Cuando el miedo de los niños se convierte en un problema limitante

El miedo es muy común en los niños. Y existen muchos tipos de miedos en la infancia: miedo a quedarse solos, miedo a los monstruos, a la oscuridad... Hasta ahí, es normal. El miedo es incluso necesario, ya que enseña a los niños a tener precaución frente a las posibles amenazas externas. Sin embargo, el miedo también puede convertirse en un problema limitante para los niños.

Cuando es un miedo que el niño no pueden controlar y les hace perder el control, el miedo puede convertirse en un ataque de pánico, o incluso, expandirse y crecer en forma de otros miedos. La psicóloga Silvia Álava nos explica cuándo el miedo de los niños se convierte en un problema para ellos.

Cómo saber cuando el miedo de los niños se convierte en un problema

Tenemos que pensar que los miedos pueden ser normales y pueden formar parte de la vida de los niños sin problema, pero también pueden ser traumáticos para ellos. ¿Cuándo? Cuando es un miedo que interfiere en la vida cotidiana del niño. Por ejemplo, en estos casos:

- Cuando el niño no es capaz de levantarse por la noche para ir solo al cuarto de baño.
- Cuando el niño no es capaz de quedarse solo en la planta de arriba de una casa de dos pisos.
- Cuando el niño pide ayuda a su hermano para que le acompañe a cualquier lugar.
- Cuando el niño no es capaz de atravesar un pasillo si no enciende todas las luces.

En todas las situaciones anteriores (y en más que se te pueden ocurrir), el miedo del niño está limitando su conducta, sus necesidades y sus deseos, por ello, podemos considerar que sus temores se han convertido un problema. En caso de que estos miedos no se trabajen con los pequeños, podrían agrandarse y cronificarse, lo que los convertiría en un conflicto más grave para los niños.

Cuándo los niños necesitan ayuda para superar sus miedos

Los padres debemos estar atentos para identificar en los niños todos los pequeños síntomas que indican que pueden necesitar ayuda. Aunque lo más deseable es mantener unos canales de comunicación abiertos con nuestros hijos, para que se sientan libres de contarnos cómo se sienten (libres de prejuicios), en ocasiones los niños no saben aún cómo expresar sus emociones. En el proceso de trabajar esa educación emocional, debemos estar atentos para identificar si nuestros hijos tienen un miedo que se está convirtiendo en un problema.

Los miedos al final terminan siendo expansivos. Si ante un miedo no te enfrentas a él y acabas venciéndolo, y prefieres evitarlo, ese miedo cada vez se generaliza. Es decir: 'como yo ya no me enfrento al miedo ni lo supero, me creo que yo ya no voy a ser capaz de vencerlo, y que la única forma de relajarme y no tener ansiedad, es precisamente no enfrentándome a él'. Y al final el niño termina teniendo miedo a más cosas.

Por ejemplo: esas personas que tienen miedo a volar, y dejan de hacerlo... y luego tengan miedo a ir en tren... y luego a ir en coche. Y terminan decidiendo no viajar. Lo habitual es que cuando los miedos no se superan, se generalicen y terminen creando otros 'pequeños miedos'.

Por ello, los padres debemos trabajar los miedos con nuestros hijos. En caso de que notemos que no estamos consiguiendo acompañarles en esta emoción, podemos pedir ayuda a sus maestros o especialistas como pedagogos o psicólogos.

Cómo desmontar el miedo de los niños a los monstruos en 3 pasos

El miedo a los monstruos se trata de un miedo muy común en la infancia. A veces, paraliza a los niños y les lleva a sufrir mucho por la noche, cuando muchos creen que estos seres les van a venir a visitar y les van a dar un susto. ¿Qué debemos hacer los padres para desmontar el miedo de los niños a los monstruos?

1. Primero, ver cómo tiene decorada la habitación y qué muñecos tiene. Si tiene algún monstruo que le pueda asustar, debemos sacarlo de la habitación y sustituirlo por dibujos y muñecos más 'agradables' para ellos.

2. Lo segundo que hay que hacer es enseñar al niño a sacar ese monstruo de su cabeza. Hay que desmontar a nivel cognitivo todo ese miedo. Debemos conseguir que el niño se dé cuenta de que el monstruo en realidad no existe, sino que solo existe en su cabeza.

3. Y por último, una vez desmontado el miedo, debemos sustituirlo por una imagen que sea más agradable. Por ejemplo: cada vez que el niño piense en el monstruo, debe sustituirlo por otro pensamiento, algo que al niño le guste mucho, como un recuerdo de la playa, un partido de fútbol, un encuentro con los primos... Poco a poco conseguiremos que nuestros hijos no tengan temor a los monstruos.

Qué evitar hacer cuando tu hijo tiene miedo

Toma nota de las siguientes pautas que te ayudarán a saber qué no debes hacer para acompañar desde el respeto y la empatía los miedos de tus hijos.

- No asustes a tus hijos
De broma, hay padres que asustan a sus hijos; en otras ocasiones, lo hacen para conseguir que les hagan caso (va a venir el coco). Esto puede generar nuevos miedos en nuestros hijos.

- Nunca te rías de los miedos de tus hijos
Como cualquier otra emoción, es válida y cada uno es libre de sentir diferentes cosas. Cuando nos reímos de uno de los miedos de nuestros hijos, les estamos humillando. Como consecuencia, nuestros hijos se sentirán cohibidos para hablarnos sobre cómo se sienten y, por lo tanto, no les podremos ayudar.

- ¿Cómo reaccionas ante los miedos de tus hijos?
A veces, sin apenas darnos cuenta, somos los padres los que engrandecemos el miedo de nuestros hijos a través de nuestras reacciones o nuestras palabras.

Por ejemplo, imagina que vas paseando por la calle y os cruzáis con un perro que se acerca a tu hijo para olisquearle. Tu hijo empieza a llorar porque tiene miedo del animal. Tú le coges en brazos y, con cara de susto, empiezas a consolarle efusivamente con frases como 'Pobrecito mi bebé, qué susto más grande...'. Al ver esa reacción tan exagerada, el niño interpreta que si su madre/padre está asustado es porque el riesgo es real, lo que hace que su miedo sea más grande.

- Evita frases humillantes para tus hijos
'No tengas miedo', 'tener miedo es de niñas, 'eres un bebé por tener miedo', 'qué tontería tener miedo a esto'... Estas son algunas de las frases que hay que evitar cuando nuestro hijo tenga miedo, ya que no validan esta emoción.

Cuentos cortos para niños sobre los miedos infantiles

Los cuentos son uno de los mejores recursos educativos para que los niños reflexionen y aprendan a gestionar sus emociones. En Guiainfantil.com hemos recopilado una serie de cuentos infantiles que hablan a los niños sobre los distintos miedos: a la oscuridad, a quedarse solos, a los animales... Escoge el cuento que más pueda ayudar a tu hijo a enfrentarse a sus temores y leedlo en familia. Tras la lectura, podéis hacer un pequeño debate sobre cómo se han sentido los protagonistas y cómo podemos gestionar cuando nosotros vivamos una situación de miedo similar.

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