El ejemplar castigo de un padre a su hijo por hacer bullying que se ha hecho viral
Un vídeo muestra cómo un padre castigó a su hijo por molestar a sus compañeros
- El vídeo del ejemplar castigo de un padre a su hijo por hacer bullying que se ha hecho viral
- El objetivo de las consecuencias educativas
Bryan Thornhill decidió dar una lección a su hijo de 10 años. Estaba cansado de recibir amonestaciones del colegio sobre su comportamiento hacia otros compañeros. Después de pensar cómo podría corregir sus errores, tomó una decisión: su hijo necesitaba una lección que le hiciera recapacitar.
Una vez tomada la decisión, Bryan Thornhill grabó el correctivo que había decidido aplicar a su hijo y lo hizo público, para inspirar a otros padres en el caso en el que se encontraran en su misma situación. Te mostramos en qué consiste este ejemplar castigo de un padre a su hijo por hacer bullying.
El vídeo del ejemplar castigo de un padre a su hijo por hacer bullying que se ha hecho viral
En el vídeo, vemos a Hayden, un niño de 10 años, correr bajo la lluvia con la mochila a cuestas. El que graba las imágenes es su padre. Así, tal cual, tenderíamos a pensar: ¿pero por qué hace esto? ¿Qué padre deja que su hijo vaya corriendo a la escuela bajo la lluvia mientras él le sigue y graba con el coche? Todo tiene una explicación:
Bryan Thornhill, de Virginia (Estados Unidos), se cansó un día de recibir mensajes del colegio sobre la actitud de su hijo Hayden hacia otros compañeros. En las notas, los maestros le advertían del hecho de que su hijo, de 10 años, molestaba constantemente a otros niños. Sobre todo ocurría en el transporte escolar.
A pesar de las advertencias del padre, su hijo seguía actuando de la misma manera. Harto de esta situación, Bryan Thornhill pensó en cómo dar una lección a su hijo, con la intención de que entendiera que debía dejar de hacer daño a sus compañeros de colegio.
Al final decidió lo siguiente: su hijo no podría ir en transporte escolar durante tres días, ya que era allí donde más molestaba a los otros niños. Durante esos días, debería ir corriendo al colegio (hiciera el tiempo que hiciera). La distancia de su casa hasta el colegio es de casi 2 kilómetros (unos diez minutos corriendo).
La grabación del vídeo va acompañada de la narración del propio padre, que explica por qué optó por este castigo para su hijo. Empieza de esta forma:
“Hola a todos, bienvenidos al programa: ‘Mejor escucha a tu papá ’. Mi hijo se metió en problemas en el autobús escolar y le prohibieron subirse a él por tres días por hacer bullying. El bullying es algo que ni tolero ni soporto... Por este motivo ahora tiene que correr a la escuela, estamos a una milla (casi dos kilómetros) de la escuela, así que toda la semana ha corrido”.
El padre decidió de esta forma que, si su hijo no podía ir en el autobús escolar por molestar a otros niños, tampoco iría en el coche, ya que también molestaba a su hermana pequeña. La mejor lección para él, según este papá, es que se diera cuenta de lo duro que es ir al colegio corriendo y que entendiera que si quería volver al transporte escolar o al coche, debería portarse de forma correcta con el resto. Para que su hijo no se sintiera tan solo, otro día corrió acompañado por su padre.
En la grabación, este papá termina diciendo: “Enséñale a tus hijos, no tengas miedo, sé un padre. Eso es lo que necesitan los niños estos días”.
Pero, ¿funcionó la lección de este padre? Por lo visto, según comenta en publicaciones posteriores, su hijo ha cambiado de forma favorable. En el colegio le han informado del cambio positivo en su hijo. Después de esta lección, el niño no ha vuelto a meterse con los compañeros ni en el transporte escolar ni en el colegio.
El objetivo de las consecuencias educativas
Este pare recibió muchísimos mensajes de apoyo tras publicar el vídeo. También otros que mostraban su desacuerdo al considerarlo un castigo excesivo. Sin embargo, esta lección no es más que una consecuencia educativa:
- 'Si no puedes respetar a tus compañeros en el transporte escolar, no puedes ir en el transporte escolar'.
Y para que el niño se de cuenta de lo necesario y útil que es poder ir al colegio en transporte, nada mejor que pueda experimentar el esfuerzo que supone ir corriendo.
Las consecuencias educativas, tan de moda en los últimos tiempos, no persiguen otra cosa que demostrar al niño que todo acto o acción tiene una repercusión y que él debe ser responsable de 'arreglar' o reparar el daño cometido. Es decir, que la idea es que el niño asuma la responsabilidad de sus propios actos.
Las consecuencias educativas, según muchos expertos, funcionan muy bien siempre y cuando cumplan estas condiciones:
- Que se adapten a la edad del niño. Un niño de 4 años puede que no entienda tan bien como uno de 10 años por qué debe por ejemplo comprar a un compañero un juguete que le rompió. Además, el niño no pagará el juguete. Serán los padres.
- Que las consecuencias no sean más severas que el daño que causó el niño. Si las consecuencias (lecciones) que se aplican al niño son más severas que el daño que él causó, el niño no entenderá el sentido que tiene y lo recibirá como una injusticia. Esto lo único que hará es que sienta rabia y pierda la confianza hacia quienes les imponen este 'castigo'. Por ejemplo, si un niño rompe el juguete de un compañero y le obligan a regalarle no uno, sino dos, el niño lo verá como una 'multa' o 'castigo', no como una consecuencia educativa.
- Que sean por una acción deliberada, no por un 'accidente'. En algunas ocasiones, los maestros o los padres ven un hecho en sí, y tienden a pensar que el niño lo hizo de forma deliberada. No siempre aquello que se rompe se rompió 'a posta'. Es importante separar un mero 'accidente' (el niño ha roto algo sin querer) de una acción deliberada (el niños sabía perfectamente que algo se podía romper y aún así, lo hizo).
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