Cómo hablar con el niño adoptado de sexualidad

Hablar de sexo con un niño siempre es un tema difícil para los padres. Cuando te ves en la necesidad de enfrentar la sexualidad con tu hijo, sea adoptado o no, la naturalidad y el llamar las cosas por su nombre siempre suele ser la mejor manera, pero teniendo siempre en cuenta la edad del niño y su capacidad para comprender, es decir, adecuando la información a lo que él pueda entender.

En el caso de un niño que se haya adoptado ya un poco mayor es importante que, sepas o trates de indagar, el papel que ha tenido el sexo en esa parte de su historia en la que tú no estabas: cómo se veía la sexualidad en su cultura, familia, si ha sufrido abusos… y el significado que él da a esos comportamientos para que así podamos entenderlos y redirigirlos hacia el significado que tiene para nosotros.

Hablar de sexualidad con el niño adoptado

Sabrás también que sexualidad y sentimientos van vinculados y, teniendo en cuenta que un niño adoptado suele presentar conflictos en temas de apego y vínculos afectivos, es probable que no sepa muy bien cómo manejar los sentimientos y sensaciones que le generan las personas que le gustan o a las que quiere. Enséñale con paciencia y cariño a definir cómo debe actuar con las personas de su alrededor.

No debes olvidar que, hablar de sexo con un niño adoptado, a partir de ciertos momentos, va a estar vinculado inevitablemente con el planteamiento de sus orígenes: ¿yo estuve en tu barriguita o en la de otra mamá?, ¿por qué no quisieron quedarse conmigo cuando nací?, ¿mis padres se querían cuando me concibieron?, ¿fui un bebé deseado?… El importante que vayas planteándote cómo vas a tratar el tema para que no te pille de improviso y puedas da una respuesta que sea respetuosa ante esos orígenes y no aumenten sensaciones de rabia o desdén. Enseñarle a ser tolerante y a no juzgar va a ser la mejor manera de ayudarle a gestionar de forma adecuada todas las cuestiones no resueltas.

5 consejos para hablar de sexualidad con tu hijo

1. Elige momentos de intimidad, en los que estéis solos, para propiciar la conversación.

2. Aprovecha las situaciones cotidianas (una pareja que se da un beso apasionado, un primito que va a nacer…) para preguntarle sobre qué opina él al respecto o si tiene alguna duda.

3. No evadas hablar del tema o no responder a sus preguntas. Si el niño ve que te cuesta o que no estás cómodo va a pensar que hay algo malo.

4. Adapta el lenguaje y los contenidos a su nivel de comprensión pero siempre hablando de forma sincera.

5. Insiste en que son temas delicados, que se deben tratar con respeto y que no se deben hablar en público ni con todo el mundo.

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