Un dulce para calmar el llanto del bebé tras la vacuna

¿Os acordáis de una de las canciones de la famosa Mary Popins?: "con un poco de azúcar, esa píldora que os dan...satisfechos tomaréis" ¡Hay que ver lo que vale esa niñera! Pues a propósito de las propiedades del azúcar, algunos investigadores proponen el empleo de esta dulce medida para aliviar los llantos y aflicciones de nuestros pequeños cuando tienen que pasar por revisiones médicas desagradables como las vacunas o las extracciones de sangre.

Cómo aliviar los síntomas de la vacuna en los niños

Ante el dolor que produce a los bebés las revisiones que coinciden con el calendario vacunal, una nueva medida sería la administración de una solución de sacarosa o glucosa antes de la inyección. Bastaría con darle al bebé tres minutos antes del pinchazo una dosis de sacarosa para obtener el efecto deseado. Parece que con este procedimiento, el pequeño se siente mejor y reduce la frecuencia y la duración del llanto.

Si funciona realmente, creo que esta medida debería generalizarse a todas las edades ya que las agujas nos ponen a la gran mayoría los pelos de punta, aunque no lloremos. Parece que en algunos hospitales es bastante frecuente administrar a los niños (generalmente bebés) sacarosa para calmar el dolor ante pruebas o circunstancias que puedan producir dolor leve o moderado, o ante estados de irritabilidad.

Para los investigadores, esta solución tiene un efecto rápido de analgesia, además de ser barato y fácil de administrar. El azúcar libera endorfinas, que tienen acción analgésica y produce bienestar ¡los que somos golosos ya lo intuíamos! Aún recuerdo que con 8 años me rompí el brazo en el patio del colegio, cuando me llevaron al botiquín y mientras llamaban a mi madre, me dieron un vaso de agua con azúcar para calmarme.

La cariñosa enfermera me dijo que era bueno para mis huesos, y ahora veo que también pudo ser bueno para soportar mis dolores. Estaría bien cambiar el mal trago que nos hacen pasar nuestras temidas visitas al pediatra en las ocasiones que a nuestro hijo le toque la vacuna de turno, por un dulce trago que pueda aliviar el dolor a nuestros pequeños.

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