Con esta broma te lo pasarás genial. Modifica la hora del despertador de un familiar o amigo para que le suene el despertador una hora antes y se levante antes de tiempo.
Antes de que tu padre se ponga con el ordenador, pon una pegatina en la base del ratón que tape el láser que provoca su movimiento. Verás cómo se desespera al ver que el puntero no se mueve.
Si tienes un amigo un poco cotilla, esta es la broma perfecta. Pinta con betún las gomas de las lentes del prismático para que cuando mire a través de ellos se le queden los ojos pintados de negro.
Otra broma para los más peseteros. Pega una moneda al suelo y verás como muchos intentarán cogerla. ¡inocente!
Es la broma más típica del Día de los Santos Inocentes. Dibuja la figura del monigote en un folio, recórtalo y pégalo en la espalda de alguno de tus amigos o familiares.
Antes de la hora del desayuno, y antes de que nadie se de cuenta, cambia el azúcar por sal y verás que cara se les queda a los que se tomen el café o el zumo con sal.
Una broma clásica que nunca falla. Ata un cordel a un billete, déjalo en el suelo y escóndete. Cuando alguien se agache a por el billete, tiras del cordel y a reirte de su desconcierto.
Quizás la broma con la que la víctima pasará más verguenza. Hazte con uno de los clásicos cojines sonoros que colocaremos en la silla de nuestra víctima, para que cuando se siente suene como si se le hubiese escapado una flatulencia. ¡Menudos gases!
Antes de marcharte a la cama, prepara un referescante desayuno a tus padres. Coge su tazón habitual, échale leche y cereales, mételo en el congelador y verás a la mañana siguiente que cara ponen cuando vean lo que has preparado.
Con esta broma las risas están aseguradas. Compra una mosca o araña de plástico y ponla en el plato de un amigo. ¡Veras que rápido se le quita el apetito!