Bebés macrosómicos. Riesgos para la embarazada y para el recién nacido
Descubre cómo y cuándo detectar macrosomía en el bebé
- ¿Cuándo se considera que un bebé es macrosómico?
- Factores de riesgo que pueden predisponer una macrosomía
- Complicaciones en el parto de dar a luz un bebé macrosómico
- El control de la macrosomía en el recién nacido
Un gran porcentaje de padres cuando se enteran de que viene un bebé en camino desean que sea grande y robusto y, por supuesto, que sea sano principalmente. El problema es que la mayoría de las veces esos recién nacidos muy grandes y robustos pueden tener algunos riesgos al nacer. Son los llamados bebés macrosómicos.
¿Cuándo se considera que un bebé es macrosómico?
La Unidad de Neonatología del Servicio de Pediatría del Hospital de Barsuto en Bilbao (España) cataloga a un recién nacido macrosómico cuando este pesa más de 4 kilos (8 libras con 13 onzas) al nacer, o sea, por encima del percentil 90, independientemente de su edad gestacional, siendo la frecuencia de estos bebés macrosómicos de un 5%.
Se considera que por encima de los 4 kg y medio (9 libras con 15 0nzas), las complicaciones de estos recién nacidos aumentan significativamente. La frecuencia de bebés macrosómicos se estima en un 7 a 10% de los recién nacidos vivos.
La macrosomía se puede estimar en la etapa intrauterina a través de una ecografía, midiendo el diámetro cefálico, el diámetro abdominal y el largo del hueso fémur, pero esto tiene un margen de error entre 300 a 550 gramos; por tanto, en la actualidad para diagnosticar un bebé macrosómico también se toma en cuenta, el peso al nacer, la edad gestacional y el índice ponderal, lo que también funciona para clasificar al bebé macrosómico en dos subtipos: el armónico (sin riesgos de complicaciones) y el disarmónico (con riesgos de complicaciones y hay que observar).
También se pueden hacer análisis prenatales, después de la semana 32, si el excesivo crecimiento del feto se relaciona con alguna patología propia de la madre. Estos análisis son una prueba en reposo que mide la frecuencia cardíaca del feto y un perfil biofísico fetal. Se tiene en cuenta el resultado de esta prueba junto con una ecografía y así observar su respiración, la cantidad de líquido amniótico, sus movimientos y el tono muscular.
Factores de riesgo que pueden predisponer una macrosomía
A veces no es fácil diagnosticar un feto macrosómico y más si no hay factores de riesgo, pero hay dos signos que en la consulta prenatal pueden orientar y ayudar al diagnóstico:
- La altura del fondo uterino, en el caso de que sea mayor a la esperada para su edad gestacional. La altura se mide desde la parte superior del útero hasta el hueso púbico.
- Polihidramnios o aumento excesivo del líquido amniótico. Este líquido rodea al bebé dentro del útero y refleja la cantidad de orina que excreta el feto, por tanto, cuando la cantidad es mayor a la esperada para su edad gestacional puede orientar en que el bebé es más grande a lo esperado. Sin embargo, hay que tener en cuenta que otras patologías pueden aumentar la cantidad de líquido amniótico.
Y, ¿cuáles son los factores de riesgo que pueden predisponer una macrosomía?
- Madre con Diabetes Mellitus, así sea pregestacional o durante el embarazo.
- Madres con obesidad o con descontrol de peso (aumento exagerado) durante el embarazo. Lo ideal es aumentar aproximadamente 11 kg a 16 kg (25 a 35 libras) por embarazo.
- Antecedentes de otro embarazo anterior con bebé macrosómico. También si la madre fue macrosómica. Si es así el riesgo de tener bebés macrosómicos es mayor.
- Padres genéticamente grandes. Por lo general, los bebés también serán de peso y talla por encima del percentil 90.
- Fetos de sexo masculino, por lo general los varones son más grande que las hembras.
- En madres mayores de 35 años es más frecuente los bebés macrosómicos.
Si el feto es macrosómico y no hay factores de riesgo, se debe estudiar el caso para descartar alguna patología que esté afectando al bebé y que sea la causa de la macrosomía.
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Complicaciones en el parto de dar a luz un bebé macrosómico
Aquí hay que hacer una distinción, por un lado para la mujer y, por el otro, para el niño. Para la madre, en el momento del parto, puede haber mayor riesgo de desgarro perineal y/o hemorragias posparto por desproporción feto pélvica. Y también se incrementa el riesgo de realizar cesárea. Esto puede minimizarse con un adecuado control prenatal, animando a la gestante a escoger la postura que le parezca adecuada para el expulsivo y sin planificar inducciones ni cesáreas.
En el bebé las complicaciones pueden ser variadas, leves, moderadas o graves, de acuerdo al trauma obstétrico y entre ellas podemos mencionar lesión del plexo braquial central o periférica, fracturas de cráneo, fracturas de clavícula, hemorragia intracraneal, hematoma de órganos abdominales (bazo, hígado, riñones, suprarrenales) o asfixia neonatal severa y sus consecuencias.
Si una madre gestante sufre de diabetes puede generar problemas en su recién nacido a la hora de controlar sus niveles de glucosa; en los bebés macrosómicos también puede acarrear ictericia, policitemia, hipoglucemia, hipertensión pulmonar y trastornos respiratorios.
El control de la macrosomía en el recién nacido
La prevención de un bebé macrosómico en ciertos casos es difícil, pero si hay factores de riesgo que puedan controlarse el éxito de no tener un bebé macrosómico es posible.
- Si estás pensando en aumentar la familia y eres una mujer que padece alguna patología tipo obesidad, diabetes u otras debes agendar una consulta con tú internista de confianza, nutricionista o ginecólogo para que puedas llegar a quedar embarazada en las mejores condiciones de salud y así evitar complicaciones.
- Realizar las consultas prenatales de forma regular y seguir las recomendaciones que él o la ginecoobstetra te indique para el adecuado desarrollo del embarazo.
- Mantener una adecuada alimentación y actividad física en el embarazo para evitar los aumentos de peso exagerados durante los nueves meses.
Si tu bebé nació en buenas condiciones, pero es considerado un bebé macrosómico por tener un percentil por encima de 90, te recomiendo lo siguiente:
- Dar lactancia materna en la primera hora de nacido, así le previenes una hipoglicemia.
- Si ves un tinte ictérico (amarillo) en piel y mucosas, avisar y acudir al pediatra, quien buscará la causa y te dará instrucciones.
- Si ves a tu bebé decaído, que rechaza el alimento o llanto persistente, debes acudir inmediatamente al pediatra.
En conclusión, muchos estudios realizados afirman que la macrosomía per se no es motivo para plantear una cesárea electiva ni la inducción temprana del parto, ya que se pueden minimizar las complicaciones con un control prenatal adecuado, controlando los factores de riesgos que sean posible y realizando una excelente monitorización del parto. Así favorecemos la culminación espontánea por parto vaginal y solo se interviene en caso de una comprobada desproporción feto-pélvica.
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