Es muy normal en los últimos meses de embarazo confundir las verdaderas contracciones de parto con las denominadas contracciones de Braxton Hicks, que van preparando al cuerpo para el momento del parto. Cambiar de posición puede ayudarte a aliviarlas, así como tomar alguna infusión caliente, recibir un masaje o darte un baño relajante.
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Los muslos y pantorrillas son los principales afectados por esta molestia propia de los últimos meses del embarazo, especialmente por las noches. El ejercicio moderado es la mejor forma de prevenirlos: camina durante el menos media hora diaria, mueve los tobillos, evita estar mucho tiempo sentada ni cruzando las piernas y realiza estiramientos. Comer plátanos y lácteos es otro buen remedio para este problema.
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Los dolores de espalda son muy habituales durante el embarazo, sobre todo en el último trimestre, cuando el peso de la barriga aumenta el esfuerzo físico que debe soportar. Ya que en el embarazo están poco recomendados los antiinflamatorios te recomendamos que intentes mantener una buena postura, ya sea de pie o sentada, además de acudir a un fisioterapeuta que alivie el dolor mediante masajes.
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La presión del útero sobre las venas de la pelvis aumenta la predisposición alas hemorroides y varices durante el embarazo, agravado por el estreñimiento, por lo que debemos prestarles una especial atención. Para aliviar esta molestia puedes aplicar una bolsa de hielo varias veces al día, así lograrás reducir la hinchazón. También es conveniente bañarse en agua tibia y aplicar cremas específicas para tratar este problema en el embarazo.
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El corazón realiza durante estos meses un esfuerzo extra para que la sangre llegue al útero, lo que se traduce en un mayor cansancio y falta de des respiración, sobre todo cuando el útero comienza a presionar en la zona de los pulmones. Realiza ejercicios para aprender a respirar correctamente, mantén una buena postura y evita los movimientos violentos o situaciones estresantes.
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La revolución hormonal de tu cuerpo propicia los cambios de humor, y es normal sufrir miedos y ansiedad, sobre todo a medida que se aproxima la fecha de parto. Realiza alguna actividad física suave y relajante como yoga o natación, pide que te den un masaje o toma un baño relajante antes de ir a dormir. Las técnicas de relajación y respiración pueden ayudarte a controlar los momentos de pánico.
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Las causas del insomnio pueden tener un origen psicológico a causa de los nervios y el estrés, pero a partir de cierta etapa se unen también las molestias físicas. El volumen de la barriga ha aumentado notablemente y es difícil encontrar una postura cómoda. Se recomienda dormir sobre el lado izquierdo, con ropa cómoda y un ambiente ventilado, también puedes ayudarte de una almohada.
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Los picores en la piel y la aparición de estrías son dos de las molestias más comunes en la piel durante el embarazo. Por suerte se pueden resolver fácilmente, aplicando crema hidratante de rosa mosqueta en abundancia en las zonas afectadas. En el caso de las estrías, lo mejor es prevenir su aparición usando cremas específicas desde el primero momento.
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La producción de la hormona progesterona durante los meses del embarazo tiene varios efectos, uno de ellos es la estimulación de vello corporal en ciertas zonas del cuerpo. Mientras que en las piernas tiene a debilitarse, la cara y abdomen sufren un aumento. Usa un método de depilación seguro y adecuado, evitando la cera caliente que puede provocar problemas de circulación.
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La sudoración y el aumento de la temperatura corporal pueden ser una gran molestia durante el embarazo, sobre todo si se produce durante los meses de calor. Alivia los síntomas de esta molesta sensación usando tejidos transpirables y suaves como el algodón o el lino, evita los lugares pequeños, mal ventilados o cerrados y bebe agua y zumos en abundancia.
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La acumulación de gases en el tubo digestivo, a causa de la relajación intestinal, genera una molesta sensación de hinchazón durante el embarazo. Al igual que en el caso del estreñimiento, parte de la solución viene de una dieta rica en fibra, además de evitar las bebidas gaseosas y comidas pesadas. Mastica despacio y haz raciones pequeñas para favorecer la digestión.
