Seis cosas que no te deja hacer un bebé

Seguro que, después de haber leído el título de este post, te estarás preguntando: ¿Sólo seis cosas? Yo también me pregunté lo mismo ya que cuando se tiene un bebé la vida cambia ¡y mucho! Tu tiempo se vuelve escaso, corto y fugaz, y acabas haciendo cosas que jamás habías imaginado hacer como ir al baño con tu bebé en brazos, hablar con una amiga por teléfono con el llanto de tu bebé de fondo, o tardar un año para leer un solo libro.

Qué cosas no te deja hacer tu bebé

Cuánto más crecen los hijos, más tiempo y atención demandan de nosotras. Cuando son recién nacidos no exigen tanto ya que prácticamente ellos no hacen más que comer y dormir. Sin embargo, a partir de los 3 o 4 meses, cuando ya empiezan a moverse más, dejarás de hacer un montón de cositas para estar con ellos. Hace mucho que guardo este cómic de Maitena. A lo mejor sea porque, en un determinado momento de la niñez de mi hija, me identifiqué totalmente con lo que Maitena retrata en estos dibujos.

¡Basta de mitos! ¡Hay sólo seis cosas que no te deja hacer un bebé! Sentarte, hablar, leer, ir al baño, comer y dormir. En realidad, son cosas de las cuales nadie te avisa a la hora de ir a por un bebé, o durante el embarazo y en la hora del parto. Te das cuenta en el día a día con tu pequeño. Eso de ser madre tiene su encanto y muchos compromisos. Que no se engañe nadie. Pasas a ser la silla de tus hijos, como también su "percha", y ya no tendrás tiempo para hablar con los amigos ni familiares por teléfono, y leer, ¿cuándo y para qué.

Todas tus concentraciones estarán depositadas en tu bebé. Y es más, me acuerdo que yo apenas comía. Solía comer sólo lo que sobraba de las papillas de mi hija, porque no tenía tiempo para preparar una comida en condiciones. ¿Y el sueño? Bueno, bueno, bueno, en nuestra casa si alguien escuchaba los llantos de la pequeña y se levantaba para atenderla, esa era yo, como ocurre con otras muchísimas madres.

Sin embargo, mire como lo mire, no te cansas y raras veces te quejas. Es que no te da tiempo ni de mirar al reloj. Así somos las madres... auténticas Elastic girls. Al fin y al cabo ser madre compensa, y mucho. Aunque no nos de para un sueldo o jubilación, tenemos a quiénes nos convierten en las mujeres más felices del mundo: nuestros hijos. De eso, no tengo dudas.

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