Qué es la hiperacusia y cómo afecta a los niños la sensibilidad auditiva
Síntomas, diagnóstico y tratamiento de este síndrome que se caracteriza por la hipersensibilidad auditiva en los niños
- Qué es la hiperacusia y cómo puede afectar a la audición de tu hijo
- ¿Cómo sé si mi hijo tiene una sensibilidad excesiva a los sonidos?
- Cuáles son las pruebas para detectar la hiperacusia infantil
- Principales causas de la hipersensibilidad auditiva en niños
- Qué hacer si un niño tiene hiperacusia - Tratamientos
- Recursos para el bienestar de niños con sensibilidad auditiva
- Efectos de la contaminación acústica en nuestro sistema auditivo
- Cuáles son los problemas auditivos más comunes en niños
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La hiperacusia es la excesiva sensibilidad del oído a los ruidos fuertes. Es lo que conocemos coloquialmente como sensibilidad auditiva. Tal vez a tu hijo le ocurra que se asusta con cualquier ruido, llora ante sonidos fuertes o sencillamente intenta taparse los oídos porque no los soporta; puede que tenga hipersensibilidad auditiva. Esto no es más que una mayor sensibilidad o capacidad del oído de captar los sonidos.
Descubre aquí si tu hijo tiene sensibilidad auditiva o hiperacusia (o algiacusia). Te explicamos qué es la hiperacusia y cómo afecta a los niños.
Qué es la hiperacusia y cómo puede afectar a la audición de tu hijo
El primer sentido que desarrollamos en el vientre materno es el oído, siendo la primera conexión del bebé con el mundo exterior. Seguro que tú también notaste cómo tu bebé se movía dentro de ti cuando se producía un sonido fuerte como el golpe de una puerta al cerrarse repentinamente.
La hiperacusia, por lo tanto, es una mayor sensibilidad a todo tipo de sonidos, bien a frecuencias determinadas o al sonido ambiente sin más que puede causar inflamación de oído. Se trata de una hipersensibilidad a sonidos que al resto de personas les parecen normales. Estas personas presentan una mayor sensibilidad para oír, para crear y para entender el mundo a través del sonido.
En el caso de los niños más pequeños, el exceso de ruido puede causar llanto e irritabilidad, así como ansiedad y estrés. En niños algo mayores este problema puede derivar en ataques de pánico e incluso en aislamiento social.
En la sociedad actual en la que los ruidos están presentes constantemente, ya sea en las calles debido al tráfico o al ruido ambiental o en la casa por los distintos aparatos y electrodomésticos, el oído provoca respuestas como la inflamación del aparato auditivo, en especial en los niños puesto que están en desarrollo. Sin embargo, el sistema auditivo se va acostumbrando a los decibelios con los que convivimos diario. Salvo en el caso de los niños con mayor sensibilidad para quienes este tipo de sonidos resultan muy molestos.
¿Cómo sé si mi hijo tiene una sensibilidad excesiva a los sonidos?
Puedes descubrir que tu hijo tiene hiperacusia o sensibilidad auditiva si notas que:
- Le molestan los ruidos fuertes. Si algo cae al suelo, en seguida se asusta y se pone a llorar.
- Se aleja de la televisión cuando la conectas a un volumen que a ti te parece normal.
- No soporta los auriculares. Se los quita en cuanto intentan ponérselos.
- Se aparta o se asusta de las personas que hablan con un tono agudo o un elevado tono de voz.
- Les molesta mucho más algunos sonidos que al resto de personas. Ejemplos: el sonido de una moto, el de un concierto, el sonido de ambiente en un centro comercial...
- Le cuesta dormirse. Los trastornos del sueño están muy relacionados con la hiperacusia.
Por otro lado, esta sensibilidad auditiva puede causar ansiedad, ataques de pánico, mareos, dolor de cabeza y de oídos, vértigos, necesidad frecuente de taparse los oídos, así como de salir de la habitación en la que hay ruidos.
[Leer +: Signos de alarma de un problema auditivo]
Cuáles son las pruebas para detectar la hiperacusia infantil
Si sospechas que tu hijo pueda tener sensibilidad auditiva, puedes comprobarlo con un diagnóstico en un centro especializado. El otorrino le hará una serie de pruebas auditivas, como una audiometría con niveles de confort y disconfort al sonido, una timpanometría (se trata de un examen que prueba el estado del oído medio, así como la movilidad del tímpano y los huesecillos conductores al crear variaciones de presión percibidas en el canal auditivo) o una resonancia magnética del cerebro.