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La circulación empeora en estos meses de embarazo, y pueden aparecer molestias especialmente en zonas como las piernas. Si notas los pies y tobillos hinchados sigue estas recomendaciones: evita permanecer mucho tiempo de pie, usa zapatos cómodos, evita la sal, bebe líquido en abundancia y, si es necesario, recurre a medias especiales para embarazadas.
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Al igual que ocurre con la vejiga, el útero también presiona el estómago provocando estreñimiento. Una dieta rica en fibra es la mejor solución a esta molestia, para ello debemos seguir un menú adecuado con cereales integrales, fruta, verdura y legumbres. Además no olvides beber al menos dos litros de agua al día.
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La acción de las hormonas provoca que las zonas más sensibles de la piel se oscurezcan, apareciendo manchas en lugares como la cara, además de la llamada línea alba que va del ombligo al pubis. También se oscurecen los lunares y pecas haciendo que sean más visibles. Evita exponerte al sol o usar protección para que las manchas no permanezcan.
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Durante los meses de embarazo el tamaño del útero aumenta mucho, lo que se traduce en un menor espacio para el resto de órganos. Puede que tu bebé se coloque presionando la vejiga, lo que se traduce en ganas de orinar muy frecuentes. Bebe agua abundantemente para no retener líquidos y no te aguantes las ganas de ir al baño.
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Si vas a ir al dentista estando embarazada avisa siempre a tu médico y dentista, puesto que no todos los tratamientos se pueden hacer en estos meses. Una de las causas por las que puede que tengas que acudir es por notar que te sangran las encías, para aliviar este síntoma usa un cepillo suave y no frotes con demasiada energía.
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Tu bebé crece y necesita nutrientes, por lo que es normal que tu apetito aumente. Sin embargo no significa que puedas comer lo que quieras, al contrario: es el momento de cuidar tu alimentación más que nunca para evitar la obesidad. Fracciona las comidas a lo largo del día, tomando porciones pequeñas para evitar el hambre y tomando los suplementos indicados por el médico.
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Hormonas y nervios se combinan para generar una de las peores molestias durante el embarazo: la acidez estomacal. Si sufres de reflujo debes evitar los alimentos que favorecen su aparición, como las frituras, las bebidas con gas, los condimentos, el café y el chocolate, además de tomar infusiones calmantes para aliviar sus síntomas.
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Una de las molestias más comunes, se sufre especialmente durante el primer trimestre, y es una de las señales de embarazo más conocidas. Si las náuseas y vómitos aparecen por la mañana acuérdate de dejar algo dulce junto a la mesilla para aumentar el azúcar en sangre. Procura aumentar el número de comidas al día reduciendo las cantidades y evita alimentos fuertes o con un olor intenso, ya que tu olfato será más sensible.
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A lo largo del embarazo los pechos aumentan mucho de tamaño, causando tensión y dolor. Es la forma que tienen los pechos de prepararse para la lactancia, pero puede llegar a ser muy molesto. Para evitar que pierdan firmeza tras el parto el mejor remedio es la prevención, hay que aplicar una buena crema hidratante diariamente.
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Se trata de uno de los problemas más comunes, y suele durar todo el embarazo, acompañado en ocasiones de hemorragias nasales. La mejor solución es administrar suero fisiológico por los conductos nasales o usar un humidificador para que el ambiente no esté tan seco. Para evitar las hemorragias nasales no te suenes la nariz con demasiada energía.
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Una de las molestias más comunes al principio y final del embarazo. Tu cuerpo necesita más energía y los órganos funcionan de forma distinta, por eso es fácil que te sientas agotada y sin energía. Asegúrate de de dormir al menos ocho horas, descansar y relajarte siempre que puedas y hacer deporte moderado para activarte cuando sea necesario.
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