Los problemas digestivos más comunes en los bebés prematuros
El piel con piel es el mejor tratamiento para bebés nacidos antes del tiempo
- Los 4 problemas digestivos de los bebés prematuros más comunes
- Vídeo de una enfermera con niños que nacieron prematuros
Toda mujer embarazada desea enormemente ver la carita de su pequeño, pero nunca espera ni quiere que esta circunstancia se adelante, porque es consciente de las dificultades que puede tener para el bebé en los primeros meses. Los bebés prematuros, aquellos que nacen antes de la semana 37 de embarazo, requieren de una serie de cuidados especiales para evitar retrasos en su desarrollo. Hoy, queremos hablarte de los problemas digestivos de los bebés prematuros.
Los 4 problemas digestivos de los bebés prematuros más comunes
Anticipar al nacimiento de un bebé es prácticamente imposible, y por eso, a las mamás, nos alcanza por sorpresa, con las hormonas a flor de piel y poco preparadas para afrontar la situación de dar a luz a un bebé prematuro por los problemas que pueda tener. Entre otros, los bebés prematuros suelen verse afectado de ciertos problemas relacionados con sus tractos digestivos de mayor o menor gravedad, normalmente dependiendo de la prematuridad del niño.
1. Reflujo gastroesofágico
El reflujo afecta a más de la mitad de los bebés que nacen con prematuridad. En estos casos, el contenido del estómago encuentra la manera de regresar al esófago dada la inmadurez de su sistema digestivo (válvula y/o musculatura que controla el nexo entre el esófago y el estómago) y el bebé lo expulsa, ya sea en pequeñas cantidades o en forma de vómito.
Los bebés pueden regurgitar a diario sin tener reflujo, por lo que otros síntomas, como malestar tras ingerir la leche, irritabilidad y una escasa ganancia de peso, deben acompañar a la regurgitación para diagnosticar reflujo gastroesofágico.
En los casos en los que las medidas posturales (aumento del ángulo de inclinación de la incubadora) no ayudan, existe medicación para tratar sintomatología en estos bebés prematuros, que normalmente superan el reflujo cuando el sistema digestivo se encuentra más maduro (alrededor de los 7-12 meses dependiendo de la prematuridad).
2. Ileo meconial
Es una condición en la que el meconio es tan espeso y pegajoso que hace que las paredes del intestino grueso se adhieran entre sí, generando una obstrucción. El primer síntoma es la falta de meconio en las primeras horas/días de vida.
Aunque cerca del 90% de los bebés con esta condición sufren también fibrosis quística, es posible que aparezca en recién nacidos en los que no hay ningún otro problema de salud, aparte de los habituales de su prematuridad. Los casos más leves se pueden resolver mediante una sonda para evacuar el meconio, mientras que aquellos más graves pueden requerir una eliminación vía quirúrgica.
3. Enterocolitis necrotizante
Esta enfermedad afecta, en mayor número, a los grandes prematuros, sobre todo aquellos de menos de 28 semanas. La membrana que recubre el intestino se debilita, se inflama, se infecta e, incluso puede, en los casos más graves, llegar a degradarse hasta el punto de requerir cirugía para eliminar esa parte del intestino.
La variedad de síntomas es amplia, dependiendo de que las lesiones sean pequeñas o de que haya perforaciones intestinales, pero en general, el bebé se encuentra letárgico y con problemas para alimentarse o tolerar la alimentación, tiene el abdomen distendido y sus deposiciones pueden ir acompañadas de sangre.
Además de tratar la enterocolitis con antibióticos, es necesario re evaluar el sistema de alimentación del prematuro para dejar descansar a su estómago, por lo que opciones como la alimentación vía sonda nasogástrica o, en casos más graves, por vía intravenosa son prioritarias. Curiosamente, los prematuros que se alimentan únicamente con calostro/leche materna tienen un riesgo mucho más bajo de desarrollar enterocolitis necrotizante.
4. Ictericia
Aunque no un problema propiamente digestivo de los bebés prematuros, sí que está relacionado con la alimentación. La ictericia consiste en la aparición de pigmentación amarilla en la piel debido a la acumulación de bilirrubina en sangre. La bilirrubina es una sustancia producida por el hígado al descomponer los glóbulos rojos. El propio hígado participa en su descomposición, facilitando su eliminación vía heces. Más del 80% de los prematuros sufren ictericia, ya que su hígado es más inmaduro y trabaja de manera poco eficiente, haciendo a estos bebés más propensos que los niños nacidos a término.
Generalmente, esta condición es tratada con luces ultravioleta especiales y mediante un control directo de la alimentación, ya que cuando el bebé no recibe suficiente leche o no se alimenta correctamente la condición puede empeorar. Son muy pocos los casos más graves en los que un aumento rápido de los niveles de bilirrubina en sangre pueden causar serios daños en el cerebro (Kernicterus).
Todos estos contratiempos los superará el recién nacido gracias a la asistencia y control de los médicos, pero también al contacto piel con piel, que puede establecerse a través de carícias, abrazos y masajes.
Vídeo de una enfermera con niños que nacieron prematuros
La vida da muchas vueltas y nos trae muchas sorpresas también. Eso fue lo que ocurrió a esta enfermera de una unidad de recién nacidos de un hospital. Durante años ella cuidó a bebés prematuros en estado crítico, y los trató como si fuesen sus propios hijos. Años más tarde, las familias de estos bebés a los que la enfermera les salvó la vida, le hicieron este precioso homenaje. ¡No lo perdáis!
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