La audiometría tonal (evalúa el funcionamiento del sistema auditivo), la prueba de LDL (con ella se determina el umbral de disconfort frente a ciertos estímulos de diferente intensidad) y la prueba de reflejo estapedial (es necesario colocar un auricular en uno de los oídos y otro en el conducto auditivo para la medición) son otras pruebas audiométricas que evalúan el nivel de hiperacusia en niños.
Recuerda que para el diagnóstico de la hipersensibilidad auditiva es necesario que un pediatra o un otorrino especializado realice las pruebas oportunas a los niños. No dudes en hacerle todas las preguntas que tengas a tu médico de confianza, sobre todo para asegurarte de que cuidas la audición de tu hijo como necesita.
Principales causas de la hipersensibilidad auditiva en niños
No está demostrado que la hiperacusia sea hereditaria, pero, en muchos casos, puede llegar a ser aprendida. Aquellos niños o niñas que ven a sus padres evitar los ruidos fuertes pueden imitar estos comportamientos cuando en verdad no tienen mayor sensibilidad que otras personas. Se cree que esta disfunción del sistema nervioso auditivo tiene las siguientes causas:
- La exposición frecuente al niño a elevados volúmenes de ruido durante su primera infancia.
- Ciertas lesiones por cirugía en el oído.
- Trastornos de la articulación temporomandibular (alteraciones que provocan dolor en la articulación y en los músculos que controlan la mandíbula).
- Migraña o dolores fuertes de cabeza.
- Infección de oído crónica.
- Los acúfenos, también llamados tinnitus, son la percepción del ruido que tiene la persona sin que en verdad exista una fuente externa que origine dicho sonido.
Qué hacer si un niño tiene hiperacusia - Tratamientos
Tras la valoración por el especialista, las recomendaciones irán orientadas a proporcionar al niño un entorno agradable en el que pueda expresarse, pero en el que no existan ruidos excesivos que afecten a su sensibilidad auditiva.
Cabe señalar que la hiperacusia no es algo que tenga cura, pero sí debe ser tratado. Es más: se debe hacer, ya que se ha demostrado que la hiperacusia puede derivar con el tiempo si no se trata en otros problemas de oído como el vértigo o los acúfenos (oídos agudos muy desagradables que una persona escucha sin que existan estímulos externos que los provocan).
Por otro lado, una forma muy indicada de tratar la hiperacusia es intentar restar sensibilidad hacia el sonido. ¿Y cómo se hace eso? Intentando acostumbrar al oído poco a poco a sonidos más fuertes.
Debes someter al oído de tu hijo a un nivel mayor de sonido, de forma paulatina, y siempre a estímulos agradables. Por ejemplo, mediante la música. Puedes ponerle música durante cinco minutos y al día siguiente ponérsela a un volumen un poco más elevado. Y así, día tras día, intentar aumentar el volumen de forma paulatina para que él lo vaya tolerando (hasta llegar a un volumen aceptable, nunca demasiado alto).
El objetivo es que tu hijo pueda tolerar un volumen de sonido superior pero sin que llegue a ser agresivo. De esta forma, el oído se irá acostumbrando a que hay sonidos más intensos y otros más suaves y que debe tolerar ambos. Poco a poco irá modulando su audición y su forma de percibir los sonidos.
A su vez, actividades en la familia en la que el niño pueda disfrutar, por ejemplo, del sonido de la naturaleza pueden ser muy beneficiosos para la exposición, como también lo son emplear la música como recurso.
Recursos para el bienestar de niños con sensibilidad auditiva
Para brindar un espacio seguro y sin exceso de ruidos en casa y en la escuela podemos poner en práctica estos sencillos recursos:
1. Coloca almohadillas protectoras en las patas de las sillas y mesas para evitar que hagan ruido fuerte al desplazarlas. Si lo prefieres puedes usar el truco de poner bajo la pata la mitad de una pelota de tenis. Pueden ser los mismos alumnos quienes las coloquen y así hacerles partícipes de las soluciones de cara a mejorar el bienestar de su compañero. Este es un método que también se suele usar cuando hay un pequeño con autismo en el aula al que le molestan los ruidos.
2. Las moquetas o las alfombras para los pasillos también serán de gran utilidad para reducir las ondas sonoras.
3. Por otro lado, puedes crear un rincón de la calma en el aula o en casa: una silla y una mesita, un peluche, un cuento, una pluma... al que acudir cuando el pequeño se sienta abrumado o nervioso por la cantidad de ruido y que hay a su alrededor.
[Leer +: Pérdida de audición en los niños]
4. A su vez, se recomienda el uso de protectores auditivos en aquellas actividades en las que los estímulos auditivos sean fuertes como, por ejemplo, en las representaciones escolares o incluso en las horas de recreo.
