Cuando el bebé no sonríe - El peligro de ausencia de sonrisa social
La falta de la sonrisa social puede ser un signo de alarma el neurodesarrollo del recién nacido
- Descubre los distintos tipos de sonrisa que presenta un bebé
- ¿Qué pasa si mi bebé no presenta sonrisa social?
Si tienes hijos, sabrás lo gracioso, contagioso y emocionante que es verlos sonreír por primera vez. Es una sensación indescriptible verlos reír, una energía positiva que nos alegra el alma y que nos relaja. Esperamos tanto ese momento que si se retrasa o no llega, los padres empezamos a preocuparnos. Por ello en este post hablaré sobre qué ocurre cuando el bebé no sonríe y qué significa la ausencia de sonrisa social en el recién nacido.
Descubre los distintos tipos de sonrisa que presenta un bebé
¿Sabías que existen varios tipos de sonrisa? Está la sonrisa refleja, la sonrisa social y, por último, la sonrisa diferencial. La primera (sonrisa refleja) es la que aparece desde que un bebé nace. Es un acto reflejo e innato del ser humano, que obedece al sistema nervioso central, y tiene que ver con necesidades internas de satisfacción como, por ejemplo, alimentarse. También es común que se produzca durante el sueño, y es involuntaria, sin que esté asociada a estímulos externos que puedan desencadenarla.
La sonrisa social es un hito que permite evaluar el desarrollo neurológico del niño. Aparece entre el primer y el tercer mes de vida. Cuando llevas al bebé al pediatra, este evalúa la presencia de la sonrisa social estando el lactante acostado en decúbito dorsal (boca arriba), sobre la camilla o colchoneta. El médico sonreirá y conversará con él encima del rostro a unos 20 o 30 centímetros sin hacerle cosquillas ni tocar su cara. La respuesta esperada es que el niño sonría en respuesta.
El objetivo es obtener más una respuesta social que física. Según lo especifican en el documento Manual para la vigilancia del desarrollo infantil, esta sonrisa es la respuesta de su interacción con el medio ambiente y los estímulos, así como el lenguaje expresivo, emociones e interés por las personas.
Por su parte, su ausencia puede orientar a la presencia de trastornos del neurodesarrollo que pueden detectarse a tiempo, de manera que si la sonrisa social está ausente debe evaluarlo su pediatra, quien valorará si otras áreas están presentando retraso o alteración y si además puede ser parte de una entidad en específico.
En cuanto a la sonrisa diferencial, es la que aparece entre 4 y 9 meses de edad. No es más que la respuesta que se obtiene ante algún estímulo al bebé como cosquillas, muecas, sonidos graciosos... El bebé en esta etapa aprende a diferenciar rostros y emociones y se expresa más con su sonrisa.
La sonrisa forma parte de la evaluación de la madurez del sistema nervioso central del bebé, es un indicador de que todo va bien y uno de los signos de alarma en el neurodesarrollo en el caso de la ausencia de la misma. A veces, no determinamos a qué responde su sonrisa, pero lo importante es que esa sonrisa social esté y se pueda evaluar. Y no solo cuando el bebé visite a su pediatra, sino también en casa, al hablarle, acariciarle y estimularle con juguetes coloridos y sonidos.
¿Qué pasa si mi bebé no presenta sonrisa social?
En primer lugar, no te estreses, agobies ni te obsesiones porque en el tema de las adquisiciones de habilidades hay rangos de edad que van dentro de la normalidad. Con esto quiero decir que la habilidad adquirida por un bebé a los 2 meses, otro bebé de su misma edad lo puede adquirir o desarrollar más tardíamente y no por ello signifique que hay un problema.
Sin embargo, la ausencia de sonrisa social puede indicar un retraso del neurodesarrollo, de ahí que se necesario, antes de emitir un posible diagnóstico, evaluar otros aspectos como: motricidad gruesa y fina, lenguaje (sonidos guturales o vocalizaciones como agu, ta, gugugu...), respuesta auditiva y visual a otros estímulos, reflejos... En conjunto van a poder determinar si el bebé está ante una condición de salud.
Estos indicadores son los que en el mundo médico los pediatras conocemos como 'banderas rojas del neurodesarrollo', es decir, signos de alarma que pueden indicarnos que algo no va bien. Se determinará primeramente por el pediatra, que posteriormente decidirá la evaluación con neuropediatría y otras especialidades según sea el caso.
Las probables patologías asociadas pueden ir desde un retardo global del desarrollo, hipoacusia, alteración de la visión, hasta un trastorno del espectro autista, enfermedades neurológicas degenerativas o síndromes genéticos.
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