Materiales de aprendizaje para los bebés en la piscina
Churros, cinturones y corchos para las clases de natación de los bebés
- Con papá y mamá a la piscina
- Materiales de aprendizaje para los bebés en la piscina
Para que los bebés aprendan a mantenerse a flote en el agua y dominen el medio acuático es recomendable usar distintos elementos o materiales de aprendizaje. Cada uno es específico para cada etapa de aprendizaje, deben llevar un orden y son evolutivos. Cruz Lobo Sanz, monitora de la piscina Baby Swim, de Madrid, nos recomienda cuáles son materiales más adecuados para estimular a los bebés durante sus primeros contactos con el agua.
Con papá y mamá a la piscina
Cuando llegan las vacaciones y la familia se desplaza a la playa o va a acudir a la piscina, surgen dudas sobre el material que debe usar el bebé en el agua. Cruz Lobo recomienda a los padres que "usen el mismo material con el que el bebé esté trabajando en ese momento, es decir, si está haciendo ejercicios con un churrito con su conector les recomendamos que sigan con esto, ya que no es bueno subir o bajarles de nivel, puede cada etapa de aprendizaje tiene su tiempo y hay que respetarlo".
Materiales de aprendizaje para los bebés en la piscina
1. Tabla de corcho. Pensada y diseñada para los bebés menores de un año en sus primeros contactos con el agua. Es ideal para un bebé de unos cinco meses, que es la edad mínima con la que se puede empezar a trabajar con los bebés en el medio acuático. Esta tabla de corcho tiene una base muy grande y un agujero ajustable por donde se introduce el bebé. Su objetivo es familiarizar al bebé con el agua al mismo tiempo que trabaja el equilibrio y le ofrece seguridad mientras se desplaza por el agua. La utilización de la tabla requiere una vigilancia constante por parte de los padres o el monitor porque aunque parezca sencillo los bebés pueden darse la vuelta con este material. Debemos mantener al bebé sobre la tabla, soltándole y agarrándole poco a poco, o dándole la manita. La tabla es el material de iniciación para los bebés.
2. Churro. La utilización de la tabla da paso al churro con su conector. El bebé va dentro del churro con el conector centrado en la parte de delante. Con este material, al bebé le cuesta más mantener el equilibrio que con la tablita, porque tiene menos base. El sistema es parecido a un flotado y su función consiste en estimular al bebé a trabajar el equilibrio y la flotación. La misión de los padres o monitores consiste en sujetar y soltar al bebé de manera alternativa y, poco a poco, hasta que el niño adquiera autonomía. Los bebés suelen tardar un mes o mes y medio en dominar la técnica del churro. No obstante, es normal que no lo consigan del todo porque siempre se dan un poquito la vuelta.
3. Cinturón entero. El cinturón entero se ajusta al cuerpo del bebé y se usa, al principio, con dos tablitas o dos corchos para reforzar la estabilidad y el equilibrio del bebé dentro del agua.
Este material sirve trabajar la autonomía y el movimiento y, además, añade dificultad al trabajo del niño en la piscina, ya que con el cinturón les cuesta más trabajo a los bebés mantener el equilibrio. Los bebés deben esforzarse más para mantenerse y moverse.
El segundo paso de aprendizaje en el agua con el cinturón consiste en quitarle una tablita de corcho. La tabla que queda se suele colocar en posición horizontal para evitar que la muerdan. Con esta dificultad añadida se realizan los mismos juegos y actividades. Finalmente, también se quita esta tabla y entonces pasamos al cinturón entero sin tablas, que cuesta un poco más. En esta etapa del aprendizaje en el agua, los bebés ya gozan de autonomía y muestran un buen equilibrio.
4. Cinturón de tablas de corchos. Del cinturón entero, el bebé pasa a un cinturón de varias tablitas corchos, que se coloca alrededor de la cintura. Al principio, normalmente, se colocan tres corchos en la espalda y dos por delante, y según va avanzando y aumentando la destreza del bebé, vamos quitando tablitas. El bebé puede quedarse con tres fijas en el cinturón y, como alternativa, podemos introducirle corchitos dentro del bañador, que pueden sumar hasta cinco, repartiendo y equilibrando. Esto depende un poco de los niños, ya que hay algunos que tienen mejor equilibrio y otros que se van hacia atrás, por lo que se debe poner más material delante. Si el bebé se va hacia delante, para corregir la postura, le pondremos el material detrás.
5. Corchos en el bañador. El último paso y el más fácil consiste en colocar los corchos en el interior del bañador, para ir quitándoselos poco a poco y uno por uno, a medida que el bebé avanza en su aprendizaje. Mientras que el bebé está utilizando todos estos materiales, su postura en el agua es en posición vertical. Sólo a partir del momento en que llevan dos o tres tablitas es cuando empieza el niño a ir más horizontal y empieza a adquirir la postura de natación horizontal que nos sirve para desplazarnos en el agua.
Marisol Nuevo
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