El Múcaro. Leyenda de Puerto Rico para niños
Leyenda latinoamericana para niños sobre la solidaridad y la avaricia
- El Múcaro, leyenda lationamericana sobre la solidaridad y la soberbia
- Preguntas de comprensión lectora para tu hijo
Esta preciosa leyenda nos explica por qué los búhos son aves tan huidizas que solo salen por la noche. Una curiosa historia latinoamericana que además acerca valores esenciales a los niños.
La historia del Múcaro, un búho típico de Puerto Rico, hará reflexionar a los niños sobre el valor de la generosidad, el de la solidaridad y también, por contra, de la soberbia y la vanidad. Aprovecha sus enseñanzas para educar en valores a tu hijo.
El Múcaro, leyenda lationamericana sobre la solidaridad y la soberbia
De entre todos los búhos que habitan sobre la Tierra, el Múcaro es quizás el más curioso. Sólo vive en Puerto Rico. Tiene los ojos muy redondos y pequeños y le gusta mucho cantar. Y existe una preciosa leyenda sobre este ave, que la cuentan a los niños de Puerto Rico y explica por qué este ave solo sale por la noche. Dice así:
Cuentan los mayores que hace mucho, mucho tiempo, se celebraba cada año una divertida fiesta en un bosque de la isla de Puerto Rico. A la fiesta acudían todos los animales. Allí cantaba, bailaban y jugaban hasta el amanecer. Pero la fiesta había que organizarla, y cada año, ese honor recaía en un grupo de animales. Cuentan que ese año, le tocó a las aves.
Así que los pájaros, días antes de la fiesta, se reunieron en una asamblea para decidir quién se encargaría de cada una de las actividades: la encargada de llevar las invitaciones a tiempo sería las rapidísima águila de cola roja, y enseguida se puso en marcha. El águila de cola roja fue casa por casa, entregando la invitación para la fiesta. Pero cuando llegó a la casa del múcaro, al atardecer, se lo encontró desnudo. ¡Le dio muchísimo apuro! Aún así le llamó:
- ¡Ey, múcaro! Te traigo la invitación para la fiesta.
Pero el múcaro casi ni se inmutó y dijo:
- Buah! Déjala por ahí.
Y el águila de cola roja se extrañó mucho...
- Pero múcaro, ¿qué te pasa? ¿Y por qué vas desnudo?
El múcaro, avergonzado, respondió:
- La verdad es que no tengo nada que ponerme. Por eso no podré ir a la fiesta...
El águila de cola roja se quedó impactado por la situación del pequeño búho, y se le ocurrió convocar entre las aves una reunión de urgencia esa misma tarde. Les relató todo lo que había pasado, y entre todos acordaron solucionarlo.
- ¡Entre todo podemos ayudarle!- Dijo el petirrojo totalmente convencido.
- ¡Sí!- añadió la cotorra- ¡Si cada uno nos quitamos una pluma, podemos hacerle un traje al múcaro! Y cuando termine la fiesta, le pediremos que nos devuelva las plumas. ¿Qué pensáis?
Todas estuvieron de acuerdo. Les parecía que era lo mínimo que podían hacer para ayudar a su amiga. Así que cada pájaro fue arrancándose una pluma con el pico. Las fueron metiendo en una bolsa y el águila de cola roja se encargó de llevarlas hasta el múcaro. Al llegar a su casa, le dijo:
- Ey, Múcaro, hemos encontrado la forma de que puedas venir a la fiesta: cada una de las aves ha decidido dejarte una pluma para que te hagas un precioso traje de colores.
El múcaro estaba realmente emocionado, tanto, que no pudo contener las lágrimas.
- ¡Muchas gracias!- dijo emocionado- ¡Son preciosas!
– ¡Vas a llevar sin duda el traje más bonito! La única condición es que las devuelvas a sus dueños al terminar la fiesta.
- Claro- contestó el múcaro- No hay problema. Las devolveré después de la fiesta.
El múcaro estuvo todo el día cosiendo su traje, y llegó justo a tiempo a la fiesta. Era un traje realmente precioso, el más bonito, y todos le miraron asombrados.
El múcaro comenzó a sentirse admirado. Sí... se sentía realmente guapo. ¡Le encantaba su traje! Así que estuvo presumiendo toda la noche, delante de todos los animales.
Sin embargo, sabía perfectamente que ese traje no sería para siempre, así que según iba pasando el tiempo, él se iba agobiando cada vez más.. ¡No quería devolver ese traje que tanto trabajo le costó coser!
Se le ocurrió que si se escapaba de allí disimuladamente, nadie le pediría las plumas, así que en un momento de despiste, comprobando antes que nadie le observaba, se fue de la fiesta y se adentró en el bosque.
Cuando terminó la fiesta, los animales fueron a buscar al múcaro para que les devolvieran las plumas... ¡pero no le encontraban! Fueron hasta su casa... ¡y tampoco estaba! El múcaro había desaparecido. Y nunca más le vieron.
Y cuentan los mayores que aún hoy, los pájaros de la isla de Puerto Rico siguen buscando al múcaro. Pero el ave ladronzuelo se esconde muy bien y solo sale de noche para que nadie le descubra.
Preguntas de comprensión lectora para tu hijo
¿Habrá entendido el mensaje de esta preciosa leyenda de Puerto Rico tu hijo? Descúbrelo ayudado de estas preguntas:
- ¿Cómo es el múcaro?
- ¿Por qué estaba desnudo?
- ¿Cómo deciden ayudarle el resto de aves?
- ¿Qué tenía que hacer el múcaro al terminar la fiesta?
- ¿Qué hizo el múcaro cuando acabó la fiesta?
- ¿Qué hizo para que nunca más le encontraran?
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