Los bebés, sobre todo en las primeras etapas de su vida, hacen pis u orinan muy a menudo. Por ello, tenemos que estar pendientes de cambiarles el pañal constantemente y evitar que la humedad esté en contacto con su genitales. Su piel es muy delicada y propensa a rojeces, eczemas o asaduras.
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Muchos bebés nacen ya con las uñas muy largas y sino, les crecen muy rápido. Es posible que al intentar cortárselas el bebé se mueva por lo que hay que tomar una serie de precauciones, la primera de ellas realizar el proceso con unas tijeras de punta roma. Otros trucos son hacerlo después del baño, cuando está dormido o durante la lactancia, así no se dará cuenta.
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Los recién nacidos producen más mucosidad que los adultos, tanto en la nariz, como en los ojos. Por esta razón, es muy habitual que presenten alguna conjuntivitis, o incluso la constante presencia de lágrimas y legañas. Se pueden eliminar con toallitas estériles. Y si persisten, consultar con el pediatra del pequeño.
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Existe la costumbre de limpiar los oídos al bebé con un bastoncillo, pero está totalmente desaconsejado por los pediatras. Con un bastoncillo o una toalla, se recomienda limpiar y secar solo la parte externa de los oídos. Recuerda que los oídos son una de las areas más sensibles del pequeño.
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Aunque no tenga dientes, debemos mantener limpia la boca y lengua del bebé. Para hacerlo basta un paño suave y húmedo. Sólo hemos de pasarlo por las encías y lengua. Cuando comiencen a brotarle los dientes, también podremos utilizar el paño o un cepillo de cerdas muy suaves.
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Un buen truco es limpiar la nariz del bebé después del baño, cuando el agua caliente ha ayudado a disolver los mocos. La manera más adecuada para limpiarlos es con suero fisiológico, aunque también pueden utilizarse aspiradores nasales o las clásicas peras de goma.
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La costra láctea suele aparecer en las primeras semanas de vida y se caracteriza por la presencia de escamas amarillentas, blanquecinas o grises, fuertemente adheridas al cuero cabelludo. Para tratarla se puede aplicar aceite o vaselina sobre la costra, se ha de lavar la cabeza a diario con un champú especial o realizar masajes suaves.
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El cordón umbilical debe cortarse a unos 4 centímetros de la barriguita del bebé y se pinza para contener la hemorragia. Este trocito de carne tarda en desprenderse entre 8 y 10 días en los que hay que cuidarlo y mantener una buena hgiene. Lo ideal es mantenerlo siempre seco y curarlo con alcohol de 70º.
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Aunque algunos pediatras no recomiendan bañar al bebé los primeros días después de nacer, el momento del baño puede convertirse en algo muy placentero para el recién nacido. Sin embargo, hay unos cuidados básicos que hay que tener en cuenta a la hora del baño como la temperatura del agua, la manera de sujetar al pequeño, los productos que necesitamos o el tiempo que ha de durar el baño.
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