Si queremos desarrollar las habilidades táctiles de los niños, será muy recomendable que pinten con los dedos. Así, no sólo estarán ejercitando su creatividad, también fortalecerán el sentido del tacto al pintar sobre diferentes superficies.
La rayuela, el tradicional juego de saltar sobre una sola pierna hasta la casilla donde has tirado tu ficha, es una actividad estupenda para el desarrollo de las habilidades motoras gruesas como el equilibrio o la interacción social.
Tanto escuchar música como crearla tiene multitud de beneficios en los niños. La creatividad, la improvisación, la coordinación o la motricidad fina son algunas de la capacidades que nuestros hijos desarrollarán.
Las marionetas o el teatro estimulan la creatividad y la imaginación al tener que crear situaciones o personajes diferentes. Además, favorecen la empatía y la comunicación con los demás intérpretes que le rodean.
Considerado uno de los juegos más completos para desarrollar el intelecto humano, el ajedrez estimula a los niños a crear estrategias, desarrollar la lógica, tomar decisiones o a concentrarse para aumentar su deducción.
Habilidades sociales como la comunicación y valores como el respeto, la tolerancia, el compañerismo y la empatía serán adquiridos por los niños en los deportes en equipo. El fútbol, el baloncesto y el balonmano aportarán mucho más que el simple ejercicio físico.
El lenguaje, la dicción y la memoria son las habilidades que los niños mejorarán gracias a los trabalenguas.
Entre todas las actividades para desarrollar las habilidades de los niños, montar un puzle es de las más efectivas. Con este sencillo juego, los más pequeños podrán desarrollar su capacidad analítica, su memoria visual y, sobre todo, la paciencia.
Para potenciar la concentración, estimular la creatividad y trabajar su inteligencia, es recomendable que el niño pinte mandalas. Además, pueden ser utlizadas para meditar y ayuda mucho al tratamiento de la hiperactividad.
El arte de origen japonés, también llamado papiroflexia, es de gran ayuda para mejorar la motricidad fina, la coordinación de músculos y huesos para producir pequeños movimientos de precisión como escribir y dibujar.