Por qué se dan nombres propios a los huracanes

Nombres como Mathew, Katrina, Sandy, Igor, entre otros, han sido usados para bautizar a ciertos huracanes pero no de una manera caprichosa ni imprevista. Esta elección obedece a una organización que se ha implementado para nombrarlos.

Bautizar con nombres propios a dichos fenómenos atmosféricos según los científicos y meteorólgos, resulta muy útil para estudiarlos y para permitir de manera oportuna, rápida y simple, emitir alertas y alarmas a las comunidades de las poblaciones afectadas. En resumen, les facilitan la comunicación.

Historia de los nombres con que se bautizan los huracanes

A tu hijo le será útil conocer la historia que se esconde tras los nombres que reciben los huracanes y ciclones. Durante siglos los huracanes de las Antillas se les daba el nombre del santo cuya fecha coincidiera con la tormenta en el lugar donde ocurría.

Luego el meteorólogo australiano, Clement Lindley Wragge, comenzó a nombrarlos con las letras del alfabeto griego y después con nombres de mujeres usando nombres bíblicos.

Desde 1953 Estados Unidos comienza a bautizar las tormentas, ciclones y huracanes usando también nombres de mujer y en 1979 ese mismo país decidió unificar las listas y alternar entre los nombres de ambos sexos.

Así, cada año se prepara una lista con 21 nombres ordenados alfabéticamente, un nombre por cada letra del alfabeto, ya alternados entre masculinos y femeninos. Estas listas se repiten cada seis años. En el caso de que en un año se presenten más de 21 huracanes se sigue con las letras del alfabeto griego. 

Se trata de nombres sencillos en inglés y en español de fácil recordación, y un país afectado por un huracán muy devastador puede solicitar que se retire de la lista el nombre que recibió dicho fenómeno el cual no podrá volver a ser usado hasta por 10 años.

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