Todo, en lo que se refiere a la educación de los niños, empieza en casa, con el ejemplo de los padres. Todo lo que hagan o digan los padres delante de sus hijos es importante para ellos. Si los padres quieren enseñar a los niños a que sean tolerante, tendrán que darles el ejemplo.
No se puede reclamar la tolerancia en los niños si uno se burla de alguien, no respeta la opinión de los demás, tiene posturas racistas, o no acepta las reglas de convivencia con los demás.
Cuando los padres estimulan la tolerancia en sus hijos, hablan acerca de sus valores y dan un ejemplo de las conductas que desean ver en ellos por medio del trato amable para con los demás, sus hijos seguirán sus pasos.
Es muy importante que la tolerancia sea hablada o practicada no solo en casa como en el colegio de los niños. Todo lo que enseñan los maestros es muy importante para los niños. En clase, se puede trabajar la tolerancia con distintos recursos: debates, discusiones, juegos, actividades que informen y formen a los niños sobre las distintas culturas e historias.
A través de los libros, películas, los niños pueden entender qué es el Islam, el Budismo, cómo se vive en la India y en otras partes del mundo. Cuando más conocen los niños, más tolerancia van a adquirir.
Los libros, así como la lectura, son herramientas indispensables en la educación de los niños. A través de los libros, los niños pueden entender el concepto de la tolerancia. Hay cuentos e historias que dan buenos ejemplos sobre este valor. Existen colecciones de libros en distintos idiomas, sobre culturas y formas de vida diferentes.
Los niños pueden conocer cómo viven los esquimales, los indios, o cómo es vivir en la selva, en la nieve, o en las montañas. No hay nada mejor que el conocimiento para acercar los niños a la tolerancia.
Los padres debemos enseñar a los que la diversidad es una riqueza ya que podemos aprender mucho más unos con los otros si somos diferentes. Es una tarea muy importante principalmente en un mundo en que las realidades y las culturas se mezclan.
Un niño puede aprender a tolerar o respetar la diversidad conociendo otras culturas distintas de la suya, a través de los libros, del aprendizaje de otro idioma, de los viajes familiares, de las exposiciones o actividades internacionales, y sobretodo con el ejemplo de sus padres.
Todos somos diferentes, pero si paramos para observar a los niños, nos das cuenta de que ellos, por si mismos, no ven estas diferencias. Cuando juegan, ellos no pierden tiempo en mirar o analizar el color de piel, el tipo de idioma, o la clase social de los demás niños. Ellos juegan.
Las diferencias, muchas veces, están en las actitudes de sus padres. En cómo ellos reaccionan ante la diversidad. El respeto a las diferencias, a lo diverso, a las distintas culturas y razas, debe y puede ser enseñado a los niños desde que son muy pequeños.
La convivencia y la tolerancia están muy relacionados en el cotidiano de los niños en familia o entre amigos. La convivencia permite al niño a conocerse mejor, a conocer a los demás y a que tengan conciencia de lo importante que es estar en familia o con su grupo de iguales. En la convivencia, los niños pueden aprender a ser tolerantes.
Cada persona tiene su forma de ser, de actuar, de hacer las cosas. Cada persona tiene sus propios gustos, sus propias opiniones, sus propias formas de llevar las cosas. Por eso el convivir debe convertirse en una buena ocasión para inculcar la tolerancia en los niños.
A través de los juegos en equipo, los niños pueden aprender muchas conductas positivas. Una de ellas, es el valor de la tolerancia. Al interactuar con otros niños, el niño puede aprender a ser más tolerante, ya que tendrá que enfrentarse a la frustración, al ganar y perder, a esperar, ayudar, respetar, ser paciente, y sobretodo a compartir.
El niño se hace más tolerante cuando consigue entender las necesidades de los demás e intentar sanarlas con sus propios medios, compartiendo sus juguetes, su tiempo y sus conocimientos.
La tolerancia es uno de los valores humanos más hermosos y uno de los recursos más válidos para conseguir la paz. El niño que practica la tolerancia en sus relaciones, siempre gozará de tranquilidad y paz. No importa el idioma, la religión o la cultura del otro niño. Tampoco importa la raza o el sexo que tenga.
Muchas civilizaciones están envueltas en guerras gracias a que no consiguieron entender ni practicar la tolerancia. Un niño tolerante es alguien en paz. La mejor manera de practicar la tolerancia en las relaciones, es tratando a los demás de la manera con la que te gustaría que trataran a ti.
Muchas de las burlas que hacen los niños a los demás es porque no se toleran ni se aceptan las diferencias. De este modo, cualquier cosa puede ser motivo de burlas: el idioma, las gafas, las orejas, el color de piel, la ropa, si el niño es delgado o obeso, alto o bajo, o si tiene algún defecto físico.
Todo este problema se evitaría con el respeto y la tolerancia. Los niños deben aprender que todo podemos ser diferentes y aún así vivir en armonía.
Cuántas cosas perdemos, en nuestra relación con los demás, por no escucharles. Es muy distinto escuchar que oír. Se puede oír el ruido de una campana o de un trueno, pero escuchar es más que eso, es prestar atención a lo que nos dicen. Los padres deben enseñar a sus hijos a escuchar y hacerles entender que el que escucha, aprende.
Los padres deben comunicarse bien con sus hijos, de una forma amable, respetable, sin gritos ni distracciones. La atención que los padres dan a sus hijos de pequeños, es la que ellos darán a sus padres más tarde.
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