Los mitos más comunes sobre los niños con altas capacidades

Hablemos de los mitos más comunes sobre los niños con altas capacidades. Hay mucho desconocimiento sobre el tema y además genera 'miedo' enfrentarse a un hijo o alumno con estas características. Tenemos la sensación de que ser más listo va a suponer un problema para mí como padre o profesor o bien podemos pensar que tener altas capacidades no implica necesidades especiales en estos niños. Nada más lejos de la realidad.

Falsas creencias acerca de los niños con altas capacidades

Muchas veces hemos oído eso de 'muy listo no será porque suspende matemáticas', o ' ser demasiado listo es un problema, mejor ser normalito'... estas y otras creencias negativas sobre lo que es la alta capacidad son las que afectan al desarrollo y atención específica de estos pequeños, y son las que realmente dan lugar a problemas a largo plazo.

Es decir, si de base considero que la alta capacidad es un problema y, por lo tanto, lo evito y no le doy la atención necesaria, si un niño con esta característica muestra y desarrolla problemas de comportamiento, de frustración, emocionales, etc., si el niño se siente diferente y además tiene tintes negativos, ¿no es normal que manifieste problemas escolares, suspenda, o se comporte de un modo no adecuado?

Algunos mitos de los niños con altas capacidades que debemos abandonar son:

• Aprenden muy rápido, lo entienden todo a la primera. Nada más lejos de la realidad. Los niños con altas capacidades pueden tener problemas para aprender las restas con llevadas como cualquier otro niño, por ejemplo. Ser alto capaz no implica que el niño venga de serie con las cosas aprendidas, y ante situaciones o aprendizajes novedosos puede presentar los mismos problemas que cualquier otro niño. Nada que ver tiene ser un niño con un CI alto y altas capacidades con ser disléxico o tener un TDA-H. Una condición es independiente de la otra, por lo que perfectamente se puede tener un Cociente Intelectual de 130 y dislexia.
• Sacan buenas notas en todo. Los alumnos de altas capacidades no necesariamente obtienen notas excepcionales (de hecho no es lo más frecuente), ni tienen el mismo rendimiento en todas las materias, ya que pueden estar más motivados hacia algún campo específico. Además, en el caso de los talentos, es habitual que tengan un rendimiento muy desigual en las áreas que dominan respecto al resto de áreas, en las que pueden tener un rendimiento medio o incluso bajo. No debemos caer en el error de pensar que un niño brillante en una de las áreas académicas también lo será en el resto.
• Son niños precoces en todo. Falso, no todo niño con altas capacidades es precoz en su aprendizaje ni todo niño precoz es alto capaz. Un niño puede empezar a hablar muy pronto y no por ello tiene altas capacidades. Precocidad no es sinónimo de Cociente Intelectual superior.
• No necesitan ninguna ayuda en el colegio. Por su extraordinaria capacidad potencial, estos niños necesitan unas ayudas específicas sin las que raramente podrán llegar a alcanzar su pleno desarrollo personal e intelectual. De hecho, en algunos países se incluyen a los niños con altas capacidades entre los alumnos con necesidades educativas.
• Tienen dificultades a la hora de socializar, con baja tolerancia a la frustración y pocos amigos. Que un niño tenga dificultades para socializar y poca tolerancia a la frustración no tiene tanto que ver con la condición de altas capacidades en sí, sino del ajuste del niño al entorno y viceversa. Es decir, que el niño conozca y asuma sus diferencias y las asuman también padres, profesores y compañeros. Se trata aquí de valorar la diferencia como enriquecedora para todos. 

Lo que ocurre a veces, es que sus intereses son diferentes del resto de niños de su edad, por lo que prefieren la compañía de adultos o niños mayores que ellos, ya que tienen más que aportarles. No obstante, aunque intelectualmente son capaces de entender muchas cosas al nivel de un adulto, sus necesidades emocionales, sociales, etc., siguen siendo las de un niño de su edad, (es lo que llamamos disincronía evolutiva, o la falta de sincronización en el desarrollo intelectual, social, afectivo, físico y motor).

¿Qué son las altas capacidades en los niños y cómo enfocarlas?

Las altas capacidades realmente no son una enfermedad, ni siquiera hablamos de un diagnóstico. Es una condición que tiene entre un 1 y un 2 por ciento de la población, y muchas veces la gente desde el desconocimiento dice: 'si son muy listos y ya está', pero realmente los niños y adultos que tienen altas capacidades tienen una manera diferente de gestionar la información.

Ellos son capaces de gestionar la información que les llega de una forma mucho más rápida, pero también de una forma más eficiente, ya que tienen un pensamiento 'arbolescente', es decir, muy ramificado. Imaginemos que la mente de estos niños es como una pecera, y esa pecera es muy grande pero de momento está vacía porque es un niño.

Sin embargo, el resto de las peceras de los otros niños son más pequeñas. Ahora bien, tenemos que llenar esas peceras de contenido, de experiencias, de sabiduría y de conocimientos, pero si yo tengo una pecera muy grande y no la nutro de todos esos estímulos, a lo mejor un niño que tiene una pecera más pequeña pero que se llena hasta arriba se potencia su creatividad o sus talentos.

Entonces este niño con esta pecera más pequeña puede llegar a tener un desarrollo y unas actitudes más elevadas que el de un niño con las altas capacidades. O sea, que esto no es un concepto estático de 'es un niño muy listo', no: son personas que nacen con una capacidad superior a la media para múltiples disciplinas y en muchos aspectos del desarrollo neurológico.

El papel de las familias de los niños con altas capacidades

Muchas familias desconocen que los niños con altas capacidades tienen un desequilibrio entre su capacidad cognitiva a la hora de razonamiento de preguntas complejas, por ejemplo, aquellas que tratan sobre el sentido de la vida, de la muerte o sobre el universo. Realmente son críos muy pensantes y que tienen asociada una alta sensibilidad, con lo cual perciben los estímulos externos de una manera diferente.

Con esto nos referimos a los olores o los sonidos, además son muy empáticos y sufren mucho porque sienten todo lo que les rodea de una manera más intensa que otros niños, entonces va muy asociada la alta capacidad con la alta sensibilidad, pero no todos los niños con alta sensibilidad tienen altas capacidades, eso hay que mencionarlo.

Entonces tienen un desbalance entre su estado emocional y su estado intelectual, ya que están muy por encima de la media. Incluso ellos mismos no llegan a entender qué es lo que está ocurriendo, porque por un lado son muy rápidos en infinidad de disciplinas, pero por otro lado desde el punto de vista emocional, no encajan con la sociedad y no encajan ni siquiera con los niños de su edad.

Esto es lo verdaderamente importante para explicar a las familias y a los docentes también: no es que al niño con altas capacidades haya que ponerle más deberes o más tareas complejas, sino que estos niños probablemente necesitan de un acompañamiento mucho más profundo a nivel emocional para que ellos entiendan cómo funciona su cabeza y cómo funciona su sentir.

La familia, los padres, deben entender que si los niños tienen un fracaso escolar, es que no han sido correctamente estimulados. La evidencia científica nos muestra que solamente un 40 por ciento de los niños con altas capacidades están adecuadamente adaptados al entorno escolar con un rendimiento escolar óptimo o brillante pero un 60 por ciento de ellos están por debajo o incluso con un fracaso escolar.

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