El chivato de la clase. Cuento infantil sobre el acoso y el bullying

Denunciar un caso de acoso escolar o bullying es fundamental, sin embargo nuestro hijo puede mostrarse reacio ante este gesto por correr el peligro de convertirse en el "chivato" de la clase. Para que el pequeño entienda cuándo sí es necesario contar a un adulto lo que ha hecho otro niño podemos utilizar historias y cuentos en los que ellos vean representadas escenas reales con su correspondiente moraleja.

En Guiainfantil.com te invitamos a leer este cuento infantil sobre el acoso escolar y el bullying: El chivato de la clase. Es esencial que hables con tus hijos de la importancia de denunciar el acoso en las aulas. 

Cuento sobre el acoso escolar para concienciar a los niños

Adrián se estaba haciendo muy popular en clase; pero no precisamente por su simpatía, sino por ser un chivato.

— ¿Quién ha escrito esa palabra malsonante en la pizarra? –preguntaba el profesor.

No habían pasado unos segundos y Adrián acusaba:

 — Ha sido Inés.

Por eso, poco a poco, se fue ganando el título de chivato.

Llegó un momento en que los demás niños no querían ponerse a su lado ni jugar con él y empezó a notar el vacío de todos sus compañeros.

Un día llegó a casa muy triste y su padre le preguntó:

— ¿Te ocurre algo?

Adrián empezó a llorar hipando y dijo:

— Nadie quiere jugar conmigo…

— ¿Por qué hijo? ¿Sabes qué ha pasado?

Y Adrián le contó a su padre que él era el chivato de la clase.

Su padre, después de unos segundos de silencio, le dijo:

— Eso tiene fácil arreglo. Demuestra a tus compañeros que desde ahora pueden confiar en ti, que has cambiado.

A la mañana siguiente, Adrián permaneció muy callado y, aunque pudo acusar a María y a Luis de su mal comportamiento, no lo hizo; ante el asombro de los niños. 

Poco a poco, día a día, logró que sus compañeros confiaran de nuevo en él.

Transcurrido un tiempo Adrián presenció por accidente algo que no le gustó nada. Unos chicos de un curso superior tenían acorralado a Lucas, otro más pequeño de su clase y, le gritaban, lo empujaban y se reían de él, mientras el pequeño lloraba. Adrián quedó impactado por lo que vio pero no dijo nada a nadie.

Días después descubrió a los mismos alumnos arrinconando de nuevo a su compañero en el baño. Esta vez lo habían tirado al suelo y abierto la mochila; pero Adrián volvió a callar ante el temor de ser el chivato de la clase y el miedo a que también se metieran con él.

Desde entonces, Adrián siempre estaba atento y cerca de su compañero pero seguía callando y, cuando llegaba la noche, no podía dormir pensando en el pobre Lucas.

Una tarde, como ya era costumbre, vio cómo los matones empezaron a burlarse y a golpear a su compañero a la salida de clase. Ese día, Adrián vio el sufrimiento y la mirada de auxilio del niño y, cuando llegó a casa, llorando desconsoladamente contó todo a sus padres. Le tranquilizaron, le dijeron que había hecho muy bien contando lo que le estaba pasando a Lucas y le dejaron claro que eso, no era ser un chivato.

Al día siguiente, los padres de Adrián fueron al colegio y hablaron con la dirección, que en poco tiempo pudo dar fin a esa situación. 

Lucas y Adrián dejaron de sufrir y ahora son muy buenos amigos.

[Otro cuento sobre el bullying para leer a los niños: El acoso a Marita]

Actividades de comprensión lectora sobre el cuento

Realiza estas preguntas a tus hijos para saber si realmente han comprendido el cuento:

- ¿Cuál es el problema que tiene Adrián al principio del cuento y cómo cambia al final?

- ¿Cuál es el motivo por el que Adrián cambia su comportamiento en clase?

- ¿Cuál es la diferencia entre ser un chivato y buscar ayuda para alguien que está en problemas según este cuento?

- ¿Qué consecuencias tuvo el silencio de Adrián antes de decidirse a hablar? ¿Cómo afectó eso a Lucas?

- ¿Qué ocurre al final? ¿Cómo se soluciona el problema?

Otros recursos para hablar de bullying con los niños

Tres ejercicios de role-playing para enfrentar el acoso escolar (para maestros y padres)

El role-playing es una herramienta educativa muy poderosa que permite a los niños practicar respuestas y reacciones a situaciones difíciles en un entorno controlado y seguro. A continuación te proponemos tres dinámicas que los padres y profesores pueden usar para enseñar a los niños cómo responder efectivamente al acoso escolar y cómo pedir ayuda.

1. Simulación de diálogo entre compañeros
Por parejas, un niño tiene el papel de acosador y otro el de estudiante que está siendo acosado. El objetivo es que el niño acosado practique frases asertivas como "No está bien que me digas o hagas eso" o "Por favor, detente, eso me hace sentir mal". Al final de la dinámica se puede plantear un debate sobre cómo se sintieron, qué frases fueron efectivas y cómo podrían manejar una situación de este tipo.

2.  Simulación para solicitar ayuda a un adulto
Un adulto (puede ser el padre o la madre) simula ser un profesor o un consejero, mientras que el niño practica acercarse a él para informar sobre una situación de bullying. El niño debe explicar claramente qué está sucediendo, quiénes están involucrados y cómo le ha afectado esa situación. El objetivo es evaluar la claridad y efectividad de la comunicación del niño y ofrecer consejos sobre cómo mejorar la petición de ayuda.

3. Identificación de comportamientos de acoso
Los maestros describen varios escenarios y los niños deben identificar si son situaciones de acoso (verbal, físico, emocional o cibernético) y por qué. El objetivo es que los niños aprendan a diferenciar cuando están siendo víctimas o espectadores de un caso de bullying y sepan denunciarlo a tiempo.

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