Los problemas de habilidades sociales pueden tratarse de varias maneras, la más común y recomendada es mediante terapias con psicólogos especializados en la materia.
Un psicólogo puede mostrarles técnicas a estos niños para que aprendan a tener conversaciones con otras personas, a defender sus opiniones ante otros o a que tengan habilidades de comunicación adecuadas.
También se pueden tratar otras capacidades sociales como el manejo de los conflictos, el aumento de la autoestima y la confianza en ellos mismos o que aprendan a disminuir la ansiedad y la agresividad. Es importante que independientemente de la terapia que se escoja, ésta cumpla con los siguientes objetivos:
- Brindar elementos de socialización básicos, como por ejemplo, que los niños aprendan a dar las gracias, iniciar una conversación con un hola, pedir permiso, saber decir las cosas amablemente… Algunas de las técnicas que nosotros ponemos en práctica son los juegos de 'roleplaying', donde los niños deben actuar según el personaje que se les ha sido asignado. De esta manera, mientras juegan están aprendiendo a adoptar distintos comportamientos según la situación que se les plantea.
- Aportar herramientas que permitan a los niños poder expresar sus propios deseos y necesidades. Por ejemplo, si una niña no dice nunca lo que le gusta y acaba jugando siempre a lo que los demás quieren, puede que un día explote y se enfade porque nadie le hace caso. En este caso se le debería enseñar a hacer peticiones y que sepa cómo expresar sus propios sentimientos.
- Dar elementos de prevención y manejo de conflictos, mediante técnicas de relajación que les enseñen a saber escuchar y evitar agresiones. Como por ejemplo, si un niño se enfada con su profesora, debe aprender a no enfrentarse a ella sino a realizar la 'técnica de la tortuga' (agachar la cabeza) y aceptar lo que ésta le diga.
- Fomentar la construcción de vínculos sociales, para que estos niños traten a las personas con empatía, solidaridad y compromiso social. Que sean conscientes que si ignoran a una persona eso la puede hacer sentir triste y que si por el contrario juegan con ella, se sentirá mejor.
Todo esto es lo que se puede conseguir mediante la realización de simples ejercicios o juegos educativos realizados con psicólogos de forma periódica. Las sesiones pueden ser individuales o en pequeños grupos, aunque se recomiendan más las segundas, ya que así se pueden llevar a cabo ejercicios que fomenten la cooperación y el trabajo en equipo.
Si ves que tu niño tiene piojos, no te preocupes por su salud, pese a que son muy molestos, los piojos no transmiten enfermedades.
Tu hijo no va a contraer nada grave, pero si hacemos una retirada exhaustiva de las liendres, le evitaremos los picores.
Aunque lo más recomendable es comprar una solución contra los piojos en la farmacia, existen métodos caseros.
El vinagre, las hierbas y los aceites pueden llegar a eliminar los huevos, pero no a retirarlos, así que no seríamos del todo efectivos. Además, si utlizamos alguno de estos métodos antes que algún pediculicida, podriamos evitar que el producto perdiera eficacia.
Aunque se pudiera relacionar la infección con la falta de higiene, es justamente todo lo contrario, los piojos tienen preferencias con el cabello limpio pues es más sencillo depositar los huevos.
Con esto no queremos decir que la solución sea no lavar el pelo a los niños, podemos prevenir la infección de piojos con repelentes y teniendo el pelo limpio.
Para evitar que los niños pasen de nuevo por la infección de piojos, es necesario revisar y lavar todos los objetos personales que hayan entrado en contacto son su cabeza: peines, gorros, cintas del pelo, ropa, almohadas o cojines. También debemos lavar la ropa de su cama a más de 50 grados y revisar los juguetes a los que pueda aderirse el parásito, como los peluches.
Para evitar el aburrido tratamiento, podemos prevenir el contagio o la reinfestación con repelentes.
Los repelentes anti piojos, de los que recomendamos mirar detenidamente el prospecto, se pueden adqurir en cualquier farmacia. Lo aplicamos sobre el cabello cuando esté limpio y seco y tratamos de cubrir toda superficie con probablidad de infección.
Por suerte para nosotros y nuestros niños, podemos eliminar los piojos que tantas molestias les ocasionan.
Lo primero que debemos hacer es comprar en la farmacia un tratamiento. Tras su aplicación, retiramos los piojos muertos y con la ayuda de una lendrera, mechón a mechón, quitamos los huevos de los piojos y las liendres.
Aunque como hemos dicho, es complicado controlarlo, podemos evitar que nuestros niños contraigan piojos revisando la cabeza cuidadosamente en cuanto veamos que tiene picores, alertando a los otros padres, comunicando al colegio y ordenando a nuestros hijos que sólo usen su toalla, peine y cepillos de forma individual.
Los piojos se transmiten por el contacto directo entre cabezas y cuando alguien infectado comparte su peine, gorra, gorra o similar con otro niño.
1 de cada 4 niños en edad escolar contraen piojos, así que aunque es provable que alguno de tus niños lo sufra, se pueden prevenir.
Los piojos son unos parásitos que se alimentan de sangre humana y se hacen complicados de localizar a primera vista porque se camuflan con el pelo del niño. El problema que provoca es más molesto que doloroso: picores en la cabeza al inyectar la saliva para alimentarse.