Los beneficios de los helados para los niños
Ventajas de incorporar los helados en la dieta infantil
- Los helados también aportan vitaminas a los niños
- Dar helados a los niños con amigdalitis, ¿sí o no?
Los helados artesanos o hechos en casa pueden ser considerados como una fuente de energía, siendo además un alimento con alta densidad de nutrientes. Un helado de tarrina elaborado con leche y frutas aporta carbohidratos (15gr), grasa (7gr) y proteína (2gr).
Además, los helados también aportan vitaminas. Te explicamos por qué es bueno que tu hijo tome de vez en cuando un helado.
Los helados también aportan vitaminas a los niños
Los helados elaborados con leche y fruta, aportan vitaminas, A, C, D y E, así como tiamina, riboflavina, niacina, ácido fólico y vitaminas B-6 and B-12. En menor proporción, también vitamina K. En cuanto a los minerales, este helado sería rico en calcio y fósforo.
Como contrapunto, hay que tener en cuenta que el helado es rico en grasa y azucares, además de contener lactosa, importante en caso de que el niño sea intolerante a este carbohidrato.
Si se elabora el helado con yogur, eliminamos la fuente de lactosa, haciéndolo apto para los intolerantes, manteniendo las vitaminas y minerales procedentes de la leche. Para enriquecerlo más aun en micronutrientes, siempre se puede combinar con frutas de temporada.
Otra opción que podría ser aún más atractiva, seria el helado hecho en casa a partir de zumo de frutas, es decir, zumo de frutas en formato de polo. De este modo, disminuye el contenido calórico del helado, siendo, no obstante, una buena fuente de vitaminas. El contenido en azucares, sin embargo, sigue siendo alto, e importante tenerlo en cuenta, sobre todo en diabéticos.
Aunque existen, dentro del propio colectivo médico, opiniones dispares al respecto, los helados se suelen recomendar cuando el niño padece amigdalitis o la garganta inflamada.
Dar helados a los niños con amigdalitis, ¿sí o no?
Los motivos, en el bando de los pros:
- El helado es una fuente de calorías apetecible y, dada su textura suave y cremosa, fácil de tragar aun con una garganta irritada
- El helado, al estar frío, actúa como anestésico y reduce la inflamación, pudiendo aliviar temporalmente los síntomas.
- Suele recomendarse después de extirpar las amígdalas.
En el bando de los contras:
- Un el helado demasiado rico en azucares puede agravar la inflamación de la garganta.
- Aunque no se ha demostrado de manera científica correlación alguna, la sabiduría popular afirma que los productos lácteos aumentan la cantidad y densidad de la mucosidad y de las flemas, y según esto, el helado de crema podría agravar la sintomatología del resfriado.
- El helado, al ser frío, produce una disminución en la temperatura corporal, por lo que el cuerpo necesitara un aporte extra de energía para volver a subirla, energía que podría dedicarse a otros procesos en el organismo.
En cuanto a los helados comerciales, los de crema presentan en su composición un elevado contenido en grasas y azucares, y, generalmente, su aporte de micronutrientes es nulo. Los de hielo, por su parte, se elaboran con un jarabe o néctares muy concentrados que no suelen aportar más que azucares en grandes cantidades. Conviene recordar que también pueden contener posibles colorantes o conservantes que pueden producir alergias.
En resumen, cuando el niño necesita un aporte extra de calorías, ya sea por enfermedad o simplemente porque este desganado, el helado puede ser un aliado a tener en cuenta, siempre y cuando sea lo más natural posible y no se abuse, ya que el contenido de grasas y azucares es elevado.
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