En contra de lo que muchos padres creen, la escuela es sólo una de las encargadas de la educación de los niños, nosotros, los padres y las madres, debemos continuar el trabajo que los profesores de nuestros hijos hacen el colegio.
Los niños son muy sensibles y de su educación va a depender su forma de ser en el futuro, por lo que es esencial procurar educarles con tranquilidad y paciencia, evitar los gritos y las faltas de respeto.
Cuando los niños están próximos a la preadolescencia, los amigos pueden volverse más importantes para ellos que la familia, así que es muy importante conocer a sus amistades para saber que conducta pueden imitar de ellos.
Aunque llegemos a casa muy cansados depués de una larga jornada laboral, es muy importante para fortalecer los vínculos familiares que saquemos un poco de tiempo para jugar, pasarlo bien y reírnos con ellos.
En ocasiones, cuando nos falta la paciencia, tendemos a prometer a nuestros hijos que si se portan bien tendrán una recompensa. No podemos prometerles algo que no vamos a poder darles porque sino su comportamiento no cambiará en otra situación parecida y además su confianza en sus padres disminuirá.
Aunque les saquemos muchos años de diferencia y creamos que poco nos pueden aportar nuestros hijos además de afecto, los niños pueden enseñarnos actitudes que los adultos tomamos con el tiempo, como pueden ser los prejuicios o el aprovechar el día a día.
Un padre tiene que ser también un amigo para su hijo. Tenemos quedarles confianza para que nos cuenten todos sus problemas y debemos tenderles nuestra mano para ayudarles. Tenemos que dedicar más tiempo a saber qué les pasa y cómo se encuentran ya que somos una parte muy importante en su educación.
En muchas ocasiones el comportamiento infantil de nuestros hijos puede terminar con nuestra paciencia, pero debemos pensar que son niños y no hacen nada que no sea normal para su edad. Para este nuevo año podemos plantearnos ser más comprensivos con su actitud.
Aunque no debemos estar siempre encima de nuestros hijos y tenemos que dejar que sean autosuficientes, no podemos permitir que confudan la libertad con no hacer caso a las normas. Para una mejor convivencia es necesario que apliquemos límites.
Como es sabido por todos, los niños imitan lo que ven. Así que si queremos que nuestro hijo tenga unos valores en los que basar su comportamiento, nosotros los padres debemos ser los primeros que tenemos que dar ejemplo con valores como el respeto, la disciplina o el esfuerzo.