Cuentos de perros cortos con moraleja para leer con los niños

Las fábulas son historias o cuentos cortos con un mensaje o una moraleja. Son fantásticas transmisoras de valores y pueden ser muy útiles para educar a los niños en valores esenciales, para enseñarles a reflexionar sobre algunos comportamientos, para mejorar la comprensión lectora y para acercar la literatura desde temprana edad. Aquí, los mejores cuentos de perros cortos con moraleja para leer con los niños.

Las mejores fábulas con perros para leer a los niños

Lee qué nos dicen estas fábulas por medio de los perros, descubrirás junto a tu hijo mensajes fascinantes sobre los que podrás hablar, pensar y reflexionar.

¿Qué cuentos cortos de perros puedo leer a mi hijo?

Los animales son personajes que empatizan muy bien con los niños. Por eso, las fábulas son excelentes para captar su atención y transmitirles ciertos mensajes y valores. Aprovecha en ese caso todas las fábulas que hemos seleccionado para ti: todas ellas tienen algo en común, y es que están protagonizadas por perros. Aquí te dejamos las que más nos han gustado:

Fábula de Fedro - Las dos perras

Suelen envolver una acechanza las caricias de los malos, y para no caer en ella, nos conviene tener muy presente lo que diremos a continuación en la Fábula de Las dos perras:

Una perra solicitó de otra permiso para echar en su choza la cría, favor que le fue otorgado sin dificultad alguna, pero es el caso que iba pasando el tiempo, y nunca llegaba el momento de abandonar la choza que tan generosamente se le había cedido, alegando, como razón de esta demora, que era preciso esperar a que los cachorrillos tuviesen fuerzas para andar por sí solos.

Como se le hiciesen nuevas instancias, pasado el último plazo que ella misma había fijado, contestó arrogantemente: 'Me saldré de aquí, si tienes valor para luchar conmigo y con mi turba'. ¿Moraleja? Si das entrada al malo en tu casa, entonces te echará de ella.

Por qué los perros se huelen la cola. Leyenda mexicana

Cuenta la leyenda que hace muchos años en un pueblecito de México, los perros del lugar se sentían muy tristes. Ellos eran muy bondadosos y se comportaban con mucha fidelidad hacia los humanos: siempre les acompañaban, estaban a su lado, les ayudaban en las tareas del campo...

Los perros se convirtieron de esta forma en los animales más leales para los humanos. Y sin embargo, ellos estaban tristes. ¿Sabes por qué? Porque a pesar de que ellos se esforzaban en portarse cada vez mejor con los humanos, muchos de ellos les maltrataban o les mostraban indiferencia o desprecio.

Para hablar de este problema, un día, decenas de perros se reunieron en Asamblea. Consideraban que era una situación muy injusta y necesitaban encontrar la solución. Y después de mucho hablar, llegaron a esta conclusión: necesitaban la ayuda del dios Tláloc.

Al terminar la reunión, escribieron una carta par enviarla a este dios. Pero les quedaba lo más importante. ¿Quién se encargaría de llevar la carta? El dios Tláloc vivía muy, pero que muy lejos... decidieron que tendría que ser un perro con muy buen olfato para encontrar el camino.

Y escogieron al mejor: un perro negro, muy joven y musculoso con un olfato envidiable. ¡Qué contento se puso el perro al ser elegido para una misión tan importante! Sin embargo, cuando iba a partir, preguntó por algo en lo que no había caído hasta ese momento: ¿y dónde guardaría la carta?

Después de mucho pensar, el perro más anciano, dijo:

- Lo mejor es que la guardes bajo la cola, porque es el lugar más seguro.

Y así se hizo. El perrito partió contento hacia la morada del dios Tláloc.

Pero pasaron los años. Y más y más años. Y todavía, a día de hoy, el perrito negro no ha vuelto de su misión. Por eso, desde que partió, los perros se huelen la cola al encontrarse, para reconocer si es el mensajero que vuelve con la carta del dios Tláloc.

Un cazador y un perro - Fábula corta infantil

No teniendo este nada de cobarde, se había hecho digno de las complacencias y agasajos de su amo, por el ardor que desplegaba en la lucha contra toda suerte de fieras, aun las más feroces; pero aquella naturaleza robusta y vigorosa comenzó a declinar, sin duda con el peso de los años.

Echósele a reñir en tal sazón con un jabalí, y bien pronto hizo presa en una oreja; mas hubo de soltarla, por tener los dientes ya cariados. Sentido de ello el cazador, increpaba al perro; y él, aunque viejo, respondió valientemente:

- 'No me falta empuje, sino fuerzas. Alabábasme en otro tiempo por lo que valía; y ahora me desprecias, porque no soy ni aun sombra de lo que fui'.

Bien entiendes tu, Fíleto, a donde tiran y se encaminan estas cosas que yo escribo. ¿Qué enseñanza nos deja? Que no debemos despreciar a lo viejo que un tiempo antes nos fue de gran ayuda.

Fábulas muy cortitas para dejar una moraleja a los niños

La mayoría de las veces, las fábulas están protagonizadas por animales, algo que ayuda a captar la atención de los niños. Aquí hemos seleccionado más fábulas con perros para niños, ya que es uno de los animales favoritos de los más pequeños.

• El perro que deseaba ser un ser humano es una fábula moderna, escrita por Augusto Monterroso. Se trata de un cuento con moraleja que enseña a los niños a aceptarse tal y como son y a que hay que aceptar la esencia de cada uno.
• El lobo y el perro. Esta fábula de Samaniego contribuye a desarrollar la imaginación y la creatividad de tus hijos, gracias a su moraleja, una pequeña lección muy interesante en forma de divertida historia.
• El perro y el cocodrilo. 'No te dejes aconsejar por quien te desea el mal por muy seguro que parezca', esa es la moraleja de esta fábula cortita, también de Samaniego. Sin duda, una valiosa lección para tu pequeño hijo.
• Los lobos reconciliándose con los perros. 'Siendo ustedes y nosotros tan semejantes, ¿por qué no nos entendemos como hermanos, en vez de pelearnos?', es la premisa de la que parte esta fábula de Esopo, pero la historia es muy distinta de la que te imaginas.
• El herrero y su perro. También de Esopo, esta mini fábula habla sobre que quien no trabaja, no come, en el papel de un holgazán perrito, cuyo dueño todo el día trabajaba martillando. Una gran lección para enseñar a los niños.

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