La importancia de la asertividad y cómo trabajarla con los niños

En algunas de las ocasiones en que has tenido que reprender a tus hijos, ¿has acabado con la sensación de haberte puesto demasiado estricto y exigente, pero en otras ocasiones piensas que has sido poco serio? En definitiva, ¿te quedas con la impresión de que te has pasado o te has quedado corto? Seguramente, sí. Sea como fuere, si te ves identificado en cualquiera de los dos extremos, tu actitud comunicativa NO ha favorecido la relación personal con tu hijo. Casi siempre lo mejor es usar el término medio que es la asertividad.

La importancia de la asertividad en la educación de tus hijos

La asertividad es una habilidad comunicativa que permite defender nuestros derechos y expresar nuestra opinión, siendo libres, sin ser agresivo con otros y sin ser pasivos con nosotros mismos. La asertividad permite relacionarnos con las personas de una manera correcta y sana favoreciendo las relaciones personales.

Los niños suelen ser asertivos, el problema empieza cuando empezamos a hacernos jóvenes y adultos, tenemos una necesidad de aceptación social y del entorno próximo, y empezamos a tomar decisiones en función de lo que pensarán o sentirán los demás, tanto si digo sí, como si digo no.

Es en ese momento es cuando pensamos más en la otra persona que en nosotros mismos, y empezamos a perder el valor de la asertividad.

Existen 3 tipos de personas que debemos conocer.

- Personas de estilo pasivo
Son personas que actúan sin defender sus  intereses, ni sus objetivos, ni sus emociones.  Al no mostrar sus opiniones ni sus desacuerdos, la gente suele aprovecharse de ellos.

- Personas de estilo agresivo
Personas que actúan sin tener en cuenta los sentimientos de los demás. Amenazan. insultan , pelean o gritan, creen llevar razón siempre y suelen ser rechazados por la gente.

- Estilo asertivo
Son personas que actúan respetándose a ellos mismos ya a los demás. Son adecuados en su forma de expresarse, son correctos, coherentes, completos, claros sinceros y concisos. Son personas que suelen ser aceptadas en los grupos y en las relaciones sociales, ya que emocionalmente no están en deuda con nadie.

Por tanto, los padres debemos educar a nuestros hijos pequeños y pré-adolescentes en que mantengan y tengan el valor de la asertividad, para ello debemos hacerles conscientes en reconocer sus decisiones y comentarios si se pasan, como ocurre en el estilo agresivo; se quedan por defecto, como hacen las personas de estilo pasivo; o si tienden al término medio  que es la deseada asertividad.

Cómo trabajar la asertividad en la educación de los niños

Se puede educar la asertividad en los niños de una forma práctica, directa e indirectamente. Aquí tienes algunos consejos para conseguir ofrecer una educación asertiva a tus hijos:

1. Ser un ejemplo de padre/madre asertivo(a)
Por ejemplo tener una conducta controlada cuando el niño o adolescente se enfade o tenga un berrinche. Ser el adulto que los hijos necesitan en las situaciones de conflicto. Otro ejemplo, es saber escuchar y respetar la opinión de los hijos aunque no estén de acuerdo.

2. Reforzar las capacidades de los niños
Es importante dejar que los niños hagan las cosas por sí mismos, valorar sus esfuerzos aunque los resultados no sean lo esperado. Dentro de sus capacidades, ponerles pequeños retos diarios y ponerse siempre en su lugar a la hora de evaluar o juzgar.

3. Ayudar a los niños a expresar su opinión
Se debe hacerles partícipes en las discusiones y charlas familiares, y enseñarles mediante refuerzos a conversar y expresarse correctamente.

4. Animar a los niños enfrentarse a situaciones que pueden afrontar
La motivación es un ingrediente básico para que los niños aprendan a hacer frente a las situaciones difíciles y complicadas. Si ves que ellos pueden solucionarlas solos, se debe animarles. Si ves que ellos no pueden con ellas, ayudarles a hacerlo, reforzando su intento de superación. Así se sentirán bien consigo mismos.

5. Enseñar a los niños a cuestionar conductas
A través de los cuentos infantiles, se puede enseñar a los niños a cuestionar sobre distintas conductas y situaciones. '¿Qué harías en este caso?' Que ellos identifiquen situaciones peligrosas, de riesgo, de fracaso, como también las positivas. Así les será más fácil percatarse sobre lo que está bien y lo que está mal en las relaciones personales, y en la forma de comunicarse y comportarse.

6. Ayudar a los niños a expresar sus emociones y sentimientos de forma más controlada
Es necesario enseñar a los niños que con buenas actitudes se consigue mejor lo que se quiere. Que él tiene derecho a enfadarse, pero que es importante que intenten controlarse. Ellos aprenderán eso más fácilmente si encuentra el control en sus padres.

¿Dónde quedamos? - Cuento para niños sobre la asertividad

La asertividad nos permite hablar sobre nuestras emociones y expresar nuestras opiniones desde el respeto y teniendo empatía sobre cómo las van a recibir quienes nos escuchan. Para explicarles a los niños qué es la asertividad podemos utilizar como recurso este bonito cuento de la escritora Marisa Alonso: ¿Dónde quedamos?.

Jaime y sus amigos estaban a la puerta del colegio decidiendo dónde y a qué hora quedar para ir a jugar la tarde del sábado.

- Yo creo que podemos quedar a las cinco en el parque. Así tendremos más tiempo para jugar - dijo primero Raúl.

- ¡Es muy pronto! Mejor quedar a las seis, ¿no? - dijo Lucía.

- ¡De eso nada! Vamos a las siete a los recreativos del centro comercial. ¡Antes no puedo! - dijo Jairo alzando la voz.

- Vamos a decirlo con una votación - propuso Lucía.

- ¡Qué dices! ¡Vamos a los recreativos! - dijo Jairo enfadado.

- Faltas tú, Jaime, ¿qué prefieres? - le preguntó la niña ignorando a Jairo buscando su apoyo.

- No sé - dijo titubeando.

Su padre estaba al lado escuchando la conversación de los niños. Cuando llegaron a casa le preguntó a Jaime:

- ¿Al final dónde vais a ir a jugar el sábado?

- Al centro comercial - le contestó Jaime.

- ¿Y tú quieres ir allí? - le preguntó.

Jaime bajó la mirada. Le confesó a su padre que lo que de verdad le apetecía era que todos fueran a casa para jugar al futbolín que le había regalado su tío Julio.

- ¿Se lo has dicho a tus amigos? - le preguntó sabiendo ya la respuesta.

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