Alternativas para niños que piden comida sin parar
Cuando los niños picotean por aburrimiento y no por hambre
- Niños que piden comida sin parar por aburrimiento
Cuando los niños piden comida, no siempre es por hambre, en ocasiones es por simple aburrimiento. Durante la semana, estando ocupados entre el colegio, las actividades extraescolares y los deberes, puede que no picoteen en exceso, es probable que ni siquiera se acuerden de dejar de jugar para comer, pero, los fines de semana, si el ritmo no es el mismo, podemos encontrarnos con un niño que pide comida sin parar.
Niños que piden comida sin parar por aburrimiento
Cuando el niño pide comida sin parar por aburrimiento puede tener fácil solución –manteniendo ocupado al niño con juegos, deportes o en el parque- también podemos encontrarnos con un día lluvioso que nos mantiene cerrados en casa, por lo que conviene tener a mano algunos snacks que sean saludables a la par que atractivos.
- Palomitas: echas en casa, las palomitas son uno de los snacks más sanos y atractivos que podemos ofrecer a nuestros pequeños. Sin contener nada más que maíz y añadiéndole lo mínimo indispensable para cocinarlas –un poco de aceite si se hacen en la sartén o una mezcla de aceite y agua si se cocinan en el microondas- son siempre bien aceptadas entre los jóvenes y no tan jóvenes. Además, hacer palomitas se puede convertir en un momento perfecto para compartir en familia una tarde de lluvia.
- Polos de frutas: mezclas de fruta, con toda su pulpa, es casi como comerse la pieza tal cual, y sin embargo, para nuestros hijos existe una gran diferencia entre la pieza de fruta y otro formato, como el polo. Simplemente congelando una mezcla de frutas bien batidas y colocando un palo o una cuchara si no se tienen palos a mano, tenemos un snack de lo más saludable, que poco tiene que envidiar a la fruta fresca. Si además tenemos la precaución de escoger frutas bien maduras, como un plátano blandito, no existe necesidad alguna de añadir azúcar, puesto que estas ya endulzaran lo suficiente.
- Queso o yogur: los lácteos fermentados son, en general, una opción muy adecuada en la infancia, proporcionando calcio y vitamina D para los huesos de los más pequeños, en constante crecimiento. Además, al estar fermentados, contienen cantidades mínimas de lactosa, siendo más fáciles de digerir, y aportan bacterias beneficiosas para el organismo, fortaleciendo el sistema inmunitario del niño.
- Fondues: las llamativas fondues de chocolate y fruta son una manera de que los niños coman fruta fresca, ya que la recubren con chocolate, que, si se escoge de entre los menos procesados, no presenta demasiadas desventajas. Además, este snack se convierte también en un fácil y perfecto entretenimiento para una tarde de invierno, ya que no es necesario más que un recipiente en el que fundir el chocolate –trabajo del adulto, por supuesto- y, si se distribuye en cuencos individuales, el propio niño puede ir mojando su trocito de fruta con su tenedor, en el chocolate.
Sea por hambre o por aburrimiento, siempre es conveniente ofrecer al niño snacks que no contengan ni azúcares ni grasas en exceso.
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