Cómo preparar al bebé para el frío

Consejos para evitar catarros en el bebé en invierno

En este artículo
  1. 5 consejos para preparar al bebé para el frío 

En los meses de frío debemos extremar la precaución para evitar los brotes de bronquiolitis y otras temidas enfermedades respiratorias en el bebé.

Los expertos nos dan una serie de pautas muy útiles para preparar al bebé para el frío. Son consejos que nos pueden ayudar a evitar que padezcan más cuadros de catarros, gripe y otras enfermedades asociadas a los meses de invierno.

5 consejos para preparar al bebé para el frío 

Consejos para preparar al bebé para el frío

Cuando llega el invierno, nos acompañan las olas de frío, temporales de viento y lluvia, y nevadas. Esto hace que los virus proliferen, ya que el frío facilita su superviviencia y proliferación. Es por ello que, cada año cuando bajan las temperaturas se recrudece la incidencia de los brotes de bronquiolitis y otras enfermedades respiratorias que afectan a los bebés. Es por ello que debemos preparar al bebé para el frío. Pero, ¿qué necesitamos?

- Saco de invierno: los bebés deben salir a pasear cada día, aunque haga frío. Los propios pediatras recomiendan que los bebés salgan a la calle a diario también en invierno. Recuerda que en los países nórdicos los bebés incluso llegan a dormir la siesta al aire libre a temperaturas bajo cero, sin que a nadie le parezca una abominación. Sin embargo, es fundamental proteger debidamente al bebé en el exterior con un saco de invierno, preferiblemente con un tejido exterior impermeable e interior transpirable. También es recomendable llevar siempre la burbuja para la lluvia, por si acaso.

- Evita la ropa muy gruesa: es mejor varias capas de prendas que ropas muy gruesas. Las ropas de grosor excesivo no solo no abrigan más, sino que dificultan los movimientos del bebé y le incomodan. La forma idónea de abrigar a un bebé en invierno es la llamada “técnica de la cebolla”: vestirle con varias capas de ropa finas que se puedan retirar o añadir fácilmente según la temperatura de cada lugar (cuando sale a la calle, al entrar en una tienda, en el coche o transporte público, etc.). Además, es importante que las prendas estén hechas de algodón y otros tejidos naturales, porque la lana y materiales sintéticos irritan la piel.

- Protege su piel: La piel de los bebés es muy sensible por lo que el frío y le viento puede provocar su deshidratación. Para evitarlo, es necesario proteger toda la piel que quede expuesta al aire (rostro, orejas, labios y manos). ¿Cómo? Puedes utilizar una crema que tenga propiedades protectoras e hidratantes. También has de tener en cuenta que su fórmula no irrite la piel del bebé. Si nos llevamos al bebé a ver la nieve, también hay que añadir un fotoprotector infantil.

- No abuses de la calefacción: la temperatura de la habitación en la que duerme el bebé debe oscilar alrededor de 22 ºC durante el día y 18 ºC por la noche. Subir el termostato por encima de estos niveles puede provocar que el bebé sude cuando duerme, con el consiguiente riesgo de coger un resfriado. Como la calefacción tiende a resecar el ambiente y eso deshidrata la piel del pequeño, es aconsejable instalar un humidificador para bebés en su cuarto que reponga la humedad ambiental.

- Precaución en la hora del baño: para que el bebé no se enfríe, puedes caldear el baño y mantener la puerta cerrada. La forma más adecuada de secar a un bebé sin que coja frío es envolverle de inmediato con una capa de baño con capucha, ya que la cabeza es la parte del cuerpo que pierde más calor. 

Fuente: Bebitus

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