Cómo tratar las mordeduras de gato en los niños para prevenir infecciones
Un gato mordió a mi hijo - Consejos para actuar ante una mordedura de gato en los niños
- Por qué los gatos muerden
- Mordida de gato en niños, ¿cómo actuar?
- Riesgos de infección en las mordeduras de gato
- Los arañazos de los gatos en los niños
- Prevención de mordeduras y arañazos de gato
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Además de las mordeduras de perro, que son las más frecuentes, y las de serpientes, que son las más peligrosas, otros animales domésticos también pueden representar un riesgo para los niños. Uno de los más comunes en los hogares es el gato. Aunque los gatos son generalmente tranquilos y suelen evitar conflictos, en ciertas situaciones pueden morder, y estas mordeduras requieren una atención adecuada debido a su alto riesgo de infección. ¿Qué hacer si un gato muerde a un niño? ¡Te lo contamos!
Por qué los gatos muerden
Los gatos, a diferencia de los perros, suelen ser más independientes y territoriales. Generalmente, morderán solo cuando se sienten amenazados, asustados o acorralados. Sin embargo, también pueden morder como respuesta a una estimulación excesiva durante el juego, cuando están enfermos o cuando no desean ser acariciados o manipulados. Es importante enseñar a los niños a respetar los límites de los gatos, observando sus señales de incomodidad, como el movimiento brusco de la cola, el aplanamiento de las orejas o los gruñidos.
Mordida de gato en niños, ¿cómo actuar?
Cuando un niño es mordido por un gato, es fundamental actuar con rapidez y seguir ciertos pasos para minimizar el riesgo de infección y asegurar que el niño reciba la atención adecuada.
1. Lavar la herida inmediatamente
Lo primero y más importante que se debe hacer tras una mordedura es lavar la herida a fondo con agua y jabón. Esto ayuda a eliminar cualquier bacteria superficial que pudiera haber entrado en la herida. Es recomendable dejar correr el agua durante varios minutos sobre la zona afectada para asegurarse de que esté bien limpia.
2. Aplicar un antiséptico
Después de lavar la herida, se debe aplicar un antiséptico para desinfectar la zona. Esto puede ayudar a prevenir la infección. Es importante evitar el uso de alcohol o productos que puedan irritar la piel del niño.
3. Acudir al pediatra
Aunque la herida parezca superficial, es crucial llevar al niño al pediatra o a un centro de urgencias. Las mordeduras de gato tienen una alta tasa de infección debido a la forma en que sus dientes penetran en la piel, creando heridas punzantes donde las bacterias pueden quedar atrapadas. El médico podrá evaluar la gravedad de la mordedura, recomendar el tratamiento adecuado, y decidir si es necesario prescribir antibióticos para prevenir infecciones.
4. Recopilar información sobre el gato
Es fundamental obtener la mayor cantidad de información posible sobre el gato que mordió al niño. Esto incluye conocer el estado de vacunación del gato, especialmente si ha recibido la vacuna contra la rabia, y si es un gato doméstico o callejero. Si el gato es de la familia o pertenece a alguien conocido, es ideal que se lo lleve al veterinario para un examen y seguimiento. Si se trata de un gato callejero, el riesgo de rabia o de otras enfermedades puede ser mayor, y el médico del niño podría considerar la vacunación preventiva contra la rabia.
Riesgos de infección en las mordeduras de gato
Las mordeduras de gato son las segundas más frecuentes después de las mordeduras de perro, pero presentan un riesgo significativamente mayor de infección. Se estima que entre el 50% y el 80% de las mordeduras de gato se infectan. Esto se debe a los afilados dientes de los gatos, que pueden penetrar profundamente en la piel, depositando bacterias en los tejidos blandos. Las manos son la localización más común de estas mordeduras, y debido a la cantidad de bacterias presentes en las manos, el riesgo de infección es aún mayor.
Entre las bacterias más comunes que pueden infectar una mordedura de gato se encuentran Pasteurella multocida y Staphylococcus aureus, que pueden causar infecciones graves si no se tratan a tiempo. Los síntomas de infección incluyen enrojecimiento, hinchazón, dolor creciente, secreción de pus y fiebre. Si cualquiera de estos síntomas aparece después de una mordedura, es esencial buscar atención médica de inmediato.
Los arañazos de los gatos en los niños
Además de morder, los gatos también pueden arañar, lo cual es incluso más común que las mordeduras. Los arañazos de gato pueden parecer inofensivos, pero también pueden causar infecciones. Uno de los riesgos asociados a los arañazos de gato es la "enfermedad por arañazo de gato", una infección bacteriana causada por Bartonella henselae. Esta enfermedad se manifiesta principalmente con la inflamación de los ganglios linfáticos cercanos a la zona del arañazo, y en algunos casos, puede causar fiebre, fatiga y dolor en las articulaciones.
Después de un arañazo, es importante limpiar la herida de la misma manera que se haría con una mordedura, aplicando agua y jabón, y luego un antiséptico. Si la herida muestra signos de infección o si los ganglios linfáticos del niño se inflaman, se debe consultar a un médico.
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Prevención de mordeduras y arañazos de gato
La prevención es la mejor estrategia para evitar mordeduras y arañazos de gato en los niños. Aquí hay algunos consejos para prevenir incidentes:
- Educación temprana
Enseñar a los niños cómo interactuar adecuadamente con los gatos es esencial. Deben aprender a respetar el espacio del gato y a no molestarlo cuando está comiendo, durmiendo o cuando muestra señales de irritación.
- Supervisión
Siempre que un niño esté interactuando con un gato, es importante que un adulto supervise la situación para intervenir si el gato muestra signos de incomodidad.
- Cuidado con los gatos desconocidos
Es importante enseñar a los niños a no acercarse ni intentar acariciar a gatos desconocidos, especialmente si son callejeros. Los gatos callejeros pueden ser más propensos a morder o arañar si se sienten amenazados.
- Evitar el juego brusco
No se debe permitir que los niños jueguen de manera brusca con los gatos, como tirando de su cola o agitando sus manos frente al rostro del gato, ya que esto puede provocar que el gato reaccione de manera defensiva.
En resumen, las mordeduras y arañazos de gato en niños pueden ser preocupantes debido al alto riesgo de infección. La clave es actuar rápidamente y buscar atención médica para prevenir complicaciones. Al mismo tiempo, es crucial educar a los niños sobre cómo interactuar de manera segura con los gatos para minimizar el riesgo de mordeduras y arañazos. Con las precauciones adecuadas y el respeto por los límites de los gatos, la convivencia entre niños y gatos puede ser segura y gratificante para ambos.
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Bibliografía
- Jofré M., Leonor, Perret P., Cecilia, Abarca V., Katia, Solari G., Verónica, Olivares C., Roberto, & López Del P., Javier. (2006). Recomendaciones para el manejo de mordeduras ocasionadas por animales. Revista chilena de infectología, 23(1), 20-34. Disponible en: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-10182006000100002