Cumpleaños feliz, un origen milenario
Cumpleaños feliz, un origen milenario
- El cumpleaños más feliz de los niños
Estaba tranquilamente sentada en el salón de mi casa a las diez de la noche, cuando de repente rompí aguas. Era un viernes como éste, un gran día que aventuraba un fin de semana movidito para toda la familia. Llegué a la clínica de maternidad a las doce la noche y a las siete menos veinte de la mañana nació mi primer bebé. Este fin de semana celebramos su cumpleaños. Cumpliendo con la tradición, le cantaremos Cumpleaños feliz, familia y amigos, todos a coro, la canción más popular del mundo, según el libro Guiness de los Records, que ha sido traducida a decenas de idiomas y es entonada a diario por millones de personas.
El cumpleaños más feliz de los niños
Y es que cuando pienso en alguna versión memorable, siempre me viene a la mente la de Marilyn Monroe, cantada el 19 de mayo de 1962, 78 días antes de su muerte, al presidente norteamericano John F. Kennedy, en una celebración multitudinaria en el Madison Square Garden.
La canción más popular del mundo fue creada en 1893 y esconde una dura batalla por los derechos de autor, y no es para menos, ya que algunas estimaciones hablan de dos millones de dólares anuales en concepto de derechos de autor por la canción. Por si fuera poco, hoy en día, también es usada en innumerables dispositivos electrónicos como teléfonos móviles o tarjetas de felicitaciones. Y mientras cantamos la canción, mi hijo soplará las velas de su tarta, cumpliendo también la tradición más compartida alrededor del mundo. En la antigüedad, felicitar, regalos y hacer una fiesta con las velas encendidas era una costumbre, que servía para proteger a los demonios guardianes de las personas y se consideraba una forma de agradecimiento para garantizar la seguridad durante el año entrante.
En el antiguo Egipto, los faraones ordenaban cerrar comercios y daban enormes fiestas para celebrar sus cumpleaños, mientras , que estaba presente el día de su nacimiento y que cuidaba de ellos toda su vida. La costumbre de las tartas con las velas encendidas comenzó también con los griegos, que colocaban tortas redondas hechas con miel adornadas con cirios encendidos sobre los altares del templo de Artemisa. Actualmente, la creencia popular es que las velas de cumpleaños pueden conceder deseos, traen buena suerte y rinden homenaje a la persona que celebra su cumpleaños. Por este motivo, unos segundos antes de soplar las velas, todos pedimos un deseo y después soplamos con fuerza para que se apaguen todas con la esperanza de que así se cumpla nuestro deseo. Larga vida, qué la disfrutes y ¡qué cumplas muchos más!
Marisol Nuevo.
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