8 errores frecuentes al realizar un lavado nasal al niño - ¿Qué hacer?
Aquí lo NO recomendado para los lavados nasales del bebé para eliminar la mucosidad
- 8 Cosas que debes evitar al realizar un lavado nasal al niño
- Lavados nasales para niños - ¿En qué casos se recomienda hacerlos?
- Más consejos para realizar lavados nasales a los niños de manera segura
Los lavados nasales son una práctica común para aliviar la congestión en los niños y bebés. Sin embargo, es fundamental realizarlos correctamente para que sean efectivos y seguros. A continuación, te explicamos los fallos más frecuentes al realizar un lavado nasal, para que puedas evitarlos y cuidar mejor de la salud respiratoria de tu hijo. Se trata de 8 errores frecuentes al realizar un lavado nasal al niño - ¿Qué hacer?
8 Cosas que debes evitar al realizar un lavado nasal al niño
Los lavados nasales con suero son muy útiles si se aplican correctamente, pero pueden llegar a ser molestos, ineficaces y ocasionalmente lesivos si se cometen errores. Aquí, los ocho más comunes que los padres deben evitar:
1. Realizar lavados nasales cuando no hay congestión nasal
Los niños más mayores van a quejarse si están . Si no lo están, ¿para qué vamos a hacerle un lavado nasal? Del mismo modo, los niños más pequeños solo han de ser sometidos a un lavado nasal si tienen gran incomodidad, preferiblemente, antes de la toma, para que puedan comer sin dificultades. Este es uno de los errores más frecuentes.
Los lavados nasales están diseñados para aliviar la obstrucción y eliminar mucosidad, no para ser utilizados sin necesidad. Los niños mayores suelen quejarse si están muy congestionados, y esa es una señal clara de que necesitan ayuda. Sin embargo, si no están muy atascados, no tiene sentido realizarles lavados nasales . En los lactantes, se recomienda realizarlos antes de una toma de leche, para facilitar su alimentación.
2. Los lavados nasales no tienen una finalidad preventiva
Aplicar unas pocas gotas de suero no es suficiente para limpiar eficazmente las fosas nasales. Hay padres que hacen lavados nasales a sus hijos porque piensan que así no se van a acatarrar. Esto no es cierto.
3. Echar varias gotas de suero en la nariz no sirve para nada
Los lavados nasales se ejecutan echando un buen chorro de suero, o haciendo una o varias inhalaciones de suero pulverizado, y no solo con dos o tres gotas.
4. Si al niño le genera incomodidad, es mejor dejarlo
Los niños mayores disponen de otras estrategias para desembarazarse de los mocos (por ejemplo: sonarse vigorosamente, una buena hidratación, etc.). Por ello, si cada vez que le lava la nariz a su hijo, esto le supone un auténtico quebradero de cabeza, es mejor que recurras a otras estrategias.
Lavados nasales para niños - ¿En qué casos se recomienda hacerlos?
5. Hacer lavados nasales frecuentes a niños con hemorragias nasales de repetición
Si su hijo sangra con facilidad, es mejor que no le haga lavados nasales, pues va a ser peor el remedio que la enfermedad.
6. Hacer lavados nasales a niños con problemas de coagulación
Dichos problemas van a facilitar que el niño sangre por la nariz, por lo cual es mejor evitar los lavados nasales. Si han de hacerse, lo mejor es extremar la cautela.
7. Combinar los lavados nasales con aspiración de mocos en bebés menores de 6 meses.
Los lactantes muy pequeños tienen una trompa de Eustaquio muy corta, de tal modo que la aspiración de mocos hace un efecto de tracción sobre el tímpano, que a su vez deriva en irritabilidad por dolor de oídos.
8. Hacer lavados nasales a un lactante, estando el bebé sentado.
Lo mejor es que esté tumbado, porque así se facilita la sujeción de la cabeza. Una cabeza bien sujeta evita que el niño gire bruscamente la misma, por lo cual podemos hacerle daño en sus fosas nasales. Además, se evitará la posible aspiración del suero.
Más consejos para realizar lavados nasales a los niños de manera segura
Los lavados nasales son una herramienta muy útil para aliviar la congestión en los niños, pero deben realizarse con cuidado y solo cuando sean necesarios. Además, toma en cuenta lo siguiente:- Usa el suero fisiológico a temperatura ambiente. El suero demasiado frío puede resultar incómodo para el niño. Si lo calientas entre tus manos antes de usarlo, el proceso será más agradable.
- Sé suave pero firme. Es importante sujetar al niño de manera segura para evitar movimientos bruscos, pero también es fundamental ser delicado al introducir el suero.
- Limpia la nariz antes de cada toma en los bebés. Si el niño está congestionado, un lavado nasal antes de alimentarse puede ayudarlo a respirar mejor y facilitar la succión.
- Mantén un ambiente húmedo. Además de los lavados nasales, mantener un buen nivel de humedad en el hogar puede ayudar a aliviar la congestión y prevenir la sequedad nasal.
Evitar estos errores comunes garantizará no solo la efectividad del procedimiento, sino también el bienestar y la seguridad de tu hijo. Ante cualquier duda o complicación, consulta con un pediatra, quien te orientará sobre las mejores prácticas y alternativas para cuidar de la salud respiratoria de tu pequeño.
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