8 consejos muy útiles para educar a un niño rebelde - Rebeldía infantil
¿Cuáles son las causas y soluciones a la rebeldía infantil? Estos tips son muy eficaces para lograrlo
- 8 consejos que sí son útiles para educar a un niño rebelde
- ¿Cuáles son las causas de la rebeldía infantil?
Educar a un niño rebelde se convierte en un trabajo intenso que puede acabar siendo agotador para los padres que se encuentran ante un hijo sistemáticamente desobediente y caprichoso, que no acata normas ni acepta límites. Un niño que intenta tener siempre la razón o salirse con la suya sin tener en cuenta nada más que su propia satisfacción. La paciencia, la coherencia y la consistencia en las pautas educativas pueden darle la vuelta a una situación que se está volviendo insostenible para todos los miembros de la familia.
8 consejos que sí son útiles para educar a un niño rebelde
En la gran mayoría de casos los niños rebeldes solo necesitan tener claro lo que deben hacer y cuáles son las consecuencias de su transgresión o de su falta de respeto hacia los demás (sean o no adultos o figuras de autoridad). Ante este tipo de casos debemos:
- Actuar con firmeza pero sin autoritarismo.
- Establecer normas claras y bien definidas, no es necesario que sean muchas, podemos empezar con 3-4 normas sencillas y siempre adecuadas al nivel de edad del niño. Por ejemplo: 'se ven los dibujos después de hacer los deberes o de recoger los juguetes, después de jugar se recoge todo, la ropa sucia va al cesto, se come con los cubiertos…' Cuando aprendan a seguirlas iremos incorporando otras.
- Dar las órdenes de una en una cuando son pequeños.
- No entrar en la provocación ni ceder ante sus negativas a obedecer, sencillamente aplicaremos la consecuencia que hemos establecido para cada caso, a ser posible consecuencias naturales en lugar de castigos infructuosos como el 'te quedas sin …'. Por ejemplo, no hay ropa limpia si no quiere ducharse, limpiar lo que ha ensuciado cuando ha tirado algo queriendo…
- Solo avisamos una sola vez, ni dos ni tres en niños mayores, dar más oportunidades significa dar la oportunidad de seguir desobedeciendo hasta que nos llevan al límite, cosa que queremos evitar.
- No contradecirnos ni contradecir a nuestra pareja con los límites o las consecuencias que ponemos.
- Ser un modelo a seguir, por eso debemos evitar gritar, criticar, menospreciar…
- Potenciar la escucha activa, compartir tiempo en familia, entender qué le puede estar preocupando (miedo, celos, problemas con los compañeros …)
En caso de rebeldía extrema o si nos sentimos desbordados, deberíamos consultar a un profesional de la psicología infantil, quien evaluará la situación y nos ayudará a encontrar las vías más oportunas para resolver nuestro caso.
¿Cuáles son las causas de la rebeldía infantil?
A continuación te decimos algunas de las causas que influyen en el comportamiento rebelde de tu hijo:
- La educación: Entre las posibles causas de la rebeldía infantil están los estilos educativos demasiado autoritarios, laxos o sobreprotectores que acaban generando actitudes de rebeldía, desobediencia y desacato a cualquier autoridad ya sea por exceso o por defecto de normas y límites.
- Otros factores: Además de los estilos educativos, en la rebeldía infantil pueden incidir y concurrir otros factores como los genéticos, biológicos y ambientales. El Trastorno Negativista Desafiante es el caso más evidente como también podría serlo el caso de un niño que padece el tan polémico Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH)
Pero no todos los niños rebeldes, desobedientes y desafiantes padecen estos trastornos. Sabemos que en la gran mayoría de casos, los niños rebeldes lo son por una necesidad constante de explorar los límites (tanto los suyos como los nuestros), niños que tal vez se encuentran perdidos y asustados que necesitan llamar la atención con su comportamiento como puede ser el caso de un niño que siente celos de su hermano. Los celos pueden ser una de estas causas si no se gestionan adecuadamente.
Dicho esto hay que tener en cuenta siempre la edad del niño, ya que no es lo mismo la rebeldía de un niño de 2 o 4 años que la de uno de 10 o 12. En cada caso debemos actuar de un modo diferente y adecuar nuestro sistema de normas y límites al nivel de edad del niño. Es por ello que siempre se debe empezar por la edad y los intereses del pequeño y de ahí partir.
También influye el entorno social porque los niños son esponjas que absorben todo lo que ven y escuchan. Las influencias del entorno, como amigos, compañeros de clase, y lo que observan en medios como televisión o internet, pueden afectar su comportamiento. Lo mismo sucede con las experiencias traumáticas: un niño que ha vivido situaciones como la pérdida de un ser querido, un divorcio o mudanza, puede manifestar rebeldía como una manera de procesar las situaciones.
Por otro lado, el comportamiento rebelde es una llamada de atención. Si el niño siente que no es escuchado o comprendido, puede manifestar conductas desafiantes para expresar su frustración o descontento. De igual manera los padres pueden tener expectativas demasiado altas para sus hijos, lo que les genera presión y estrés. Finalmente cuando los niños buscan establecer su identidad y autonomía, esto puede manifestarse en actitudes rebeldes, especialmente casi al llegar a la adolescencia.
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Bibliografía
- Zamora Lorente, M.J. (2012) El desarrollo de la autoestima en Educación Infantil. Tesis de grado de Maestría en educación Infantil. Facultad de Educación (ed.), Universidad Internacional de La Rioja, España, pp. 1-43 Disponible en: https://reunir.unir.net/bitstream/handle/123456789/972/2012_11_15_TFG_ESTUDIO_DEL_TRABAJO.pdf