Cómo respetar la individualidad de los niños

La individualidad del ser humano consiste en reconocer su originalidad, particularidad y peculiaridad. Reconocer y respetar la individualidad en nuestros hijos supone una de las principales tareas en la educación, radica en valorar las preferencias, los gustos y las opiniones de los niños, creer en sus posibilidades y confiar en su capacidad para que vayan mejorando las habilidades que les van a hacer competentes en la sociedad.

Cómo pueden los padres respetar la individualidad de los niños

María Montessori (1870-1852), educadora y defensora de los derechos del niño, fue una de las pioneras en apostar por la enseñanza basada en el respeto de la individualidad del menor. Postulaba que el niño aprende mediante la actividad y el educador debe ofrecerle un ambiente seguro, cómodo y bueno que fomente la autonomía, iniciativa, capacidad para la toma de decisiones, el desarrollo de la voluntad y el esfuerzo, y el respeto por los demás y por sí mismo.

El papel de los padres es el de enseñar a sus hijos cómo se hacen las cosas, confiar en sus capacidades y en su modo particular de realizarlas, supervisando que progresivamente van alcanzando nuevos retos, pequeños objetivos.

Los padres guían al hijo, le corrigen desde el respeto y le alientan en la consecución de nuevos objetivos; así, el niño va solventando etapas por sí mismo, con el apoyo del adulto que le transmite seguridad y tranquilidad en el proceso.

Cuando los padres NO ayudan a la individualidad del niño

Cuando los padres, en lugar de dirigir el proceso, tienden a resolver las tareas a sus hijos, pretenden que las hagan perfectas o intervienen en su toma de decisiones, el niño no aprende a equivocarse y no desarrolla la capacidad de superación para afrontar situaciones problemáticas en el futuro.

Si siempre vamos con prisas, exigimos que sigan nuestro ritmo y pretendemos que hagan las cosas como nosotros lo haríamos… acabaremos resolviéndoselo nosotros mismos o recriminando sus actuaciones. Si no les enseñamos a tomar decisiones por sí mismos para auto-observarse e ir conociendo sus propios interese, acabarán necesitando personas de referencia que decidan por ellos.

Si no les reforzamos cuando consiguen pequeños logros o les regañamos cuando cometen errores… estaremos dañando su propio auto-concepto y valoración de sus posibilidades. Si no les mostramos la importancia del esfuerzo, la paciencia y la tolerancia a sus propias frustraciones, educaremos a niños insatisfechos e incapaces de valorar los aspectos positivos de las cosas.

5 claves para respetar y fomentar la individualidad de nuestros hijos

1- Cuando el niño se equivoque que sea él mismo el que razone por qué ha podido hacerlo mal, qué opciones tiene para mejorarlo y que elija la que considere más apropiada.

2- Que sea capaz de pasar tiempo solo, tiempo de ocio y de obligaciones, aprender a disfrutar de su aislamiento en ciertos momentos, es el único escenario en el que aprendemos a conocernos.

3- Fomentar su autonomía, progresivamente nuestros hijos tienen que aprender a  satisfacer por sí mismos sus propias necesidades, es la única manera de sentirse seguros y confiar en sus propias capacidades.

4- Incrementar momentos de creatividad, ingenio y espontaneidad. Los niños aprenden a desarrollar sus propios intereses en contextos más abiertos, en los que puedan experimentar formas diferentes, personales y únicas de hacer las cosas.

5- Premiar el esfuerzo. La valoración de su esfuerzo en las primeras etapas va a ser extrínseca, si le enseñamos a valorar el esfuerzo lograremos que se motive en alcanzar sus propias metas.

En la educación es necesario lograr que el niño se adapte a las normas culturales socialmente establecidas pero respetando su individualidad para que pueda confiar en sus propias capacidades y encontrarse satisfecho con sus logros.

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