3 preguntas que nunca debemos hacer a los niños

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  1. ¿Le has preguntado esto alguna vez a tu hijo? No hay preguntas inocentes 

Los adultos lo sabemos bien. Nos cruzamos con alguien en la calle que nos pregunta "¿Cómo estás?" Y ya sabemos que probablemente no espere respuesta, más que un leve, "Bien, ¿y tú?" Y probablemente no le demos mayor trascendencia a la conversación. Pero, por algún motivo, hay preguntas que se repiten a los niños y que dicen mucho de nosotros como sociedad.

Tal vez para nosotros tengan la misma (in)trascendencia que un "¿Cómo estás?" pero, sin embargo, hay un mensaje que estamos transmitiendo con esas preguntas y que probablemente no sea el adecuado. A continuación un análisis de tres ellas, y una invitación a erradicarlas de nuestro contacto con los niños, sean hijos nuestros o ajenos.

¿Le has preguntado esto alguna vez a tu hijo? No hay preguntas inocentes 

Cosas que no debemos preguntar a los hijos

1. ¿Por qué no saludas a la vecina? ¿Por qué no le das un beso? 

A muchos niños les cuesta tomar confianza con personas que conocen por primera vez, y así como nosotros muchas veces no tenemos “piel” con alguien, a ellos les sucede lo mismo. ¿Por qué obligarlos a tener contacto físico con alguien que no les cae bien? Es cierto que existen reglas de educación y que no podemos enseñarles a ignorar a otras personas, pero de ahí a obligarlos a un beso o abrazo a un desconocido hay un gran paso y creo que es someterlos a una violencia injustificada. Los actos de cariño son para las personas que queremos y eso es lo principal que los chicos deberían aprender.

2. ¿Qué vas a ser cuando seas grande? 

Un clásico que se escucha desde que los niños tienen 5 o 6 años y todavía sólo piensan en ser astronautas o pilotos. No es que la vida laboral no tenga importancia, pero faltan años luz para que deban ejercerla y tal como está el mundo, probablemente con profesiones que aún no se han creado. No le preguntes a tu hijo que quiere ser cuando sea grande; ser él mismo es lo que importa. Y no nos acostumbremos a que la profesión forje toda la identidad porque pareciera que quien sea ama de casa, camionero o vendedor fuera una persona menos relevante para el mundo. ¿Cuál es tu cuento favorito? ¿Cuál canción te gusta más? ¿A quién querés invitar a jugar mañana? son preguntas mucho más lógicas  y saludables. 

3. ¿Tienes novio?

Y la que se lleva todos los (des)méritos: ¿Tenés novio/a? Nunca pude entender el sentido de esta pregunta a chicos de dos o tres años, que recién están conociendo el mundo, descubriendo, explorando, cuando todavía prima más su mundo interior y familiar que sus pares. Después nos quejamos que los adolescentes están “muy adelantados” o que nada les interesa. Pero somos nosotros los que sin darnos cuenta muchas veces no respetamos las etapas. La niñez es para jugar, aprender y socializar pero dando la chance de que las diferentes interacciones nutran el medio ambiente de los niños. Preguntarles por un noviazgo aunque para nosotros sea una pregunta casual, los está enfocando a elegir y tener más vínculo con un sólo niño y además del sexo opuesto.

Dejémoslos que sean libres. Ya tendrán tiempo para novios, trabajo y compromisos. 

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