Formas creativas para que los niños coman verduras y frutas sin peleas

Frutas, verduras y hortalizas son de los alimentos más sanos que hay. Por eso hay que incluirlos siempre en nuestra dieta diaria. Pero, como ya bien sabes si tienes un pequeño en casa, vista a ojos de los niños, son de lo más aburridas. ¿Por qué mi hijo no quiere comer? ¿Cómo evitar las peleas cada vez que llega la hora de sentarse a la mesa? A continuación te contamos algunas formas creativas para que los niños coman más verduras y frutas.

¿Por qué algunos niños no quieren comer verduras o frutas?

Si tu hijo no ha sido nunca de buen comer, lo de evitar las peleas a hora de la comida o la cena te parecerá un reto, ¿verdad? No es para menos. Donde unos niños comen sin más, a otros en cambio, directamente no les interesa la comida: 'lo verde no lo quiero', 'sabe raro', 'esta fruta no me gusta', 'no me lo voy a comer', 'no tengo hambre'.

Si bien es cierto que hay estudios que dicen que la alimentación de la madre durante el embarazo va a condicionar parte del gusto que tendrá el bebé y que los hábitos hacen mucho, hay que recordar que cada niño es un mundo. Los hay que comen más o menos bien, cada uno con sus preferencias, y los hay que se vuelven más remolones, les cuesta, se les hace bola el filete, no quieren ni oír hablar de verduras...

Recuerda además que el gusto de los niños se va modificando, cambia igual que lo hace el de los adultos. Hay etapas de 'no me gustan los guisantes' para después pasar a otras de 'me encantan, ¿me pones un poco más?' Dichas etapas coinciden mucho con su desarrollo: no es lo mismo ser bebé que dar el estirón de los 9 años, la cantidad de alimentos y nutrientes que van a necesitar es distinta.

Hay que respetar y animar a comer desde la comprensión y la certeza de que, poco a poco, podremos lograr que el paladar de nuestros hijos se acostumbre a comer de todo, sin tener peleas a la hora de la comida todos los días.

Formas creativas para que los niños coman de todo

A veces, para conseguir que los niños prueben verduras que no les atraen o que se acostumbren a tener hábitos de alimentación variados y equilibrados, solo se necesita echarle un poco de imaginación (no solo a la hora de preparar recetas divertidas y diferentes). En este sentido, podemos buscar distintas formas creativas para que los niños se animen a comer verduras y frutas a las que se suelen resistir.

Y, aunque quiero resaltar que cada niño es diferente y, por tanto, cada padre o madre debemos buscar las formas que funcionan con nuestro hijo o hija en concreto, está claro que los pequeños estarán más dispuestos a probar nuevas comidas si el ambiente que tenemos en la mesa es distendido y divertido. En este sentido, el juego y las bromas son nuestras mejores aliadas.

A mí, con mi hijo, me funcionó montar un pequeño teatrillo lleno de risas en el que le invitaba a NO comer brócoli, porque se le podían poner las orejas verdes. Solo con imaginarse un niño con las orejas verdes, mi hijo no podía dejar de reírse y le picó la curiosidad de probar el brócoli (aunque bien sabía que no le iba a cambiar de color ninguna parte del cuerpo, quería participar del juego y de las risas).

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Mi hijo no quiere comer frutas ni verduras: consejos para padres

Los siguientes consejos te servirán para arrojar un poco de luz sobre este tema de la alimentación infantil. Verás cómo al final logras que las comidas sean un momento distendido en lugar de un sinónimo de peleas.

1. No temas, tu hijo está bien alimentado

Aunque sea de poco comer, le cueste horrores probar la fruta y no digamos la verdura, lo más seguro es que tu hijo o hija está bien alimentado. En la sociedad en la que vivimos hoy en día, el problema es el exceso de comida y la escasez.

2. Procura no convertir la hora de la comida o la cena en un campo de batalla

Si proyectas las emociones en la mesa, la comida se convierte en un espacio emocional negativo. Podrían incluso comer cuando se sienten nerviosos, ansiosos o preocupados en lugar de hacerlo solo para alimentarse y crecer.

3. Esto es lo que hay de comer

Podemos adaptar un poco las comidas a su gusto, dar alternativas (es posible que el puré no le guste, pero ¿tal vez una zanahoria cruda?) o presentar los alimentos de una forma atractiva... El error está en ponerles una comida diferente cuando ya tienen el plato sobre la mesa: '¿no te gusta? Deja, ya te traigo otra cosa'.

4. La comida basura o comida chatarra no es una alternativa

¿No se come la manzana? Mañana probaremos con la pera que también es una fruta de temporada. Lo que no haremos será llevar siempre encima un bollo industrial o unas galletas 'porque sino se queda sin merendar'... ¡hay que seguir intentándolo!

5. En esta casa se come sano (padres y niños)

Es importante que desde bien pequeños aprendan la importancia y la necesidad de comer sano. Las frutas y las verduras que servimos a la mesa y que mamá y papá también se comen delante de ti, tienen un por qué. Al igual lo tiene ese dulce que solo dejamos para los fines de semana o las ocasiones especiales. Comenta en casa, con palabras adecuadas a su edad, cuáles son los alimentos sanos que nos hacen crecer y cuáles son todos los beneficios que obtenemos: estar fuertes, tener energía, pensar mejor, correr más...

6. Nunca obligues a tus hijos a comer

Salvo que el pediatra te diga que tiene carencias nutricionales, no debes obligarle a que se coma todo lo del plato. Se trata de comer saludable, de hacerles entender el motivo para que ellos el día de mañana sigan la misma línea. Pero no de obligarles a comer ya que entraríamos en agobios, discusiones y pataletas.

7. Anima a que prueben

¿Tus hijos también te dicen que no les gustan las verduras incluso antes de probarlas? Anímales a que por lo menos den el primer bocado y para ello usa los recursos que quieras: una canción, un cuento, un aplauso una vez lo han probado, un pequeño reto... Una vez más, te animamos a buscar formas creativas para acabar con las peleas a la hora de la comida.

8. Si los niños participan en la preparación comerán mucho mejor

Siempre que sea posible, permite que los niños estén en la cocina o que incluso preparen parte de la cena. También es importantes hacerles partícipes del momento de compra en el mercado o supermercado. Les parecerá mucho más motivante cuando llegue el momento de sentarse a la mesa.

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