Esta frase es la máxima expresión de afecto hacia alguien. Decir a nuestros hijos que les amamos les hará sentirse felices, seguros y confiados.
Esta frase anima a los niños a esforzarse y a trabajar. Las cosas no siempre son fáciles pero motivarles a que luchen por lo que desean e intenten conseguir pequeños logros es fundamental.
El colegio o las obligaciones laborales hacen que pasemos unas horas lejos de los hijos. Verles y recordarles que hemos pensado en ellos y que estábamos deseando verles, les hará sentirse importantes en nuestra vida.
La comunicación y el diálogo en familia hay que fomentarlo día a día. Saber escuchar a los hijos creará un clima de confianza que propiciará que puedan hablarnos de sus miedos, sus dudas, alegrías o fracasos.
Una estupenda manera de motivar a los hijos es decirles que confiamos en ellos. Con ello les damos la fuerta y el ánimo de luchar por las cosas. Saben así que les apoyamos y que estamos de su parte.
Los padres debemos ser un ejemplo para los hijos. Si habitualmente les damos las gracias, o les pedimos las cosas por favor, ellos asumirán estos buenos hábitos de conducta y los repetirán.
Saber valorar los logros de nuestros hijos y recordarles que lo han hecho bien les ayudará a seguir intentando nuevos retos.
El juego tiene múltiples beneficios para el niño y a través de los juegos los padres podemos compartir grandes momentos con los hijos que refuerzan el vínculo con ellos, además de ayudarles y abrirles nuevas posibilidades de juegos.
Los padres debemos enseñar a los niños que no siempre es posible ganar. Deben aprender a manejar la frustración y comprender que lo importante siempre es intentarlo.
Es importante conocer lo que ha hecho el niño durante todo el día, dejarle que se exprese con sus palabras y tener un rato al día para escuchar cómo ha sido la jornada.