La carne de cerdo en la dieta del niño
¿Qué carne es más saludable para la dieta de un niño?
- Carne de cerdo para niños: ¿sí o no?
La carne de cerdo suele tener una mala fama precediéndola, y los pediatras recomiendan introducir otras carnes como la ternera, el pollo o el conejo antes de introducir el cerdo en la dieta del bebé, pero, ¿existe algún motivo específico para esperar o para no ofrecer esta carne a nuestros hijos?
Carne de cerdo para niños: ¿sí o no?
La carne de cerdo, al igual que otras carnes rojas es rica en proteína de alto valor biológico, vitaminas y minerales. Concretamente, contiene vitaminas del grupo B y vitamina D, además de fósforo, hierro, zinc, potasio y magnesio en cantidades relevantes para la dieta. Sin embargo, contiene también una cantidad de grasa, dependiendo de la procedencia de la pieza que se consuma, sobre todo monoinsaturada, pero también saturada y colesterol. A día de hoy la grasa saturada no está tan demonizada como estuvo en otras épocas, aunque obviamente no es la más saludable de las grasas, pero las grasas trans lo son aún menos.
Dentro de la carne de cerdo pueden diferenciarse cortes más o menos grasos, dependiendo de la pieza. En la medida de lo posible deben escogerse piezas magras o eliminar la grasa visible de las piezas con más grasa.
- El lomo o el solomillo, por ejemplo, suelen ser piezas magras, mientras que las costillas suelen ser más grasas. El lomo puede encontrarse fresco o adobado. El adobo suele incluir especias como pimentón, orégano y ajo, además de llevar una cantidad de sal añadida que no es recomendable para los bebés. Sin embargo, si se elabora en casa, puede omitirse la sal y el lomo adobado sería apto para el consumo durante la infancia, sobre todo con la idea en mente de que el bebé debe aprender a comer lo que se come en casa. Además, cuanto menos procesada la carne, más sana es y más fácil de digerir.
- El beicon, a la cabeza de las carnes ahumadas, es una carne muy salada, por lo que debe evitarse. Cuando se consume en fresco suele conocerse como panceta que es menos salada, pero es una pieza muy grasa, con una grasa difícil de eliminar.
- La carne procedente del jamón, al igual que las chuletas son piezas relativamente magras con grasa visible fácil de eliminar, aunque tienen también grasa infiltrada en cantidades variables.
Según el origen y la crianza del cerdo, sea blanco o ibérico, la carne puede tener más o menos grasa infiltrada. La grasa infiltrada es aquella que se encuentra entre las fibras de la carne y no puede eliminarse. Es más frecuente en músculos con mucho movimiento y más abundante en cerdos que están en libertad que en los que se encuentran contenidos.
Además, estudios realizados variando la alimentación del cerdo han conseguido mejorar la calidad de esta grasa, por lo que los cerdos criados en libertad y alimentados con bellotas tendrían una cantidad de grasa monoinsaturada, saludable, mucho más elevada que aquellos alimentados a base de piensos.
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