararse para la lactancia materna al nacer el bebé. Ocurre un aumento en el tamaño y sensibilidad en los pechos, así como también  en el pezón y en la areola. Estos dos últimos, a su vez, cambian su pigmentación, tornándose más oscuros. Se produce también un crecimiento de los lóbulos y alvéolos mamarios.

¿A qué se deben tantos cambios? A la acción hormonal y, en concreto, a las diferentes hormonas: lactógeno placentario, estrógenos y progesterona placentarios, factores hipofisarios y factores tiroideos, prolactina y oxitocina,  entre otras. La producción y el mantenimiento de la lactancia se logra a través de la acción conjunta de todas estas hormonas desencadenadas por la succión del bebé.

Una vez que la madre decide destetar, sea la razón que sea debe ser respetada y acompañada, debe hacerlo poco a poco. Durante ese proceso se deben disminuir gradualmente las tomas, sin realizarlo de manera brusca, sino de manera progresiva, debido a que puede repercutir de manera negativa tanto a nivel orgánico como emocional en la madre y en el bebé.

De esta manera se reduce el riesgo de que la mujer sufra complicaciones obstructivas o infecciosas como mastitis, dolor o sensación de tensión mamaria. Además al hacerlo de esta forma más relajada no se compromete la salud del bebé si se desteta antes de la edad mínima recomendada, a sabiendas que la leche materna es el principal alimento en el primer año de vida.

Por otro lado, hay que tener en cuenta el impacto psicológico-emocional al que puede verse sometidos la madre o el bebé. El destete es una etapa que se vive como un duelo porque 'se acaba' con esa conexión y ese vínculo amoroso entre el binomio madre-hijo que se produce a través de la lactancia materna. Es sin duda alguna un período de adaptación para ambos, que no se puede determinar su duración en el tiempo ya que lleva más tiempo en algunos casos que en otros.

Depresión post-destete cuando la mujer abandona la lactancia materna

depresión post-destete

Aparte de la posible aparición de mastitis u obstrucción mamaria, el ajuste hormonal en esta etapa puede llevar a ocasionar en algunas madres síntomas como dolores de cabeza, cambios en la piel (la cual puede tornarse más seca), cansancio, pérdida del apetito del apetito, irritabilidad,  ansiedad, insomnio, melancolía, tristeza profunda, llanto injustificado, sensación de vacío emocional...

Puede, incluso, presentarse la depresión post-destete, porque es como si sintiera que la están separando de su bebé. Si los síntomas depresivos son muy intensos, lo mejor es consultar con un especialista en psicología para poder afrontar esta etapa de duelo.

Al finalizar el amamantamiento, la glándula mamaria experimenta una serie de cambios: las células se atrofian o se mueren, mientras que el tejido sufre un remodelamiento a nivel estructural. Muchas de estas células son reemplazadas por tejido graso, volviendo al estadio en el que estaban previo al embarazo durante un lapso de al menos un año posterior al destete.

Por otro lado, muchas mujeres pueden estar hasta dos años sin ver menstruación durante la lactancia. Una vez ocurrido el destete, la acción de las hormonas también lleva a reiniciar el ciclo menstrual, variando la aparición del mismo de una mujer a otra.

Es importante que durante el destete, observes tus pechos a diario y los examines. Ante la presencia de dolor, zonas enrojecidas o cualquier síntoma que te llame la atención, debes acudir a un especialista para evaluación oportuna e instaure tratamiento de ser necesario.

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