Las niñas imitan a su madre en lo bueno y en lo malo. Una de las situaciones en que las niñas pueden imitar a su madre y a la vez adquirir un buen y saludable hábito es practicar la meditación, una actividad con muchos beneficios para su salud.
Las niñas imitan a sus madres en casi todas las situaciones. Cuando se tiene una madre a que le gusta practicar algún deporte o hacer gimnasia, es normal que a la niña también le despierte ese mismo interés. Un momento ideal para estimular el ejercicio físico en el día a día de las niñas.
El avance de las nuevas tecnologías ha permitido a muchas madres trabajar desde casa, con lo que es normal que las niñas vean siempre a sus madres en el ordenador. Y claro, les darán ganas de imitar a sus madres trabajando, o sentirse una mujer trabajadora, en algún momento.
No siempre es una regla general, pero las madres que son bailarinas o que les gusta bailar, suelen tener hijas que también se interesan por bailar o el ballet. Es una actividad sana que puede ser transmitida de madre a hija, y que además trae muchos beneficios para la espalda y la postura de las niñas
No hay nada que llene más de placer a una madre que ver a su hija divirtiéndose con ella. Una de las actividades que más les gusta a las madres compartir con sus hijas es la de disfrazarse, de compartir fantasías e imaginación. Ya no sabremos quién imita a quién.
Por lo general, las niñas son muy curiosas y quieren aprender a hacer todo cuando son pequeñas. Si sus madres pueden hacerlo, ¿por qué ellas no? Una de las actividades excitantes para las niñas es pintar con su madre la pared de la casa, sea de su habitación, de un pasillo o de cualquier otro cuarto de la casa. Lo importante es seguir a su madre como modelo.
Jugar a cocinitas es una de las actividades que más placer despierta en los niños, especialmente en las niñas. Si te gusta cocinar y desea que tu hija también adquiera ese interés por la cocina, invítala a cocinar contigo. Os divertiréis y aprenderéis un montón, una con la otra. Las hijas suelen heredar el gusto por la cocina de sus madres.
El hula-hop ya no se practica tanto como antes por los niños. Si algún día deseas que tu hija aprenda un juego con el que te has divertido durante tu infancia, cómprale un aro y practica con ella el Hula-hop. Además de hacer ejercicio, este juego también divierte un montón.
Pasar una tarde o un rato de compras con tu hija será divertido y muy excitante para las dos. Es una buena oportunidad para conocer vuestros gustos, para cambiar opiniones, para conocerse más. A tu hija le encantará elegir su propia ropa, con tu ayuda.
Jugar a ‘quiero ser como mi mamá’ es sano y muy divertido para las niñas. Uno de los momentos que las niñas más les gustan imitar a sus madres es con el maquillaje. Intentan imitar a su madre en cómo pasar el pintalabios, la sombra, en cómo se peinan, etc.
No hay nada más tierno y bonito que ver una niña cuidando a su muñeco como se fuera un bebé de verdad. Lo acuna en brazos, le canta una nana, le da besitos, e incluso le baña o le da de comer, imitando a su madre con un bebé. Jugar a ser mamá es una de las actividades que más les gustan a las niñas.
La práctica del yoga puede ser un buen momento para compartir con tu hija. Son posturas que despertarán su atención y que por ello, ella querrá imitarlas. Enseña algunas posturas sencillas para tu hija para que ella también disfrute de los beneficios de esta actividad milenaria
En algún momento de la infancia de tu hija, te sorprenderás cuando la encuentre caminando por casa usando uno de sus zapatos o sandalias con tacones. Es una de las costumbres que más imitan las niñas de sus madres. La curiosidad por sentirse mayor, hace con que las niñas quieran llevar todo lo que llevan sus madres, tacones, collares, etc.
Con la convivencia, las niñas, que son muy observadoras e curiosas, acaban absorbiendo y adoptando algunas posturas y actividades de sus madres, incluso cuando las ayuda a limpiar la casa, el baño, la cocina, etc. Quieren aprender de todo, y tiene que ser de la misma manera que su madre.
El ejemplo de los padres es lo que más enseña a los hijos. Hay mamás que tienen la costumbre de leer y estar al tanto de las últimas noticias, y que por ello reserva siempre un momento al día para leer algún periódico o revista. Pues ese es un buen hábito a ser imitado por las hijas. Al mismo tiempo que fomenta su lectura, esta costumbre también la mantendrá actualizada.
De pequeñas, las niñas suelen jugar a imitar a sus madres para aprender y experimentar situaciones de personas mayores. Una de las circunstancias divertidas que más les gusta a una niña es acompañar a su madre a la peluquería o que su madre le ponga rulos en el pelo, en casa. Una costumbre antigua con la que las niñas les encantan jugar.
Las hijas imitan a sus madres en casi todo. Una de las situaciones que suelen gustarle, es cuando su mamá se pone al teléfono para hablar con las amigas, o pedir cita médica, o charlar con su familia. Pues a las niñas les encanta jugar a ser mayor y a ser o sentirse autónoma con su teléfono.