Cómo impacta la educación en la felicidad de los niños según Harvard

A todos nos preocupa la felicidad de nuestros niños y los padres somos los principales implicados a la hora de generar este sentimiento positivo en nuestros hijos con nuestra dedicación, la educación y el afecto que les damos cada día. Pero, ¿de qué depende la felicidad, qué es lo que nos hace ser más o menos felices? Aquí cómo impacta la educación en la felicidad de los niños según Harvard.

Harvard y la felicidad en la educación infantil - ¿Qué papel juega?

La Universidad de Harvard ha realizado varios estudios acerca de la felicidad y su relación con la educación de los niños. Uno de sus hallazgos es que el éxito y la felicidad no dependen solo del coeficiente intelectual o los logros académicos, sino de las habilidades socioemocionales. Los niños que aprenden a manejar sus emociones tienen una mayor probabilidad de ser felices de adultos.

El estudio de Harvard llamado 'The Harvard Study of Adult Development', ha seguido a más de 700 personas durante 80 años y concluyó que la clave de la felicidad no está en el dinero o en los logros profesionales, sino en la calidad de las relaciones humanas. El estudio demuestra la importancia de enseñar a los pequeños a construir relaciones sanas para valorar el afecto y la compañía.

Otro aspecto interesante (y que seguro no sabías) es que en Harvard hay una asignatura muy popular: 'The Science of Well-Being' o 'La ciencia del bienestar'. Esta fue creada por el profesor Tal Ben-Shahar, quien enseña a los estudiantes a cómo ser felices basándose en investigaciones científicas. Lo relevante es que los principios de esta materia se pueden aplicar en la educación de los niños.

La asignatura de Harvard que enseña a ser feliz y cómo aplicarla a los niños

La clase de Harvard sobre la felicidad enseña que la gratitud y las conexiones sociales son clave para una vida plena. Algunos de los principios que puedes aplicar a la hora de educar a tus niños son:

• Fomentar la gratitud. Enseña a los niños a agradecer las cosas buenas que poseen, mejora su bienestar emocional. Pueden hacer un 'diario de gratitud' o simplemente recordarles que expresen su agradecimiento a los demás.
• Hacer ejercicio para la salud mental. Harvard también destaca la importancia de la actividad física para lograr el bienestar emocional. El deporte y el juego activo no solo benefician la salud de los niños, sino que también reducen el estrés, aumentando la felicidad.
• Construir relaciones saludables. Los niños deben aprender a cultivar sus amistades y relaciones familiares positivas. La educación emocional y la enseñanza de la empatía con los compañeros en la escuela pueden ayudar a los pequeños en este aspecto.
• Aprender a gestionar las emociones. La asignatura de Harvard de igual forma enfatiza la importancia de la inteligencia emocional. Así que enseña a los niños técnicas de respiración, Mindfulness y estrategias para que manejen la frustración y sean más felices.
• Evitar la comparación constante. En la actualidad y debido a la era digital, muchos niños crecen comparándose con los demás en las redes sociales. Por eso, hay que enseñarles a valorar sus logros y a no depender de la aprobación externa, ya que esa NO es la base de su felicidad.

Por qué la educación aumenta la felicidad y la autoestima de los niños

Aunque es posible que la felicidad no sea un asunto de estadísticas porque se trata de una percepción subjetiva de cada uno, también hay que resaltar un estudio publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre la felicidad de los niños en los países ricos. Este analiza qué aspectos son más importantes como propulsores de la felicidad de los niños.

Los aspectos que el estudio considera relevantes son el bienestar material, la salud y la seguridad, las relaciones familiares y entre iguales, y la percepción de los propios niños. Sin embargo, lo que importa para poder ver la felicidad en los hijos depende de que los adultos adoptemos la disposición de ponernos a su altura para realizar cualquier tipo de actividad.

También de que juguemos a las cosas que a ellos les gustan, de que como padres nos dejemos querer y de que les ofrezcamos afecto sin límites y en el momento en que ellos lo requieran. Saberse acogidos y contar con alguien que les ama y les cuida, y que les hace valorarse a sí mismos para confiar en sus posibilidades, eleva su autoestima y les hace mucho más felices.

Además de lo emocional, la educación también es clave en la felicidad infantil. Más estudios han demostrado que los niños que reciben una educación de calidad desarrollan mayores habilidades sociales, mejor manejo de las emociones y una mentalidad de crecimiento que les permite afrontar mejor distintos desafíos. La educación les proporciona conocimientos académicos, a resolver problemas y a pensar de manera crítica.

Cómo pueden los padres educar a niños felices para que sean adultos exitosos

La educación produce mayor felicidad y satisfacción personal que el dinero, según explica la Encuesta de Bienestar Global aplicada por Gallup en países de todo el mundo. Mientras que en los países en vías de desarrollo ganar en bienestar material y en recursos económicos era una de las principales razones que hacían subir el índice de felicidad en la sociedad, en países desarrollados, la educación gana terrenos.

A pesar de que la encuesta global de Gallup evidencia que los niveles de satisfacción están relacionados con los ingresos de las personas que responden las preguntas, también es cierto que la educación juega un papel fundamental: un mayor nivel de educación equivale a mayores posibilidades de mejores ingresos y a mayor satisfacción con la vida presente y mejores expectativas sobre el futuro.

Lo anterior demuestra que la educación es mejor factor de felicidad que los ingresos económicos. La encuesta también recoge los resultados en el ranking de prosperidad que relaciona los mayores índices de felicidad con la mayor cantidad de años de escolaridad promedio de cada país. Si hacemos un resumen, diríamos que la educación aumenta la felicidad de los niños.

Pero, ¿cómo educar niños felices? No es solo enviarles a la escuela, sino asegurar que el aprendizaje sea significativo. Es importante fomentar un ambiente de confianza, donde los niños sientan que pueden cometer errores sin miedo a ser juzgados. También hay que reforzar el aprendizaje basado en el juego, ya que los niños aprenden mejor cuando se divierten, sin obviar la importancia del vínculo emocional con sus progenitores, del apego, de propiciar un clima positivo y un espacio de comunicación y de reflexión, que les ayude en su desarrollo socioafectivo.

Finalmente, la educación es una herramienta que no solo prepara a los niños para el futuro profesional, sino que también tiene un impacto directo en su felicidad, fomenta la resiliencia y ayuda a desarrollar habilidades sociales esenciales. Aplicar principios de la asignatura de Harvard sobre la felicidad en la educación de los niños sí marca la diferencia en su bienestar emocional y en su capacidad de ser felices.

Puedes leer más artículos similares a Cómo impacta la educación en la felicidad de los niños según Harvard, en la categoría de Aprendizaje en Guiainfantil.com.