7 errores de reciclaje catastróficos que no debemos enseñar a los niños

Todos sabemos que tener cuatro cubos de basura en la cocina es un auténtico pestiño, especialmente si tienes una casa pequeña. Pero reciclar hoy en día es una cuestión de supervivencia de la especie, y eso debemos inculcarles a los niños desde pequeños, y predicar con el ejemplo. El truco es tener cubos pequeños que ocupen la mitad que los otros cubos, la ventaja es que podrás tirar todos los días la basura sin necesidad de oler como fermenta la cebolla en tu cocina.

Por qué debemos enseñar a reciclar a los niños: porque la basura genera infecciones y enfermedades y contamina ríos, mares y las tierras de cultivo.

Al reciclar reducimos la contaminación ambiental, se ahorra energía (para los más tacaños) y se evita la deforestación de los bosques. Pero reciclar no es fácil, te enseñamos cuales son los errores de reciclaje catastróficos que no debemos enseñar a los niños.

Recuerda: La Tierra no es tuya y ¿en qué clase de mundo quieres que vivan los hijos?

Los errores que nunca debes cometer al reciclar

1 -Toallitas, pañales, compresas y tampones: Nunca al WC. Provocan atascos en las tuberías, rompen las depuradoras de agua, y algunas llegan a mares y ríos. Si tienes que deshacerte de muchos pañales, que además huelen fatal en la basura, existen contenedores estancos para pañales, que luego puedes tirar a la basura normal. El resto puedes deshacerte de ello poniendo una papelera al lado del wc.

2 - Prohibido hacer caca o tirar los restos de la comida en la playa. Puede que pienses: “si mi hijo hace caca de ángel”..., pero cuando te estés bañando tranquilamente en el mar no pensarás lo mismo al ver flotando la caca del niño de al lado.

Tampoco resulta agradable bucear junto a la cabeza de una gamba muerta o un trozo de lechuga. Incluso  puede que pienses, “si son residuos orgánicos que se van a comer los peces”, pero que yo sepa los meros no comen salchichas ni huevos, y te sorprendería saber los cambios genéticos que esta alimentación ocasiona en su cuerpo.

3- Medicamentos: Nunca tirarlos a la basura. Contienen sustancias peligrosas y muy contaminantes, siempre hay que tirarlos a un punto limpio.

4- El aceite: Un residuo controvertido. Nunca hay que tirarlo por el desagüe, ya que un litro de aceite contamina 10.000 litros de agua. Es un auténtico atentado ecológico. Mucho mejor si lo conviertes en jabón, velas, en una lámpara de aceite o lo usas para depilarte. No te deshagas de él como del típico vecino pesado, cerrando la puerta sin más, sino que, si no tienes más remedio que tirarlo, puedes dejarlo enfriar, recogerlo con un papel de cocina y tirarlo a la basura normal, o verterlo en una botella de plástico con tapa y llevarlo a un punto limpio.

5- Los plásticos son todo un mundo. No todos los plásticos van al contenedor de los plásticos, sino solo los que son envases y envolventes. Es decir, no el cepillo de dientes, las maquinillas de afeitar, los juguetes, los cubos de plástico, o las pajitas; y sí a cosas tan curiosas que forman parte de embalajes como: los tapones de plástico, las chapas de metal, los corchos, los bricks y las cajas de madera de la fruta.

6- Vidrio: lo mismo ocurre con el vidrio. Cristal no es lo mismo que vidrio, aunque casi nadie sepamos distinguir cuál es cuál, así que nada de tirar espejos, ceniceros, vasos, y mucho menos bombillas que llevan mercurio, como son las de bajo consumo.

7- El papel: Nada de clinex con mocos pegados, ni el papel de cocina con grasa, ni sin ella. Solo papel limpio y cartones impolutos. Tampoco valen las cajas de pizza manchadas con restos de la noche anterior, pero sí los cientos de dibujos que tu hijo deja esparcidos por toda la casa.

Cómo ves el mundo del reciclaje es complejo, pero ya que nos ponemos a reciclar mejor hacerlo bien, ya que cuesta lo mismo, y encima damos ejemplo a los niños. Ellos serán los herederos de la Tierra y de nuestra basura.

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