7 pasos para enseñar a nadar a un niño. Guía práctica de natación para bebés

La natación no solo es un entrenamiento muy útil para evitar ahogamientos infantiles sino que es muy beneficioso para aumentar la capacidad respiratoria y pulmonar de los niños, y estimular su desarrollo psicomotor. Cada año, especialmente en épocas de verano y de vacaciones, aumentan los casos de niños ahogados. La mejor forma de evitar esto es enseñándoles a nadar cuanto antes. Cuanto antes los bebés comiencen a tener su primer contacto con el agua, más rápido se adaptarán, se sentirán más seguros y perderán el miedo a ella.

7 pasos imprescindibles para enseñar a los niños pequeños a nadar

La natación es una habilidad vital para los niños no solo porque se trata de una experiencia divertida, sino porque es un recurso muy positivo para evitar que ellos no se ahoguen o sepan defenderse cuando estén en el agua, en una piscina, una playa, lago, río, etc.

Para enseñarle a nadar a los bebés y niños pequeños, para que ellos aprendan a moverse por el agua sin la ayuda de sus padres o de un adulto, Guía Infantil ha propone algunas pautas:

1. Enseña a tu hijo a perder el miedo y a adaptarse al agua
Los bebés y niños necesitan primero familiarizarse con el agua, para que no la tengan miedo y se sientan seguros cuando estén en ella. Es importante que empiecen con baños de inmersión o juegos con agua en casa. Se puede empezar con este proceso desde los 3 meses de edad, juntos a sus padres.

Las clases de matronatación son muy recomendables en el primer año de vida de los bebés. Se trata de una modalidad que permite que los padres sumerjan en la piscina y realicen sencillos, y divertidos ejercicios y juegos, junto a sus bebés. Así, poco a poco empezarán a sentir más confianza durante el contacto con el agua.

2. Anima a tu hijo a flotar en el agua
Cuando el niño ya pierda el miedo al agua, puede empezar a aprender a moverse en un sitio en el que pueda tocar el fondo con sus pies. Esto le ofrecerá seguridad y confianza para seguir aprendiendo a nadar. Uno de los principales problemas de los niños al aprender a nadar es el miedo a hundirse.

Si sabe que puede apoyar los pies, el miedo desaparecerá y eso le dará una dosis extra de confianza. Es aconsejable enseñarle a flotar en el agua. Para eso, se puede tanto usar flotadores o cualquier otro material que lo mantenga a flote.

Cómo se debe enseñar a un bebé a flotar en el agua

3. Enseña a los niños a controlar la respiración en el agua
Para enseñarle a respirar de forma correcta, lo mejor es ensayar antes en la bañera. Pide que coja aire o inspire por la nariz, que contenga la respiración por unos segundos, y luego sumerja la boca al agua y expulse el aire por la boca soplando burbujas en el agua.

No hace falta que meta todavía toda la cabeza bajo el agua. Para él será un juego, pero estará practicando una respiración fundamental para aprender a nadar. Primero, lo haces tú, para que el niño lo vea y aprenda. Repite ese ejercicios varias veces hasta que el niño se sienta a gusto haciéndolo.

4. Pide a tu hijo que meta la cabeza en el agua
Una vez que el niño ya se divirtió con el juego de las burbujas, es hora de dar un paso más. Pide que al hacer las burbujas, que meta la cara y luego la cabeza en el agua. Bastará un segundo. La primera vez le sorprenderá, pero al ver que las burbujas siguen saliendo y que no ocurre nada, perderá el miedo. Si se asusta con las burbujas en la nariz, pídele que lo intente otra vez pero ahora con la cabeza mirando hacia un lado.

5. Motiva a los niños a mover las piernas y los brazos
Para que el niño aprenda a mover las piernas dentro del agua, sujétale con la mano por la barriga y ayúdale a mantenerse horizontal, perpendicular al suelo de la piscina. Los niños tienden a hundir las piernas y el cuerpo al principio, pero antes de que eso ocurra pídeles que mueva sus piernas hacia arriba y abajo, sin flexionar las rodillas.

Una vez que aprenda a mover las piernas en el agua, el niño debe aprender a mover los brazos. Dar brazadas con los brazos estirados hacia delante, moviéndolos arriba y abajo, mientras lo sujetas por el abdomen. El niño debe practicar eses ejercicios con las piernas y los brazos, varias veces.

La coordinación de los movimientos de brazos y piernas de los niños en el agua

6. Enseña a tu hijo a coordinar los movimientos de brazos y piernas en el agua
Una vez que los niños están cómodos flotando, ya va siendo hora de enseñarles a coordinar los movimientos de los brazos y de las piernas en el agua, es decir, patear y mover los brazos, al mismo tiempo que soplan burbujas. Para ello, sujétale por las axilas y pídele que haga burbujas mientras mueve las piernas. Evidentemente, tú te le estás ayudando. Con la práctica el niño logrará hacerlo solito.

7. Permita que tu hijo lo intente y lo practique solo
Cuando ya tenga confianza en sí mismo y esté practicando burbujas y movimiento de piernas, suéltale unos segundos para que se de cuenta de que puede hacerlo solo. Así aprenderá a mantenerse a flote en el agua.

No aprenderá en un minuto. Ni en un día. Hay que tener paciencia, pero con ayuda de estos ejercicios y de la práctica diaria, el niño aprenderá a nadar. Recuerda que la práctica hace el maestro. Motiva a tu hijo a practicar todo los pasos en un ambiente seguro y tranquilo. La motivación de los padres es esencial para que el niño aprenda a nadar bien.

Por qué es esencial que los niños aprendan a nadar desde muy pequeños

Aprender a nadar es una de las habilidades que más se urge en la infancia. La natación no solo es una estupenda manera para ejercitar a los bebés y niños, sino que les puede salvar la vida. Es una forma de prevención contra el ahogamiento, uno de los accidentes que más ocurren especialmente en épocas de verano y de vacaciones familiares.

Los ahogamientos infantiles son una gran preocupación de los padres. Aunque parezca que nuestros hijos están seguros en la piscina porque estamos a su lado, lo cierto es que un pequeño despiste puede resultar fatal. Por ello, es muy importante que no quitemos ojos de los niños cuando están en la piscina. Un bebé, hasta los dos años de edad, puede ahogarse en una piscina con tan solo 25 cm de agua. Por ello, es importante que los niños aprendan a nadar desde la más temprana edad.

Los niños que saben nadar tienen menos probabilidades de ahogarse. Además, la natación aporta otros beneficios:

• Mejora la coordinación motora de los niños
• Ayuda a los niños a tener más equilibrio
• Fortalece los músculos de los brazos y piernas de los niños
• Promueve un estilo de vida saludable
• Fortalece el sistema cardiorrespiratorio de los niños
• Promueve momentos de relajación para los niños
• Enseña a los niños a respirar
• Ayuda a los niños a socializarse mejor

Es importante que sepas que los ahogamientos pueden acontecer de una forma rápida, incluso en pequeñas cantidades de agua, y con niños que sepan nadar. La supervisión adulta es vital para mantener a los niños seguros en el agua.

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