5. Anticípale lo que viene después: si toca patio, si vais a ir al parque o si es momento de coger el coche. Al saber lo que va a hacer a continuación, le dará tiempo a visualizar el nivel de ruido al que va a estar sometido.
6. Dentro del aula, procura sentar al niño con sensibilidad auditiva en una mesa alejada de la ventana y de la puerta.
Efectos de la contaminación acústica en nuestro sistema auditivo
La contaminación acústica y sonora se define como el exceso de sonido en el ambiente por la presencia de ruidos o vibraciones que causa molestias auditivas e incomodidades para realizar las actividades cotidianas o académicas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) fija en unos 50 decibelios (dB) el límite, es decir, que son tolerable para el oído humano e informa de que la contaminación sonora puede causar la inflamación del aparato auditivo, la pérdida auditiva, así como otros problemas como trastornos del sueño, depresión, escaso rendimiento e irritabilidad.
Cuáles son los problemas auditivos más comunes en niños
Además de la sensibilidad auditiva o hiperacusia, podemos encontrarnos con otros problemas auditivos frecuentes en niños pequeños.
- Hipoacusia o sordera
Si la hiperacusia es la sensibilidad a los sonidos; la hipoacusia en la pérdida auditiva. Ya sea por factores genéticos o por otras causas como parto prematuro, consumo de ciertas sustancias por parte de la madre durante el embarazo o infecciones de oído repetitivas en la infancia, este problema auditivo cada vez menos frecuente gracias a los avances médicos. Puede causar dificultades en la adquisición del lenguaje, así como en otras áreas académicas y en las relaciones sociales.
Por eso, además de su pronto diagnóstico y evaluación para conocer el grado de sordera, es importante llevar a cabo una serie de estrategias para lograr la inclusión del niño o niña con problemas auditivos.
- Otitis o infección de oídos
La otitis es una infección frecuente en bebés y niños, sobre todo en épocas de piscinas o en invierno, cuando la mucosidad tiende a acumularse en el canal auditivo, que causa dolor e inflamación. Si el origen es una bacteria, será necesario que el especialista paute antibiótico. Si no, bastará con realizar lavados nasales con suero. En el caso de que las otitis sean repetitivas, más de cinco en un mismo año, el pediatra podría valorar derivar el caso al especialista para que realice otras pruebas específicas y compruebe que el sistema auditivo no presenta otro problema.
- Tapones de cera en los oídos
El conducto auditivo externo fabrica cera constantemente, pero no se acumula en el interior ya que, con los movimientos que realizamos al hablar, al bostezar o al comer, se desplaza hacia el conducto auditivo externo quedando eliminados al llevar a cabo rutinas sencillas diarias como la ducha.
En el caso de que la cera no se desplace o la producción sea excesiva se acumulará en el conducto interno que es lo que se conoce como el tapón de cera. Ubicado en el conducto auditivo, hace que el oído tenga una menor reacción al estímulo sonoro.
Además de causar molestias, puede derivar en infecciones si no se elimina. Se pueden realizar lavados de oídos o bien consultar con el pediatra si no estamos seguros de cómo realizarlos correctamente. En todo caso no se recomienda usar los bastoncillos ya que la cera, en vez de salir, se adentrará más en el conducto.
- Trastornos de la audición: Trastorno de Procesamiento Auditivo (TPA)
Más allá de los problemas auditivos, existen trastornos de la audición siendo el Trastorno de Procesamiento Auditivo (TPA) el más frecuente.
Dicho trastorno aparece cuando el sistema auditivo en su conjunto funciona correctamente, pero el cerebro tiene una disfunción y por lo tanto no puede interpretar adecuadamente el sonido que viene del exterior. El sentido del oído es el encargado de transmitir las ondas al cerebro para que este las reconozca y las interprete. Aquellas personas con este trastorno tienen dañada la capacidad interpretativa de los sonidos. Por ejemplo, no pueden distinguir las diferencias entre diferentes sonidos, por lo que tienden a cambiar una palabra por otra similar y más común.
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Bibliografía
- California Childcare Health Program (n.d.) Evaluaciones Auditivas en los Niños Pequeños. Disponible en: https://cchp.ucsf.edu/sites/g/files/tkssra181/f/hearsp081803_adr.pdf
- Lobera Gracida, (n.d.) Discapacidad auditiva. Guía didáctica para la inclusión en educación inicial y básica. Consejo Nacional de Fomento Educativo. Gobierno Federal de México. Disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/106806/discapacidad-auditiva.pdf