Cómo debe ser el protector de cuna del bebé

El protector es la pieza que colocamos sujeta a los barrotes de la cuna para evitar que el bebé se pueda dar algún golpe y hacerse daño.

Actualmente hay diferentes opiniones sobre si su uso es aconsejable o no. Hay quien considera que puede ser peligroso porque pueden ser responsables de algún caso de asfixia en bebés, aunque no hay nada demostrado. Lo que está claro es que nunca se deben dejar cojines, almohadas o peluches en la cuna mientras está el bebé dentro ya que son un riesgo para su salud.

Consejos sobre los protectores de cuna para bebés

Cuando utilices un protector de cuna debes tener en cuenta algunos consejos:

1. Debe estar bien sujeto a la cuna: evita que quede holgado y puedan quedar huecos en los que el niño puede meter un piececito o brazo. 

2. El sistema de sujeción debe ser seguro: evita botones y corchetes que puedan soltarse y lazos sueltos que el niño pueda agarrar cuando llegue a ellos y soltarlos.

3. El acolchado no debe ser excesivamente mullido ni blando, es preferible que su relleno sea firme y de buena calidad. Con un grosor no excesivo, con unos 3-4 cm puede ser suficiente.

4. Decídete por un protector desenfundable, así podrás lavar la funda y mantenerlo limpio.

5. El tejido, como puede estar en contacto con el niño, como siempre mejor de algodón.

6. Evita las decoraciones con elementos externos o piezas que se puedan soltar. 

7. En cuanto al tamaño, la parte del cabezal debe ser igual al ancho de la cuna. El largo suele coincidir con tres veces el ancho. Con 50-60 cm en los laterales suele ser suficiente. Algunos fabricantes realizan modelos standard para diferentes tamaños de cuna. 

Respecto a cuándo retirarlo de la cuna, se aconseja hacerlo cuando el niño ya se puede poner de pie y podría trepar por él. Como siempre, su seguridad ante todo.

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