La importancia de la fibra al inicio de la alimentación complementaria
Por qué debemos introducir fibra en la dieta del bebé
- Qué tipos de fibra existen
- Por qué hay que introducir fibra en la alimentación complementaria
Es poco común que los niños escojan por sí mismos alimentos ricos en fibra, lo que convierte a este compuesto uno de los más problemáticos en la dieta infantil.
Es más, la fibra, si bien no es un nutriente per se, ya que no participa de manera directa en procesos metabólicos del organismo, sí que desempeña funciones fisiológicas de gran importancia, por lo que su aporte es muy necesario para el buen funcionamiento del organismo, y en particular, del tracto gastrointestinal.
Te contamos las razones por las que es importante introducir la fibra al inicio de la alimentación complementaria.
Qué tipos de fibra existen
Existen diferentes tipos de fibra, dependiendo de cómo reaccionen frente al agua, la fibra insoluble y la fibra soluble:
- La fibra soluble atrae al agua y se convierte en algo parecido a un gel durante la digestión, aumentando la sensación de saciedad y haciendo más lento y fácil el proceso digestivo. Este tipo de fibra se encuentra en el salvado de avena y de cebada, en algunos frutos secos y semillas y en las legumbres, además de algunas frutas y verduras.
- La fibra insoluble se encuentra en alimentos como el salvado de trigo, las verduras y los granos integrales. Este tipo de fibra ablanda y aumenta el volumen a las heces ayudando a que los alimentos atraviesen el tracto gastrointestinal de manera más rápida, lo cual evita el estreñimiento, pero desafortunadamente, al aumentar la velocidad de la digestión, entorpece la absorción de algunos nutrientes.
Por qué hay que introducir fibra en la alimentación complementaria
El organismo del bebé, cuando se inicia la alimentación complementaria, lleva 6 meses digiriendo contenidos líquidos en exclusiva, leche materna o de fórmula. Durante este periodo, el aporte de fibra aparte de la que pueden aportar dichos lácteos es innecesario, pero, aquel zumito de naranja que se recomendaba antiguamente para que los bebés hicieran caca no les ha a hacer ningún bien, sino todo lo contrario, porque su tracto gastrointestinal no está preparado para digerirlo.
El estreñimiento a estas edades, si el bebé se alimenta con leche materna, es poco probable, aunque la frecuencia de las heces es variable, ya que la leche materna produce pocos deshechos. La leche de fórmula es más difícil de digerir y puede producir heces más duras, pero, si se prepara correctamente, no debería producir estreñimiento de manera habitual.
Sin embargo, cuando se introducen los alimentos sólidos, de repente el aporte líquido disminuye y los productos de deshecho aumentan, por lo que el estreñimiento es, lamentablemente, altamente frecuente. Mientras el tracto gastrointestinal del bebé se va acostumbrando a los nuevos alimentos, puede resultar de ayuda ofrecer agua, leche materna o leche de formula con frecuencia.
También es importante escoger para el bebé, al comenzar la alimentación complementaria, alimentos con alto contenido en fibra, como frutas, verduras y legumbres, así como cereales integrales, para hacer esta transición más llevadera para su organismo y evitar el estreñimiento.
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