Hermanos de niños con TDAH

Cómo ayudar a hermanos de niños hiperactivos

Sofía Gil Guerrero, Psicóloga General Sanitaria
En este artículo
  1. Tener un hermano TDAH
  2. Qué podemos hacer para ayudar a los hermanos de niños con TDAH

Muchas familias se sienten desbordadas ante las conductas de su hijo con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). En casa, la situación puede ser complicada cuando uno de los hijos tiene TDAH. La dinámica de la familia se altera, y los conflictos que se generan en casa repercuten en todos los miembros de la familia, especialmente en los hermanos. 

La rivalidad entre hermanos es un hecho natural y necesario pero, cuando uno de los hermanos tiene TDAH, esta rivalidad se acentúa considerablemente. Es normal, los hermanos se ven afectados principalmente porque los padres suelen prestan mayor atención al hijo que tiene TDAH y, como sabemos, lo que más desea un niño es sentirse atendido por sus padres. 

Tener un hermano TDAH

Hermanos de niños con TDAH

Los padres, al ser conscientes de las dificultades con las que se encuentra su hijo con TDAH, dedican gran parte de su tiempo y esfuerzo a supervisarlo. Con frecuencia, los hermanos de niños con TDAH sienten que no son tratados por igual, que la atención y el cariño de sus padres va dirigido, casi en su totalidad, al hermano que tiene TDAH y que éste recibe un trato especial. 

Esta situación, genera en los hermanos de los niños con TDAH, sentimientos de celos hacia su hermano, ira, baja autoestima e incluso la necesidad de manifestar conductas inadecuadas para captar la atención de sus padres. 

No debemos preocuparnos, los celos o rivalidad entre hermanos es una reacción adaptativa transitoria, que suele seguir su desarrollo normal y desaparecer con el tiempo. Sin embargo, si no actuamos de la manera adecuada puede adquirir un carácter permanente. 

Qué podemos hacer para ayudar a los hermanos de niños con TDAH

- Todos los miembros de la casa deben conocer y entender qué es el TDAH y cómo pueden contribuir a ayudar al hijo o al hermano a sobrellevar las dificultades que presenta. 

Dedicar tiempo a la semana para realizar actividades en familia ayudará a los hermanos a fortalecer su vínculo afectivo (ir al cine, hacer una receta de cocina, jugar a un juego de mesa, disfrutar de la naturaleza, etc.). 

No implicarse en las peleas entre hermanos. Si se produce una pelea entre hermanos, los padres no deberán posicionarse a favor de ninguno de los hijos. Los hermanos tienen que resolver sus problemas por sí solos y las consecuencias serán aplicadas a ambos. 

Establecer normas y límites en casa que sean claros y equitativos. No todos los hijos son iguales, cada uno tiene cualidades y necesidades diferentes. Es imposible que los padres traten a los hijos de la misma manera pero, en la medida de lo posible, se debe intentar ser justo y equitativo. 

- Pasar tiempo con cada uno de los hijos a solas. Los niños necesitan sentirse únicos y especiales. Pasar tiempo con cada hijo a solas, sin presencia del resto de hermanos, ayudará a que todos ellos se sientan atendidos por sus padres y mitigará el sentimiento de rivalidad. 

No realizar comparaciones entre las conductas de los hijos. Con frecuencia, para animar a los hijos a que cambien su conducta, tendemos a comparar a los hermanos: ¡mira tu hermano, él ha hecho los deberes ya, y tu todavía ni has empezado! Este tipo de comparaciones debemos evitarlas. Si alguno de los hijos hace algo mal, tendremos que hablar con él y aplicarle una consecuencia por ello. Pero, en ningún caso, debemos comparar su conducta con la conducta del hermano, ya que esto aumenta la rivalidad y el resentimiento entre ellos.  

Reforzar a los hijos cuando su conducta sea adecuada con independencia de que tenga TDAH o no. Los padres prestan atención continuamente a las conductas inadecuadas de sus hijos pero, en muchas ocasiones, olvidan prestan atención y reforzar o felicitar a los hijos cuando su conducta es adecuada. Cuando alguno de los niños realice una conducta apropiada debemos elogiarle y felicitarle. Cuando el comportamiento de cualquiera de nuestros hijos sea bueno, es importante que se lo señalemos y lo reforcemos (¡muy bien!, ¡estamos orgullosos de ti!, ¡lo has hecho estupendo!).

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