Sin lugar a dudas, he comprobado que mis hijos tienen una agenda muy apretada, mucho más que la mía. No sé si coincide con el final del curso, el buen tiempo o la gran cantidad de niños que celebran su cumpleaños en primavera, pero creo que además de atender a sus obligaciones escolares, tienen unos compromisos sociales propios de un alto ejecutivo.
Durante todo el curso, los padres solemos ir corriendo a todos lados, especialmente cuando a nuestro hijo le toca
natación,
música, fútbol o catequesis, pero por si no tuviéramos suficiente con esto, nuestros niños nos solicitan una y otra vez ir un ratito a la casa de sus amigo o que tal niño
venga a nuestra casa a jugar, a quedarnos en el
parque ahora que hace bueno, a asistir al cumpleaños de su amigo, o a dedicar horas extras para la preparación de festivales de fin de curso, ya sean de
baile, instrumento musical o evento deportivo...
![La apretada agenda de nuestros hijos](data:image/png;base64,iVBORw0KGgoAAAANSUhEUgAAAAIAAAABCAYAAAD0In+KAAAAEUlEQVQImWO8e/fufwYGBgYAFy4DmJQnIUMAAAAASUVORK5CYII=)
Es curioso que después de pasar casi ocho horas juntos, parece que los niños no han tenido tiempo a
jugar y se enroscan al brazo del amigo para que no se acabe la
fiesta y la diversión. Si cedes, no cuentes con tener la cena a punto, pero si no cedes parecerás una bruja con verruga verde que priva a sus hijos de disfrutar del placer de jugar con sus amigos bajo el
sol primaveral. Así que no pocas veces, nos liamos la manta a la cabeza para no ver las
tareas pendientes que todavía nos quedan por hacer y "perdemos" nuestro valioso tiempo junto al banco del parque, para que nuestro hijo
sea feliz. Bien mirado, creo que es necesario
conceder a los niños estos pequeños privilegios, creo que
son también importantes y enriquecedores los encuentros de los niños fuera del entorno escolar, afianza sus lazos de amistad y nos dan la posibilidad de conocer de primera mano a sus amistades. Para poder complacer a nuestros hijos debemos de coordinar agendas, compatibilizar con otras actividades o tareas, para ello yo he resuelto que los viernes es el día destinado a estos fines, ya que no hay colegio al día siguiente y no hay prisas por
hacer deberes ni otras actividades que nos lo impidan. El viernes se ha convertido en un día esperado no sólo para los niños, sino también para los padres, ya que no somos pocos los que acabamos reuniéndonos para la supervisión de nuestros hijos con deliciosas y nutridas
conversaciones y ratos compartidos, gracias a la complicidad que nos da el
ser padres.
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