Piojos: ¡mamá me pica la cabeza!

Son maestros del camuflaje y en cada nuevo curso, por estas fechas, se instalan a sus anchas en las cabezas de nuestros hijos. Los piojos son parásitos muy difíciles de detectar y para prevenirlos es esencial que dediquemos 10 minutos semanales a inspeccionar la cabeza de nuestros hijos.

Acabo de recibir la circular del colegio en la que nos informan que se han detectado casos de pediculosis en el centro y antes de terminar de leerla, ya sentía picores. Temo el momento en el que los niños me digan: ¡mamá me pica la cabeza!.

Y es que el tema de los piojos es especialmente delicado para las madres porque nos pone de uñas y nos hace sentir presas del pánico y de la vergüenza. Sólo pensar en lo que lloran mis hijos cuando les paso la lendrera tras aplicarles el vinagre, que les escuece, pero que es bueno para despegar las liendres, me pongo nerviosa.

Piojos: ¡mamá me pica la cabeza!

A la hora de tratar una infestación de piojos, lo mejor es decantarse por los productos de última generación. Los pediculicidas tradicionales de venta en farmacias, que incluyen permetrina, malatión y fenotrina, son cada vez menos recomendables debido al alto índice de fracasos por la aparición de focos de resistencia. Los pediculicidas nuevos ya no contienen insecticidas químicos y en las farmacias ahora encontrarás la dimeticona, que contiene una silicona especial y las piretrinas naturales. Estos productos funcionan mejor, pero hay que insistir en el segundo tratamiento a los 8 o 10 días porque pocos productos matan las liendres. Con mis hijos, me ha funcionado explicarles que los casos de piojos entre los niños son normales y que para prevenirlos, deben aprender a no juntar las cabezas, a no compartir peines y gorros, y a colaborar durante los diez minutos semanales que suelen durar las revisiones.

Hoy en día sí podemos llevar al niño al colegio mientras dura la infestación, según indica una campaña informativa de la Comunidad de Madrid, con algunas precauciones como:
- Llevar el pelo largo recogido y el pelo corto bien engominado.
- Informar al colegio para que los profesores puedan avisar a otros padres sin dar nombres y apellidos.

Por tanto, antes de caer presas del pánico y la vergüenza, creo que las madres nos tenemos que ayudar las unas a las otras, dedicando todo el tiempo que sea necesario a los tratamientos antiparasitarios y compartiendo información.

Marisol Nuevo

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