Mi hijo ha dejado de comer - Construye una relación sana con la comida

¿Por qué un niño o adolescente deja de comer? ¿Qué motivos puede tener para de repente mostrar rechazo a la comida? ¿Qué podemos hacer los padres para ayudarle? Ante la premisa: 'Mi hijo ha dejado de comer', construye una relación sana con la comida con los consejos para detectar estos problemas a tiempo. Te diremos algunas soluciones para enfrentarlo y los mejores consejos para que en la familia se logre una relación sana con los alimentos.

Mi adolescente no quiere comer ¿por qué lo hace?

Puede haber varias razones por las que tu hijo, en especial si está en plena etapa de la adolescencia, se niegue a comer. Conocer estos motivos es el primer paso para que puedas ayudarle a encontrar la mejor solución.

• El menú no es rico ni le resulta interesante
  Fíjate en si se trata de algo puntual o bien se está convirtiendo en una fase más larga. Para tratar de animarle y que esta racha de aversión a la comida sea lo más corta posible, procura variar el menú, así como presentar los alimentos de un modo diferente para captar su atención. Algo que también funciona muy bien es hacerle partícipe: que sea él quien piense las cenas para una semana o que sea el encargo de hacer la lista de la compra y luego acudir al supermercado contigo. 
• Sigue modelos de cuerpos que observa en internet
  Los modelos que consumen en internet a estas edades pueden hacer que adquieran roles inadecuados, por ejemplo, querer estar delgados como sus influencers favoritos o no tomar ciertos alimentos porque ellos tampoco lo hacen. Esto puede desencadenar problemas a futuro a nivel tanto físico como emocional. Procura estar siempre pendiente de lo que ve en las redes sociales que puedan estar influenciando en su conducta.
• Se siente avergonzado por su físico
  Llegados a la adolescencia es frecuente que los jóvenes se comparen con sus iguales. ¿Observas que ha cambiado su forma de vestir o que se pone ropa ancha para esconder su cuerpo? Puede que no esté conforme con su físico y por ello restrinja algunos alimentos. Explícale que necesita de todos los grupos alimenticios del plato de Harvard para su desarrollo.
• Se han producido cambios en su entorno escolar o en el hogar
  Los cambios en la rutina: la vuelta a la escuela o la llegada de las vacaciones, pueden hacer que su apetito disminuya. Pero más aún lo hará si existen problemas en casa o en la escuela. En este sentido es necesario que valores y averigües qué sucede, si hay problemas en la familia o dificultades en la escuela que puedan estar afectando a su estado de ánimo y por consiguiente repercuta en su dieta.

Ayuda a tu niño a construir una relación sana con la comida en 6 pasos

Además de hacer partícipes a tus hijos de la alimentación familiar y con el fin de puedan construir una relación sana con la comida que dure durante toda su vida, puedes utilizar los siguientes tips:

1. Hay veces que los horarios y las prisas hacen que acabemos por comer cualquier cosa. Por eso, el primer paso para construir una relación sana con la comida desde que los hijos son pequeños es planificarse: es necesario hacer unas cinco comidas al día no muy copiosas y que incluyan los grupos de alimentos necesarios que nos garanticen un buen aporte de nutrientes.
2. Asimismo, se debe incluir en la rutina de toda la familia la alimentación consciente, es decir, dedicar al desayuno, la comida y la cena el tiempo necesario y suficiente para disfrutar de los alimentos en compañía de la familia y sin distracciones como el móvil o la televisión. Piensa que de este modo tendrás una oportunidad de oro para conversar con tu hijo sobre distintos temas de vuestro interés.
3. Es importante que tu hijo conozca desde su primera infancia por qué es importante comer ciertos alimentos y por qué otros solo son para de vez en cuando. Si está bien informado, si es consciente de lo que significa llevar un estilo de vida saludable, no le costará nada seguir con ello cuando se adentre en otras etapas de su vida como la adolescencia.

4. Procura no poner etiquetas equivocadas a los alimentos: 'esta comida es mala porque engorda'. En su lugar explícale que no tiene los nutrientes necesarios y sí muchos azúcares o grasas saturadas, pero que no pasa nada por tomarlo alguna que otra vez.
5. Si ves que tu hijo no quiere comer o que le sucede todo lo contrario, que come por ansiedad, busca un momento y un lugar tranquilo y conversa con él sin juzgarle ni hacerle sentir culpable. Pregúntale desde la empatía y el cariño incondicional qué le pasa, cómo se siente y acerca de qué opina sobre los hábitos alimenticios que se están llevando en la familia.
6. Reflexiona sobre qué cánones de belleza física le estás transmitiendo. Cuanto más desarrolle su capacidad crítica menos se va a dejar influenciar por los mensajes estereotipados que muchas veces manda la sociedad. De igual modo, invítale a que valore los ejemplos de cuerpos que ve en las redes sociales ¿en verdad son así o han retocado la imagen con filtros?

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